Francisco
Aular
Lectura
devocional: Mateo 24:3-14
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo,
para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24:14 (RV60)
A las buenas noticias de la gracia
de Dios a favor del pecador en JESÚS se les llama Evangelio. ¿Cuál es el
contenido esencial de esas buenas noticias?: “Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no
tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la
palabra de la reconciliación” (2 Corintios 5:19). En la religión judía, la ley
dada a Moisés por el mismo Dios en el Monte Sinaí, señalaba: “Observen mis
estatutos y mis preceptos, pues todo el que los practique vivirá por ellos. Yo
soy el Señor” (Levíticos 18:5 NVI);
pero el propósito de la ley en la revelación progresiva de Dios fue ir
preparando el camino para las buenas nuevas, el Evangelio que nos dice:
“Así que la ley vino a ser nuestro guía encargado de conducirnos a
Cristo, para que fuéramos justificados por la fe. Pero ahora que ha llegado la
fe, ya no estamos sujetos al guía. Todos ustedes son hijos de Dios mediante la
fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3: 24-26 NVI). ¡Estas son buenas noticias!, porque
el ser humano, pecador por naturaleza, no le es posible cumplir las exigencias
de la ley, pero al depositar toda su fe en JESÚS, y solo en JESÚS, ¡es salvo
por fe y por gracia!
Hace muchos años un gran hombre de las letras inglesa, C. S Lewis,
después de haber negado la veracidad del Evangelio se dispuso a investigarlo;
se metió a fondo en la Biblia y terminó haciéndose uno de los más brillantes
seguidores de JESÚS del siglo pasado. Escribió una serie de libros para niños, Las crónicas de Narnia; en su primera
entrega nos muestra el cuadro triste de un mundo (Narnia) sin Cristo, lo
ilustra como un largo y crudo
invierno de cien años… En su segundo libro, El
príncipe Caspian, nos narra la historia de un tirano que usurpó el trono de
la tierra encantada de Narnia, el cual le correspondía a su sobrino menor, el
príncipe Caspian; pero un día este príncipe oye sobre el gran rey de Narnia (el
León Aslan) que había muerto y resucitado para destruir el poder del mal. El
malvado rey usurpador del trono de Narnia descarta aquella historia por considerarla
un cuento de hadas, pero el maestro que había enseñado al príncipe Caspian, lo
había ilustrado sobre lo que las profecías decían, y el jovencito poco a poco
se da cuenta que todo es real.
¡Así el triunfo del León Aslan –JESÚS- sobre el mal es definitivo!
Magistralmente, y para un mundo que sobrevivía a la Segunda Guerra
Mundial, Lewis ilustra la gran verdad que, aunque, los escépticos suelen
despreciar al Evangelio de las buenas nuevas de JESÚS, y considerarlas un mito
-como Lewis mismo lo había hecho-, la verdad se impone: “Cuando les dimos a
conocer la venida de nuestro Señor Jesucristo en todo su poder, no estábamos
siguiendo sutiles cuentos supersticiosos sino dando testimonio de su grandeza,
que vimos con nuestros propios ojos” (2 Pedro 1:16 NVI). El apóstol Pedro se
arriesgó a andar con JESÚS, y por lo tanto es un testimonio de primera mano para
confirmarnos la verdad. ¡Nadie muere por un cuento de hadas!, pero aquellos que
vieron a JESÚS y anduvieron con Él, ¡estuvieron dispuestos a morir por su amado
Señor y Salvador!
El cumplimiento de las profecías en JESÚS es un hecho verídico, y
vendrá en un precioso mañana. Hoy, su Evangelio está vivo y activo de una
manera global, tal y como Él lo prometió: Y
será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a
todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24:14 (RV60). ¡Nos
queda poco tiempo para seguir proclamando este Evangelio, haz algo!
Así, la verdad del Mensaje se impondrá
y veremos el triunfo de Aquel que murió y resucitó para darnos la victoria
final a todos los que hemos nacido de nuevo, y confiamos plenamente en CRISTO
para la salvación eterna: “Porque primeramente os he enseñado lo que
asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las
Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las
Escrituras.” (1 Corintios 15:3,4 RV60) ¡Este es el Evangelio! Por eso, ¡arriésgate a creerle al Evangelio!
Oración:
Padre
eterno:
¡Gracias por
este Evangelio! que genera vida, produce cambios, nos hace hijos de Dios,
asusta al diablo, realiza milagros, sana vidas quebrantadas, edifica el
carácter, imparte alegría, transforma las circunstancias, supera la adversidad,
nos saca del lodo y nos pone sobre la Roca, nos lleva de triunfo en triunfo, y
de victoria en victoria; no pudiera ni vivir ni morir sin este mensaje. Señor,
dame las fuerzas e impúlsame para
que nunca calle, y para que anuncie este mensaje hasta el último aliento
de vida. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Ante el duro invierno de un mundo
sin Dios, hagamos que la primavera del Espíritu Santo del Evangelio, llegue al
corazón de cada persona de nuestra generación.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio
de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual
pueda aferrarme?
¿Existe una lección por
aprender?
¿Existe una bendición para
disfrutar?
¿Existe un mandamiento por
obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento
para llevarlo conmigo?
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