jueves, 30 de abril de 2015

¡Síganme!

Francisco Aular                                            
Lectura devocional: Mateo 4:18-25
Mientras caminaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Estaban echando la red al lago, pues eran pescadores. «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres.» Mateo 4:18,19 (NVI)

Una experiencia que marcó mi vida fue creer en lo que afirmaban estos versículos, y basado en ellos, salí a pescar a otros. En efecto, la historia de las Marchas Evangelizadoras es la historia de la oración, la evangelización y el discipulado en acción. No habíamos, tenido una cosecha espiritual de tantas personas venir a JESÚS como en aquel mes de agosto de 1977. Unos 25 jóvenes aceptaron el desafío del Señor y salimos de nuestras comodidades hogareñas y de los templos, y sencillamente fuimos; más de cuatrocientas personas vinieron a JESÚS en aquel mes. Pero nosotros queríamos que ellos no solamente fueran creyentes, queríamos hacerlos discípulos de JESÚS e ir mas allá en su andar como cristianos nacidos de nuevo. ¡Gracias al Señor!, Él por Su gracia lo hizo otra vez. Hoy, la Marcha Evangelizadora es una preciosa historia que se repite año tras año, y mejor aún, cada semana, esos evangelizadores y discipuladores conducen a uno más para Cristo.
Recuerdo que al finalizar el evento en ese agosto de 1977, todos volvieron a casa y yo me quedé con el compromiso adicional de ayudar a tantos nuevos convertidos, en varios pueblos y ciudades del centro de mi país, Venezuela, a crecer. Tenía que enseñarles cómo seguir a Cristo. Así empezamos a desarrollar un material de discipulado inicial. De allí en adelante, nos hemos asegurado de que todo nuevo convertido disponga de un mentor que esté a su lado y un recurso literario que les ayude a madurar en la fe.
Una de las casas publicadoras más grande que tiene nuestra denominación es LifeWay con su sede en Nashville, Tennesse, Estados Unidos. Hace algunos años en Miami, en el marco de la celebración de un encuentro de distribuidores y libreros de América Latina y España, lanzamos el libro titulado Sigue a Cristo, en realidad es un libro de tan sólo 32 páginas; la idea es obsequiar este libro a todo nuevo creyente, y al mismo tiempo, asegurar que responsablemente le daremos atención espiritual inmediata. Usted puede adquirir este libro en su país, en la librería evangélica más cercana a su domicilio.
¿Por qué hacer un discipulado inmediato a cada nuevo creyente? El llamado que nos hace JESÚS a seguirle como Sus discípulos y que nosotros hagamos discípulos a otros, ha sido fundamental para la extensión del reino de Dios en la tierra a través de los siglos. ¿Se considera usted uno que está cada día llegando a ser un discípulo de JESÚS y también uno que hace discípulos? Este libro le enseñará a confiar en las promesas de JESÚS, tanto para hacer la decisión de seguirle, como para la seguridad de la salvación; nos habla de la vida triple “D” de cada cristiano nacido de nuevo, de la importancia de la iglesia local, sus ordenanzas y la mayordomía cristiana; finaliza el libro, enseñándonos cómo obtener el poder del Espíritu Santo para vivir una fe victoriosa. En conclusión, el libro Sigue a Cristo es un regalo para cada nuevo creyente de parte de su evangelizador y de la iglesia, ideal para orientarlo en su vida discipular, doctrinal y discipular; el libro también es para los que llevamos muchos años en los caminos del Señor, porque es un repaso útil, ya que cuando resolvimos seguir a JESÚS dejando muchas cosas, fue en respuesta a Su llamado, porque Él mismo nos invitó: “Vengan, síganme (…) y los haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19).
Oración:
¡Señor lo que me pidas te doy!
Ya sea ir contigo en valle peligroso,
O en medio del verano copioso;
Si me llamas Señor contigo voy.
Con ánimo pronto y muy sincero,
Respondo de inmediato a tu llamado,
Conozco bien la voz del Ser amado,
Y atenderte a Ti, es lo primero.
¿Señor que pides Tú de mí?
Cualquier cosa que sea, te digo: Sí,
Y la victoria del martirio ciño.
¡No me quites Señor el sufrimiento,
Si lo exiges por Ti sufro contento,
Y mi fe se hace pura como un niño!                                                
 Francisco Aular de Primicias del alma.
Toronto, 1997.
Perla de hoy:
El compromiso básico de todo discípulo de JESÚS es seguirle y hacer de ello la misión y propósito de su vida.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

miércoles, 29 de abril de 2015

¡Hoy mi alma te alaba SEÑOR!

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Salmo 103:1-5
Te alabaré, SEÑOR, con todo mi corazón; contaré de las cosas maravillosas que has hecho. Gracias a ti, estaré lleno de alegría; cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo. Salmo 9:1,2 (NTV)

Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque eres mi Padre santo y fiel, así me lo enseñó tu amado Hijo JESÚS: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” (Mateo 6:9). Soy tu hijo porque desde antes de la fundación del mundo, me escogiste con un propósito eterno y cuento con tu bendición en “los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3,4); me abriste la puerta de tu casa y me hiciste miembro de tu familia: “Yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa” (Salmo 5:7); ¿qué ha hecho posible tanta bendición y privilegio? No son las virtudes humanas que yo pueda poseer; no han sido tampoco mis buenas acciones que pueda haber hecho; lo que ha abierto la puerta de tu casa para mí ha sido tu misericordia, tu fidelidad, tu gracia y tu amor.
Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque tu fidelidad y no la mía, hace que tu misericordia no tenga ni una sombra de duda. Sabes quién soy, de dónde vine y adónde voy, porque soy creación tuya: “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien” (Salmo 139:13,14; RV60). Yo nací, desperté y allí estabas tú sonriéndome, porque al fin yo había llegado. ¡Ese eres tú, mi amado SEÑOR! Ningún ser humano es un accidente. Tu amor por el ser humano es firme y duradero: “En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados” (1 Juan 4:10; NTV).
Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque tu compasión y bondad nunca fallan y eres inmutable. No cambias nunca. Eres el mismo ayer, hoy y por los siglos de los siglos. Tu amor es firme y continuo y no se ve afectado por mis emociones. Ese amor es la expresión firme de quien eres: “Dios es amor” (1 Juan 4:8; RV60); el amor tuyo hacia mí, no es fruto de un premio a mi buena conducta. Tu amor SEÑOR es sencillamente maravilloso; es lamentable que yo haya sido tan lento para responder a tu gran amor; y más maravillado estoy porque sé que nunca voltearás tu rostro para no verme, porque me amas y más que yo a ti; nunca me podré esconder de tu amor: “Oh SEÑOR, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos. Me ves cuando viajo y cuando descanso en casa. Sabes todo lo que hago. Sabes lo que voy a decir,  incluso, antes de que lo diga, SEÑOR. Vas delante y detrás de mí.  Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza. Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí, ¡es tan elevado que no puedo entenderlo!” (Salmo 139:1-6; NTV).
Hoy mi alma te alaba SEÑOR y reconozco que a pesar de los cambios y de las estaciones del año, y aunque yo mude y cambie mis vestiduras, Tú permaneces fiel. Sin embargo, tú quieres que yo ame como tú amas, que perdone a mis enemigos como tú lo haces, que sea santo como tú eres, que sea un ser humano de paz de la que tú das. ¿Oh SEÑOR, cómo puedo lograr todo ello para tu honra y gloria? Ese amor tuyo puede hacerse realidad en mí, únicamente a través de JESÚS. Ese fue el amor que lo trajo del cielo a la tierra; ese amor lo llevó a la cruz en mi lugar (Juan 3:16).
Hoy mi alma te alaba SEÑOR porque sé que las puertas del cielo están abiertas. Tú me invita a acercarme y a ser parte de tu familia: “Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19; NTV). JESÚS mismo me lo repite continuamente: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20; RV60). ¡Dios no cambia y es fiel y su invitación es para una acción inmediata! Dejémosle entrar con humildad y arrepentimiento por nuestros pecados a nuestro corazón; haz una sincera oración con tus propias palabras, y en su misericordia y fidelidad, JESÚS te oirá. Él ya pagó el precio para hacerte miembro de su Familia. Los brazos de Dios te esperan.
Oración:
Amado Padre Celestial:
Hoy mi alma te alaba SEÑOR y reconozco que a pesar de los cambios y de las estaciones del año, aunque yo mude y cambie mis vestiduras. Tú permaneces fiel. Ayúdame a proclamar tu amor, tu fe, y tu esperanza en medio de un mundo en crisis. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La alabanza a Dios por lo que Él es, es el certro de toda verdadera adoración.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 28 de abril de 2015

¡Dios oye y responde!

Francisco Aular
Lectura devocional: Juan 16:16-24
De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. Juan 16:23,24 (RV60)

Aquel médico amigo, profesor de la universidad, entró al departamento de fotografía -en donde yo trabajaba como fotógrafo clínico-, trayendo un libro y notas para su clase de cardiología. El doctor, había estado enfermo, aquejado de un cáncer pulmonar en su etapa final. “¿Cómo sigue doctor?” Le pregunté, él tomó un papel blanco de mi escritorio, dibujó a los pulmones, hizo un pequeño círculo en el ángulo superior del pulmón derecho, y me dijo: “Francisco, yo estoy respirando solamente por ese ladito…” Luego, añadió: “¡Vengo a dar mi útlima clase!”, recordé un instante, lo que aquel médico había sido para mí, como por ejemplo, el día que me aparecí en la sala de los enfermos del corazón, con mi padre enfermo; en esa ocasión, el galeno estaba con un grupo de estudiantes pasando la revista diaria a sus pacientes, levantó su mirada y me vio con mi viejo tomado de mi brazo, y dejándolos me vino a atender. Muchos otros recuerdos del doctor Morales Rojas, vinieron a mi mente, en todos ellos mostraba su cualidad humana de un buen apóstol de la medicina. Al escuchar su diagnóstico en aquella manaña, me puse triste y callé. Dos días después, yo estaba entre los muchos amigos, que lo despedimos, en el cementerio. ¡Qué tristeza invade nuestros corazones ante lo inevitable de la muerte, especialmente cuando un familiar o un amigo se nos va!
Ahora bien, en el conocido y largo discurso de JESÚS a sus apóstoles la noche en que fue entregado para morir, está lleno de hermosas promesas para nosotros sus discípulos, entre ellas, contestar nuestras oraciones. Podemos hacernos esta pregunta: ¿Qué garantía tenemos de que Dios conteste nuestras oraciones de peticiones personales?
¡Dios oye y responde cuando le creemos a su Palabra!: “Dios no es un hombre, por lo tanto no miente.  Él no es humano, por lo tanto no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar?  ¿Alguna vez prometió sin cumplir?” (Números 23:19 NTV). Como dijera el gran misionero Stanley Jones, “hay algunas cosas que Dios no dará hasta que  las queramos suficientemente para pedirlas”…
¡Dios oye y responde cuando oramos en el ejemplo y en el nombre de JESÚS! Tenemos que orar en el ejemplo de JESÚS y también en el nombre de JESÚS. En efecto, el Señor dijo: “Ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Juan 13:15 RV60). Podemos recordar de JESÚS -cuyo nombre fue escogido aún antes de la fundación del mundo-, que cuando el ángel Gabriel anunció a María que iba a concebir a un Hijo por obra y gracia del Espíritu Santo, le dijo: “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS” (Lucas 1:31 RV60). ¡JESÚS vino y nos dio ejemplo de cómo vivir para la gloria de Dios! El mundo lo reconoce como un Ser Humano extraordinario en su humildad y servicio a los demás. También nos dio ejemplo en una vida de oración muy estrecha con su Padre, de tal manera que leemos: “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar…” (Lucas 11:1 RV60).
Pues bien, JESÚS nos pidió que orásemos en su nombre: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Juan 14:13; y también dijo: “En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido” (Juan 16:23,24 RV60). Fíjese bien que cuando oramos en el nombre de JESÚS, “lo haré” (Juan 14:13) dice el Señor; luego cuando oramos en el nombre de JESÚS: “cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará” (16:23); después nos reclama: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido” (16:24). ¡El gozo de Dios es completar el gozo y las oraciones de sus hijos! Entonces, hay que tomar en serio las promesas de Dios, y el desafío que hizo el mismo JESÚS: “Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá” (Mateo 7:7 NTV). Una de las cosas que más impacto me causó al llegar a la iglesia fue el escuchar al final de las oraciones, “te pido todo esto en el nombre de JESÚS…” ¡Yo estaba acostumbrado a rezar en otros nombres pero estas oraciones eran diferentes!
En realidad, JESÚS es la única respuesta de Dios frente a todas las necesidades del ser humano, Él, el Hijo de Dios, se ganó ese derecho: “Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios  fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos, adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios  y murió en una cruz como morían los criminales. Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla  en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:5-11 NTV).
¡Terminar sus oraciones en el nombre de JESÚS, no le da un poder mágico a sus oraciones! La validez de orar en el nombre de JESÚS, consiste en hacer mis peticiones con humildad, reconociendo que no tengo ningún mérito en mi propia persona, para acercarme a Dios. Así que cuando oramos, lo hacemos, tanto en el ejemplo de JESÚS como en su Nombre. De esta manera, nos dice la Biblia: ¡Dios oye y responde!
Oración:
SEÑOR, dame la capacidad, la voluntad y el amor que necesito para hacer lo que Tú harías en mi lugar. Te ruego que atiendas a mi petición. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Pedir en el nombre de JESÚS es orar en el ejemplo que Él nos dio a través de la comunión con su Padre, y el amor hacia el prójimo.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

viernes, 24 de abril de 2015

¡Hoy es mi turno!

Francisco Aular 
Lectura devocional: Salmo 139:13-18
Echa sobre el SEÑOR tu carga, y El te sustentará; El nunca permitirá que el justo sea sacudido. Salmo 55:22 (LBLA)

¡Hoy es mi turno! Millones de seres humanos poblamos este planeta convulsionado, pero ninguno tiene mis huellas dactilares ni el ritmo de mi corazón. ¡Soy único! Hay promesas de éxito en la vida cristiana, y por ello soy un  vencedor a tiempo completo. Imposible contar los millones de personas que llegaron, vivieron y se fueron, ellos tuvieron esta vida como una asignación temporal, al igual que yo, pero ya su tiempo pasó.
¡Hoy es mi turno! Y quiero aprovechar la brevedad de mi vida en pensar mejores cosas, decir mejores cosas y hacer mejores cosas: “Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, en esto pensad” (Filipenses 4:8; RV60). Dios está conmigo, no puedo perder. Por mi nuevo nacimiento he llegado a ser un hijo de Dios; tengo su presencia en mí; mi vida tiene un propósito, y tengo paz con Dios porque me ha perdonado todos mis pecados. Así que,  teniendo a JESÚS, lo tengo todo. Estoy completo en Cristo, no tengo nada que buscar en este mundo pasajero y vanidoso, no tengo nada que perder, ya que “con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).  Mi vida y mi muerte están en las manos de Dios; nada ni nadie puede separarme de Dios, ¡ni yo mismo!... Eso explica por qué puedo contentarme cualquiera sea mi situación (Filipenses 4:11). Las circunstancias no me cambian, pero el Señor y yo sí las cambiamos. No soy un termómetro que nada más registra la temperatura, sino un termostato que la cambia: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13 RV60).
Si el éxito de la vida humana consiste en conseguir lo que se desea, entonces JESÚS vino a mi rescate, me encontró y me salvó, para eso nací. Por ello, teniendo a Cristo ya soy exitoso, mucho más de lo que me merezco. Si la felicidad es apreciar lo que se ha conseguido, entonces puedo decir que amo a JESÚS, Él y solo Él es el Comandante en Jefe de mi vida y viviré para su honra y gloria.
¡Hoy es mi turno! Asumo mi realeza como hijo del gran Rey. Levanto mi frente y salgo a la conquista del mundo utilizando como arma el amor de Dios que derramó en mi corazón (Romanos 5:5), hasta levantar un imperio para la gloria de Dios.
¡Hoy es mi turno! Soy un soldado de JESÚS: “Tú pues sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” (2 Timoteo 3; RV60), por lo tanto: “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (2 Timoteo 2:4; RV60). Ciertamente,  la vida humana es breve, pero la vida espiritual, que JESÚS da como un regalo es para siempre (Juan 10:10b); como dijo el gran misionero Jim Elliot: “No es ningún tonto el que cambia lo temporal por lo eterno”, pero hoy es mi turno para vivir ambas vidas con plenitud. Este paréntesis que ha abierto la eternidad a mi favor, lo cerraré con un extraordinario triunfo. Sé que no volveré a tener otro cuerpo como el que tengo en el presente. Conozco mi finitud, pero hoy es mi turno, y haré que este cuerpo sea hueso de sus huesos. Me levantaré desde las cenizas de mis derrotas y fracasos, una y otra vez: "Porque siete veces podrá caer el justo, pero otras tantas se levantará; los malvados en cambio, se hundirán en la desgracia" (Proverbios 24:16; RV60). Porque todo lo puedo en Cristo; la victoria final me espera y no la haré esperar más, porque hoy es mi turno para triunfar. Pondré alas a la esperanza y con ella volaré a cumbres elevadas.
¡Hoy es mi turno! Y tengo un destino eterno y una misión histórica que cumplir. No estoy aquí para consumir nada más, sino para dar y gastarme en lo que soy, un hijo de Dios. Este momento histórico es único, no desperdiciaré ni un segundo de él. Soñaré grandes sueños. Me empinaré sobre ellos y simplemente: ¡Viviré!
Oración:
Digno eres Padre de mi alabanza en este día, gracias por permitirme ser el humano que has hecho de mí, y por hacerme un soldado de tu milicia; no puedo dividir mi lealtad y solo a ti serviré. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Cuando naces de nuevo, llega tu turno para disfrutar a plenitud de ser un hijo de Dios.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

jueves, 23 de abril de 2015

¡Arriésgate a creerle a Dios!

Francisco Aular
Lectura devocional: Juan 3:1-8
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3 (RV60)

La mayoría de las personas cree que el cristianismo es una religión que se puede pasar de una generación a otra, es decir, se nace cristiano; algunos enseñan que uno se hace cristiano al bautizarse; otros afirman que uno es cristiano por medio de las buenas obras que haga al cumplir con los mandamientos de su religión; para otros ser cristiano significa una experiencia emocional y fanática que priva al ser humano de todo gozo y diversión sanos. Sin embargo, la Biblia afirma que Dios quiere que vivamos una vida hasta lo máximo que ella nos pueda dar, y JESÚS, la llamó una vida suprema: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Es más, el Señor afirma: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6) ¿A quien le va a creer a las religiones humanas o a la Biblia? El asunto no es creer en Dios, sino creerle a Dios. ¡Arriésgate a creerle a Dios!
La Biblia afirma que Dios es santo y el ser humano pecador, -debo aclararle- que los seres humanos nos somos pecadores porque pecamos, sino pecamos porque somos pecadores: “Por cuantos todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23)-. Entonces como lograr que siendo pecadores podamos tener comunión y la salvación eterna que nos lleva a la presencia de Dios, es por medio de la Vida que JESÚS vino a darnos, mediante el nuevo nacimiento. Lo explico así: nosotros llegamos a este mundo por medio de un nacimiento biológico “bíos”; pero es una vida temporal, se nos da para que como seres humanos tengamos un nuevo nacimiento y pasemos a la Vida “Zoé”, la vida que está en JESÚS quien nos compró un lugar en el cielo por medio de Su muerte en la cruz.
Ahora bien, es absolutamente necesario nacer de nuevo para poseer y disfrutar esta vida eterna; no importa cuan bueno y perfecto usted se considere en comparación con otros seres humanos, no lo es. El cielo no es un premio, es un regalo. Permítame citarle lo que JESÚS le dijo a un hombre llamado Nicodemo que vino para expresarle su admiración y respeto. Sin duda que aquel hombre tenía una conducta moral y religiosa sin tacha; había nacido en un hogar muy religioso y piadoso, y no hay manera de dudar que era un perfecto cumplidor de su religión, que le había una gran reputación entre su pueblo Israel; sin embargo a este buen ser humano JESÚS, le aconsejó: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3 RV60). 
Ciertamente, por las palabras del Señor JESÚS una persona se convierte en cristiano verdadero por medio del nacimiento espiritual el cual se inicia al creerle a Dios: “Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:15,16 RV60). Humanamente hablando por el nacimiento natural, por medio de sus padres, Dios lo puso en la tierra. Pero, “lo que es nacido de la carne, carne es”. Por su gracia, Dios nos invita a formar parte de Su reino, nuestra responsabilidad a esa invitación, es creer en JESÚS. Porque como dice la Biblia, JESÚS es la vida eterna. En efecto, por medio del nacimiento espiritual, Dios lo pone en el cielo, “lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. Sin embargo, lo repito: Es necesario e indispensable, nacer de nuevo. 
En consecuencia, todo cristiano nacido de nuevo, puede disfrutar, en esta vida presente del maravilloso resultado de haber nacido dos veces. Si se da el caso de que usted celebre su cumpleaño, aquí y en el ahora, puede celebrar sus dos cumpleaños: El humano y el espiritual. ¿Ha nacido usted de nuevo? ¿Cuántos cumpleaños celebra usted? La respuesta a esta pregunta, lo pone en la ruta del nuevo nacimiento. Pues bien, ¡Arriésgate a creerle a Dios!
Oración:
Padre eterno:
Has puesto eternidad en el corazón de los seres humanos y nos invita a hacernos miembros de tu familia. Padre, no me toca a mí saber el futuro pero tú lo sabes y estoy en tus manos eso me basta, en el Nombre de JESÚS amén.,
Perla de hoy:
El verdadero propósito para nuestra vida de llegar a ser hijos de Dios, comienza con nuestro nuevo nacimiento.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

miércoles, 22 de abril de 2015

¡Arriésgate a ser libre de la pobreza!

Francisco Aular
Lectura devocional: Lucas 4:16-21
El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres. (Lucas 4:18ª RV60)

JESÚS mismo, al inicio de su ministerio en la sinagoga de Nazaret, definió el corazón de su misión al venir a la tierra: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18,19 RV60). ¿Cuáles son estos pobres? Definitivamente no son los pobres sociales, porque algunos de ellos están tan llenos de orgullo por su pobreza social, que no quieren salir de ese estado. Aunque JESÚS prestó particular atención a ese sector de la sociedad, también les habló claro: Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre” (Juan 6:25-27 RV60). El apóstol Pablo fue mas allá cuando les dijo a unos pobres sociales perezosos de la iglesia del primer siglo: “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (1 Tesalonicenses 3:10 RV60). ¡La mejor solución para ofrecer a los pobres sociales es educarlos y crear fuentes de trabajo! Un pensador chino, muchos años antes de Cristo, dijo: “Dadle a un hombre un pescado, y comerá un solo día; enseñadle a pescar y tendrá comida todos los días de su vida”. Hasta hoy, no conozco a un pueblo más laborioso que el chino.
Aquella última semana del Señor en la tierra, una mujer trajo una ofrenda al Señor, oportuna y generosa. Viendo aquello surgió un crítico: “¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?” (Juan 12: 5, RV60). Uno puede decir, que gesto tan noble de esta discípulo de JESÚS, sin embargo, Juan nos revela la verdadera intención de Judas Iscariote: “Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.” (Juan 12:6). ¡Desde lejanos días, los pobres sociales han sido la excusa principal de algunos para llegar al poder y enriquecerse! Permítanme decirles que provengo de una familia numerosa, ¡nosotros éramos tan pobres socialmente hablando, que los otros pobres nos ayudaban! Con la ayuda del Señor, estudiando, trabajando y aún aportando nuestras ofrendas materiales para la extensión del reino, Dios nos sacó de allí. Soy testigo de primera mano, de lo que nuestro amado JESÚS, hace por los pobres tanto sociales como espiritualmente, hablando. ¡Gloria a Dios!
Pues bien, es claro que la Palabra de Dios se refiere a los pobres en espíritu. El profeta los describe así: “Dejaré un remanente en medio de ti, un pueblo pobre y humilde. En el nombre del Señor se cobijará” (Sofonías 3:12 NVI). El mismo JESÚS los definió en las bienaventuranzas:Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3 RV60). Los “pobres en espíritu” son aquellos que saben que son pecadores, y que son tan pobres espiritualmente hablando, que están “muertos en sus delitos y pecados” (Efesios 2:1,2); son los que han perdido toda la confianza en sus propios esfuerzos para alcanzar a Dios, y se humillan para que Él los alcance; pobres en espíritu son aquellos que tienen la capacidad para reconocer que sus tesoros en el mundo no pueden comprarles un lugar en el cielo; son los que reconocen que están perdidos sin la ayuda de Dios y acuden a Él para depositar toda su fe en la oferta de salvación divina; se arrepienten y alcanzan el perdón de Dios, y por lo  tanto “de ellos es el reino de los cielos…”. Son los que se esfuerzan en la gracia de Dios y pueden decir:Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13 RV60). Por eso, ¡Arriésgate a ser libre de la pobreza!
Oración:
Padre eterno:
¡Gracias, gracias sin fin, Señor, por la riqueza del espíritu que me has dado! Dame fuerzas y valor, sabiduría y virtud para ayudar a los de mi generación a salir de su pobreza espiritual y social, y disfrutar de “todas tus riquezas en gloria”. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
No permitas que las riquezas materiales o la búsqueda de ellas, te desvíen de procurar las riquezas del espíritu en JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 21 de abril de 2015

¡Arriésgate a creerle a la Biblia!

Francisco Aular
Lectura devocional: 1 Pedro 1:13-25
Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. I Pedro 1:25 (RV60)

¿Por qué me arriesgo a creerle a la Biblia?
Tengo muchas razones, pero seré breve: La Biblia es divina en su origen; es un libro que está vivo y activo, como ningún otro en el día de hoy; la Palabra de Dios es indestructible, ha vencido a todos sus perseguidores del pasado que hoy la proclaman como la verdadera Palabra de Dios; la Palabra de Dios, convence porque juzga los pensamientos y actitudes del corazón; la Biblia es clara en su mensaje, porque nos habla de la eternidad pasada, nos sostiene en la eternidad presente, y nos proyecta a una eternidad futura; la Biblia le da un verdadero sentido a la vida humana, nos explica por qué estamos en la tierra, que no somos un accidente en el mundo, la vida humana desde la perspectiva de Dios y aprendemos cómo obtener el nuevo nacimiento y desde allí la vida eterna, la vida que nos viene desde el cielo; es en las páginas de la Biblia que entendemos que fuimos creados para agradar a Dios, y al mismo tiempo como agradarlo a Él, como servirle, como vivir y como morir; es por la Biblia que entendemos la existencia de una familia espiritual en donde podemos crecer en la madurez espiritual, llamada: la iglesia; y desde la iglesia y por medio de la de la Biblia, entender que fuimos creados para ser como Cristo y estamos llamados a ser como Él es; igualmente, es por la Biblia que entendemos que el propósito final de nuestro breve andar en este mundo, es llegar a conocer a Dios y la salvación que Él ha dispuesto en JESÚS; es por el conocimiento bíblico que entendemos que a los nacidos de nuevo, fuimos escogidos “desde antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4), tenemos una misión en el mundo la cual el apóstol Pablo, la definió así:Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24 NVI)
Cuando tomé la Biblia por primera vez y abrí sus páginas, descubrí que es un libro que está vivo y vibra en cada uno de sus preceptos; es apasionante leerlo desde cualquier punto de vista que usted quiera; en efecto, en las páginas de la Biblia, se nos presenta a los seres humanos, tales y como somos; allí encontramos héroes y villanos; de lo que somos capaces de hacer cuando llegamos al poder, un joven bueno y amado se convierte en rey y de allí a un malvado sin control que Dios mismo le quita la vida; vemos como amar, como hacer la guerra y como hacer la paz; la Biblia no encubre a los hombres y mujeres buenos que hacen cosas malas, pero vemos a los malos arrepentirse y encontrar aceptación y perdón de Dios; en simples palabras; allí en la Biblia encontramos la vida y la muerte en acción; el buscar a Dios o rechazarle; en ser útiles en la obra de Dios, o ser piedra de tropiezo para otros; nos da la razón para ser santos y apartados del mal y empinarnos a vida virtuosa, que es el amor de Dios en acción (Juan 3:16), ¿Cómo podemos fallarle a Dios y no vivir como JESÚS vivió? (1 Juan 2:6)
No obstante, la Biblia es algo más que la lectura que nos atrae, historias cortas con sus enseñanzas eternas; consejos a tiempo para apartarnos del mal y acercarnos a Dios; allí está contemplado la caída del ser humano y su expulsión del paraíso; pero también la manera de volverse a Dios y recuperar lo perdido. Al investigar y escudriñar la Biblia, podemos aprender más de Dios de ella misma que los grandes libros de los teólogos, las especulaciones filosóficas y enseñanzas de todas las religiones juntas.
Pues bien, no hay nada que hacer por más de 50 años desde la primera vez que este libro cayó en mis manos y Dios me habló por medio de ella, la he probado y funciona. Por ello, puedo lleno de fe, esperanza y amor por la Biblia, puedo decir con toda la fuerza y el gozo de que soy capaz: ¡Arriésgate a creerle a la Biblia!
Oración:
Padre eterno:
¡Gracias por dejarnos el Libro que nos guía hacia Ti! Ayúdame a leerlo, estudiarlo, memorizarlo, meditarlo y aplicarlo a mi vida hasta el último latido de mi corazón y de mi última actividad cerebral, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Un acercamiento sincero y sin prejuicios a la Biblia, te llevará al corazón de ella: JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

lunes, 20 de abril de 2015

¡Arriésgate a amar como Dios ama!

Francisco Aular
Lectura devocional: Romanos 5:1-10
…Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5b. (RV60)

En los años sesenta se puso muy de moda lo que se llamó la “revolución del amor”, no era raro encontrar en las camisetas que lucían los jóvenes, las palabras de San Agustín, padre de la Iglesia: “Ama y haz lo que quieras”, por supuesto que la frase no era tomada como una alusión al amor de Dios “Ágape”, base de la cita del hombre de Dios, sino al amor carnal “eros”. El primero, el ágape, es el amor que se da incondicionalmente, tal y como el amor de Dios que tan bien lo expresa el apóstol Juan en su inmortal cita: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16). El segundo tipo de amor, “eros”, es el amor pasional, un amor para nutrir nuestro ego y nuestros deseos; está en el corazón del amor interesado en lo sexual en vez de en lo espiritual; este es el tipo de amor que siempre quiere algo a cambio, ¡generalmente acaba tal y como comienza!, fácilmente se puede convertir en odio al final: “Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado” ( 2 Samuel 13:15 RV60). ¡Usted puede ver este tipo de amor en los actores y actrices de Hollywood o en los artistas que el mundo aplaude, y que van de fracaso en fracaso sin encontrar satisfacción!
¿Acaso hemos nacido solamente para este tipo de amor meramente corporal, o para mostrar el amor de Dios a través de nosotros el cual nos es dado por el nuevo nacimiento? ¿Es posible que podamos los cristianos nacidos de nuevo amar como Dios amó? ¡Claro que sí! Ahora bien, hace muchos años, un hombre de Dios, el cual respeto mucho, me aconsejó: “Procura mantenerte lejos de la gente, no te encariñes con ellos, no te abras tanto, mantén la distancia; no corras riesgos”… ¡A la verdad, les confieso, que he hecho todo lo contrario! ¡Es imposible para mí servir al pueblo de Dios sin correr el riesgo de amarlos y amarlos hasta el fin! El hecho es que cuando amamos con el amor de Dios, corremos riesgos. Las personas fácilmente pueden herirnos, decepcionarnos, criticarnos y al final abandonarnos, sin embargo, el amor de Dios en nosotros es un perfume que queda cuando nos abandonan o nosotros, por amor, salimos. JESÚS nos amó y corrió el riesgo de ser humillado, herido y abandonado momentáneamente por aquellos a los cuales amó, pero al final su amor triunfó, triunfa y vencerá.
La Biblia nos desafía a que corramos el riesgo y amemos a los demás de manera incondicional, este es el tipo de amor que no se da para obtener ganancia personal, sino por el contrario, para darse y sin medida a los demás, así lo dijo Pablo: “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:7 RV60). ¿Has sido herido por amar así? Debes saber que el amor “Ágape” en nosotros, va mucho más allá de las heridas de la vida, de los aparentes fracasos, porque a veces, pareciera, que solamente los perdedores aman; si en verdad es el amor de Dios en ti, el cuidado del Padre que es amor (1 Juan 4:8) nunca te abandonará, y podrás decir como el Apóstol: “Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos” (2 Corintios 12:15). Así que “¡Arriésgate a amar como Dios ama!
Oración:
Si fuera tinta todo el mar,
Y todo el cielo un gran papel
Y cada hombre un escritor,
Y cada hoja un pincel.
Nunca podría describir
El gran amor de Dios.
Que al hombre pudo redimir
De su pecado atroz.
(Himnos de Fe y Alanza, número 42, segunda estrofa
Perla de hoy:
Arriésgate a amar con el amor de Dios, el cual es para siempre.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

viernes, 17 de abril de 2015

¡Arriésgate a creerle al Evangelio!

Francisco Aular
Lectura devocional: Mateo 24:3-14
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24:14 (RV60)

A las Buenas Noticias de la gracia de Dios a favor del pecador en JESÚS se les llama Evangelio. ¿Cuál es el contenido esencial de esas Buenas Noticias?: “Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación” (2 Corintios 5:19). En la religión judía, la ley dada a Moisés por el mismo Dios en el Monte Sinaí, señalaba: “Observen mis estatutos y mis preceptos, pues todo el que los practique vivirá por ellos. Yo soy el Señor” (Levíticos 18:5 NVI); pero el propósito de la ley en la revelación progresiva de Dios fue ir preparando el camino para las Buenas Nuevas, el Evangelio que nos dice:Así que la ley vino a ser nuestro guía encargado de conducirnos a Cristo, para que fuéramos justificados por la fe. Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos sujetos al guía. Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3: 24-26 NVI). ¡Estas son buenas noticias!, porque el ser humano, pecador por naturaleza, no le es posible cumplir las exigencias de la ley, pero al depositar toda su fe en JESÚS, y solo en JESÚS, ¡es salvo por fe, por gracia y Dios le da el pode de ser hijo de Dios!
Hace muchos años un gran hombre de las letras inglesa, C. S Lewis, después de haber negado la veracidad del Evangelio se dispuso a investigarlo; se metió a fondo en la Biblia y terminó haciéndose uno de los más brillantes seguidores de JESÚS del siglo pasado. Escribió una serie de libros para niños, Las crónicas de Narnia; en su primera entrega nos muestra el cuadro triste de un mundo (Narnia) sin Cristo, lo ilustra  como un largo y crudo invierno de cien años… En su segundo libro, El príncipe Caspian, nos narra la historia de un tirano que usurpó el trono de la tierra encantada de Narnia, el cual le correspondía a su sobrino menor, el príncipe Caspian; pero un día este príncipe oye sobre el gran rey de Narnia (el León Aslan) que había muerto y resucitado para destruir el poder del mal. El malvado rey usurpador del trono de Narnia descarta aquella historia por considerarla un cuento de hadas, pero el maestro que había enseñado al príncipe Caspian, lo había ilustrado sobre lo que las profecías decían, y el jovencito poco a poco se da cuenta que  todo es real. ¡Así el triunfo del León Aslan –JESÚS- sobre el mal es definitivo!
Magistralmente, y para un mundo que sobrevivía a la Segunda Guerra Mundial, Lewis ilustra la gran verdad que, aunque, los escépticos suelen despreciar al Evangelio de las buenas nuevas de JESÚS, y considerarlas un mito -como Lewis mismo lo había hecho-, la verdad se impone: “Cuando les dimos a conocer la venida de nuestro Señor Jesucristo en todo su poder, no estábamos siguiendo sutiles cuentos supersticiosos sino dando testimonio de su grandeza, que vimos con nuestros propios ojos” (2 Pedro 1:16 NVI). El apóstol Pedro se arriesgó a andar con JESÚS, y por lo tanto es un testimonio de primera mano para confirmarnos la verdad. ¡Nadie muere por un cuento de hadas!, pero aquellos que vieron a JESÚS y anduvieron con Él, ¡estuvieron dispuestos a morir por su amado Señor y Salvador!
El cumplimiento de las profecías en JESÚS es un hecho verídico, y vendrá en un precioso mañana. Hoy, su Evangelio está vivo y activo de una manera global, tal y como Él lo prometió: Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24:14 (RV60). ¡Nos queda poco tiempo para seguir proclamando este Evangelio, haz algo!
Así, la verdad del Mensaje se impondrá y veremos el triunfo de Aquel que murió y resucitó para darnos la victoria final a todos los que hemos nacido de nuevo, y confiamos plenamente en CRISTO para la salvación eterna: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.” (1 Corintios 15:3,4 RV60) ¡Este es el Evangelio! Por eso, ¡arriésgate a creerle al Evangelio!
Oración:
Padre eterno:
¡Gracias por este Evangelio! que genera vida, produce cambios, nos hace hijos de Dios, asusta al diablo, realiza milagros, sana vidas quebrantadas, edifica el carácter, imparte alegría, transforma las circunstancias, supera la adversidad, nos saca del lodo y nos pone sobre la Roca, nos lleva de triunfo en triunfo, y de victoria en victoria; no pudiera ni vivir ni morir sin este mensaje. Señor, dame las fuerzas e impúlsame para  que nunca calle, y para que anuncie este mensaje hasta el último aliento de vida. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Ante el duro invierno de un mundo sin Dios, hagamos que la primavera del Espíritu Santo del Evangelio, llegue al corazón de cada persona de nuestra generación.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo? 

jueves, 16 de abril de 2015

¡Arriésgate a seguir a JESÚS!

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Mateo 8:18-22
Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos. Mateo 8:22 (RV60)

Ser discípulo de JESÚS es uno de los grandes privilegios que se le presenta al ser humano, pero todo honor demanda responsabilidad, y ese es el caso de los seguidores de JESÚS. En aquellos tiempos, los niños judíos estudiaban en las escuelas rabínicas hasta los 13 años, después de ese período, dependía de un rabino que decidiera quedarse con sus mejores candidatos y hacerlos sus discípulos. Este grupo discipular del rabino lo seguía por dondequiera que éste iba, comían lo que él comía, y hacían lo que él hacía, además, viajaban continuamente haciendo los ejercicios espirituales que su mentor hacía, todo esto, por muchos años, hasta que llegaba el tiempo en que uno de aquellos discípulos continuaría la labor encomendada por su rabino. De aquellos hombres dependía que la religión judía siguiera avanzando con todos sus ritos y prácticas milenarios, en un mundo cambiante. Aquellos que eran rechazados escogían oficios como pastores de ovejas, carpinteros o pescadores.
Uno se asombra al ver que JESÚS escogió a sus discípulos de los rechazados por el sistema educativo-religioso de su tiempo para desafiarlos a ser sus apóstoles. En efecto, hombres como Simón, Andrés, Jacobo y Juan, el círculo íntimo del Señor eran hombres comunes, sin duda, muy buenos en el oficio que habían escogido y que ejercían, el de pescadores, hombres de mar curtidos por el sol y las tempestades, con un trabajo duro y de poco relieve social, si se comparaba con la carrera hacia el “rabinato” local. ¡Cómo se asombrarían cuando oían de un tal JESÚS y de sus enseñanzas que traían trastornados a sus antiguos mentores, los rabinos! Ciertamente, ellos habían conocido a Juan el Bautista, y algunos lo seguían, pero, un día, vieron a JESÚS y escucharon la declaración de Juan el Bautista: “…He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29; RV60), y desde aquel momento siguieron a JESÚS, y paso a paso, el Señor fue buscando a sus discípulos, a los cuales escogió y les dijo a cada uno: ¡Sígueme!, y ellos obedientemente, lo siguieron, ¡cuánto honor!, y, así, aquellos pescadores ordinarios, sin renombre, que habían sido rechazados como discípulos por el rabino local, se convirtieron en nada más y nada menos que en discípulos del Rabino Supremo.
Pues bien, la verdad es que el discipulado es un riesgo porque se trata de trabajar con seres humanos imperfectos, y confiarles a ellos, la misión más extraordinaria del plan de Dios en esta tierra: Hacer que aquellos que están muertos y enterrando a los otros muertos, lleguen a poseer la vida eterna por el nuevo nacimiento por la fe en JESÚS: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3; RV60).
Hoy JESÚS nos ofrece el mismo honor a ti y a mí, tengamos eso, bien claro, y, con humildad, hagamos nuestras las palabras paulinas: “Recuerden lo que ustedes eran cuando Dios los eligió. De acuerdo a la gente, muy pocos de ustedes eran sabios, y muy pocos de ustedes ocupaban puestos de poder o pertenecían a familias importantes. Y aunque la gente de este mundo piensa que ustedes son tontos y no tienen importancia, Dios los eligió para que los que se creen sabios entiendan que no saben nada. Dios eligió a los que, desde el punto de vista humano, son débiles, despreciables y de poca importancia, para que los que se creen muy importantes se den cuenta de que en realidad no lo son. Así, Dios ha demostrado que, en realidad, esa gente no vale nada. Por eso ante Dios nadie tiene de qué sentirse orgulloso” (1 Corintios 1:26-29; La Biblia en lenguaje actual). Por eso, ¡Arriésgate a seguir a JESÚS!
Oración:
Amado Padre celestial:
Te alabo oh Dios del cielo por haberme llamado a un ministerio tan grande; convertirme de la muerte a la vida por medio de tu Hijo; ser declarado tu hijo, y luego al “tenerme por fiel”, ponerme como un soldado de tu reino en la tierra. ¡Ayúdame a culminar mi carrera con gozo! En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Para cumplir con el propósito para el cual naciste en este mundo; escucha a JESÚS, y síguelo.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?

¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?