Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: 1 Pedro 1:3-9
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. Salmo 46:1
Mary y yo
viajábamos a una reunión de una de las juntas de nuestra denominación a la Isla
del Encanto (Puerto Rico) y camino a la aduana del Aeropuerto Internacional de
San Juan, nos dimos cuenta que los televisores de CNN transmitían desde Haití
la noticia del devastador terremoto que había acontecido hacía tan solo una
hora. Se calcula que murieron unas 316.000 mil personas en el desastre telúrico
más calamitoso de la historia de la humanidad. Obviamente, seguíamos con mucha
atención las noticias de los días siguientes: ¡Cuántos muertos, lágrimas y
miedo se veía en los rostros de hombres, mujeres y niños!, pero una escena que
observamos nos emocionó hasta las lágrimas. Se trataba de una mujer joven con
un niño entre sus brazos, frente a una periodista que la interrogaba, la mujer
dijo: “¡He perdido todo, y también a mi otro hijo (…) él murió entre los
escombros al no poder salir como nosotros. ¿Pudo sepultarlo?, -indagó la
periodista-, no. Fue imposible. Su cuerpo quedó atrapado”. Luego de decir esas
palabras ella puso su mano sobre una Biblia que llevaba en su mochila, y de
memoria, citó el primer versículo del Salmo 46: “Dios es nuestro refugio y
nuestra fuerza, siempre está
dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad” (NTV). ¡Gloria al Señor, -exclamé-,
yo sabía al verla que era mi hermana en la fe! La cámara la siguió mientras
ella subía a un autobús. Allí estaba aquella cristiana, nacida de nuevo,
enfrentando la perdida de su hijo, con el otro bebé en sus brazos, y subiendo a
un vehículo que la llevaría a quién sabe adónde, pero, en medio de la pérdida,
había algo que esa mujer tenía en abundancia: ¡Fe en medio de las pruebas!
¡Cuántas veces
he acudido al Salmo 46 en medio de las pruebas de la vida! Pero ahora, no lo
puedo citar sin pensar en que una humilde haitiana, lo vivía, lo encarnaba. Sí,
¡Dios es nuestro refugio! Dios es el lugar en donde podemos protegernos cuando
los problemas y las tormentas de la vida nos azotan sin piedad. ¿Has llegado a
punto en que lo único que tienes es a Dios?, ¡no busques más, lo tienes todo! Dios
permanece inmutable, todopoderoso y por ello, podemos exclamar: ¡Aleluya!, a
pesar de todo.
Cuando pienso en el sufrimiento humano, tampoco puedo
olvidar a uno de mis héroes de la fe, Job, las palabras que pronunció al perderlo
todo, sus bienes materiales, sus amados hijos y aun hasta su propia salud; él
se puso de rodillas en tierra, se inclinó hasta que su frente tocó el suelo
para adorar a Dios, y esta fue su oración: “Desnudo salí del vientre de mi
madre y desnudo estaré cuando me vaya. El Señor me dio lo que tenía y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!” (Job
1:21; NTV). No, mi amado esto no es estoicismo, esto tiene un nombre: ¡Fe en
medio de las pruebas!
Ahora bien, me encanta lo que dice el escritor de
Job: “A pesar de todo, Job no pecó porque no culpó a Dios” (Job 1:22). Los
problemas, la adversidad, las pruebas no deberían apartarnos de Dios, por el
contrario, ¡son los escalones que Dios nos permite para que subamos a otro
nivel en nuestra relación con Él! Aquí me ayuda mucho el apóstol Pedro: “Estas
pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma
manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho
más preciosa que el mismo oro” (1 Pedro 1:7; NTV).
Desde luego, existen varios tipos de fe, no niego
que la fe milagrosa, la fe intelectual y hasta la fe en las demás personas
funcionen, esos tipos de fe son temporales, sólo sirven para la tierra, pero,
la reina de la fe, es la fe salvadora, mediante la cual pongo toda mi confianza
en nuestro Señor Jesucristo para la salvación eterna de mi alma, es la fe que
despierta la “esperanza viva” que dice el Apóstol; es la fe que tiene la
certeza en la resurrección final, la cual nos llevará a reinar con nuestro
amado JESÚS.
La fe salvadora está por encima de cualquier tipo
de fe que tengamos: “Por la fe que tienen,
Dios los protege con su poder hasta que reciban esta salvación, la cual está
lista para ser revelada en el día final, a fin de que todos la vean. Así que alégrense de verdad. Les espera una
alegría inmensa, aun cuando tengan que soportar muchas pruebas por un tiempo breve”
(1 Pedro 1:5,6; NTV). ¡La fe nos ayuda en todo nuestro proceso de la
santificación!, en principio cuando creímos en JESÚS, en el presente frente a
las adversidades, y en el futuro cuando tengamos un cuerpo glorificado para vivir
para siempre con el Señor. Esta es, ¡fe en medio de las pruebas!
Contrario a lo que algunas religiones prometen,
no pararemos de sufrir en esta tierra, tarde o temprano nos tocará a nosotros.
El ser humano sufre, sin embargo, Dios no quiere que vayamos andando frustrados
y lamentosos por este mundo, Él nos da su paz en medio de las tormentas.
Debemos tener la seguridad, como la joven madre haitiana, de que Dios es
nuestro refugio y nuestra única esperanza. No sabemos nada de nuestro futuro,
pero una cosa es segura, y lo digo con mucha experiencia a través de toda una
vida sirviéndole al Señor, le pido, por encima de cualquier cosa que Dios pueda
darme: ¡Fe en medio de las pruebas!
Oración:
Padre
eterno:
Gracias
por dejarme tu Palabra la cual es una fuente refrescante en medio de las
pruebas de la vida. En estos momentos difíciles, tú eres mi refugio y mi única
esperanza. Ayúdame a seguir firme en la esperanza viva que me has dado por
medio de tu Hijo para ayudar y consolar a otros como tú los has hecho conmigo.
En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
¡Pase lo que pase soy más que vencedor por medio
de mi fe en JESÚS!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su
Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda
aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para
llevarlo conmigo?
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