Francisco Aular
El amor….no hace nada indebido, no busca lo suyo,
no se irrita, no guarda rencor. 1 Corintios 13:4ª,5 (RV60)
San Agustín dijo: “Si callas, callarás con amor. Si
gritas, gritarás con amor. Si corriges, corregirás con amor. Si perdonas,
perdonarás con amor. Si está dentro de ti la raíz del amor, ninguna otra cosa
sino el bien podrá salir de ti”. Agustín sin duda hablaba del amor “ágape”, el
amor de Dios.
“Ágape” es la clase de amor que describe el apóstol
Pablo en su famoso poema al amor, en primera a los Corintios, capítulo 13. Allí
palpamos esta gran verdad: El apóstol no trata el amor como algo abstracto, ni
pretende en sus quince inmortales frases, agotar todo lo que esta clase de amor
puede hacer a favor del ambiente en que se desenvuelve, sin embargo, lo que
dice, nos tiene aquí, enriqueciéndonos para poder proyectar esta clase de amor
en lo que somos y hacemos en nuestra corta vida sobre esta tierra. Como decía
aquel pensamiento que leí en mi juventud, y que lo entendí, más o menos así:
“Pasaré por esta vida, solo una vez. Si hay una acción noble que deba hacer, o
una palabra amable que deba decir. Haga yo esa acción, diga yo esa palabra,
pues, pasaré por esta vida sólo una vez”. Salomón fue más directo y menos
poético: “Y todo
lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde
te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría” (Eclesiastés 9:10; NVI).
El amor “no hace nada indebido”. La versión la
Biblia en Lenguaje Actual, traduce: “no es grosero ni egoísta”. La clase de
amor bíblico que estamos hablando, por naturaleza es cortés. La cortesía es
arte que se puede aprender y cultivar; es como la diplomacia, pero cuando es producida
por el amor, sale de adentro hacia afuera y no al contrario; el amor produce la
cortesía, la simpatía la inspira, además, el respeto y la consideración por los
otros, la guía. Vemos claramente, que la falta de amor es lo que lleva a una
persona a ser tosca, grosera y mal educada. Orígenes, decía que el “amor es
dulce” con todos. Lamentablemente, existen muchos líderes cristianos en los
cuales el amor no se ve por ningún lado, al tratar con los demás; el símbolo de
esos líderes no es la miel, sino el limón. Pero lo que nos quiere decir en
apóstol es que el amor, no hiere, no causa sufrimiento, no busca el choque,
sino la reconciliación, no hace muros, sino puentes. Esta cualidad del amor, no
se veía en los destinatarios de la carta paulina a los corintios, por el
contrario, los pleitos, los celos y las divisiones dentro de la iglesia de
Corinto, revelaban tal grado de inmadurez en la conducta de sus miembros, que
Pablo les escribió: “Yo,
hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales sino como a
inmaduros, apenas niños en Cristo. Les di leche porque no podían
asimilar alimento sólido, ni pueden todavía, pues aún son inmaduros. Mientras
haya entre ustedes celos y contiendas, ¿no serán inmaduros? ¿Acaso no se están
comportando según criterios meramente humanos?” (1 Corintios 3:1-3; NVI). En efecto, el amor es opuesto a toda contención indigna, a las
rivalidades, a las imposiciones de nuestro criterio sobre los demás. ¡El mundo
sale ganando con las personas que verdaderamente amen y proyecten un carácter
como el de JESÚS! Pues, todo lo hermoso y noble que pueda tener esta vida, nos
viene por la naturaleza del amor.
Invitación:
¿Quieres poseer el amor “ágape” en ti? Te es
necesario nacer de nuevo y ser salvo. La salvación es el regalo del amor de
Dios por el pecador. Pero no se aplica al pecador en forma universalista o
automática: “No todo el que me
dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21; RV60). Es
necesario hacer una decisión y una invitación para que el SEÑOR te perdone tus
pecados, te salve y more en ti para siempre. Si has comprendido lo que hemos
estudiado hoy, y nunca has hecho esta decisión, este es el preciso momento para
aceptar este amor de Dios en tu vida, ¿te gustaría aceptar el regalo de la vida
eterna en JESÚS, y confiar únicamente en Él para la salvación como dice su
Palabra? Si es así, ora conmigo…
Oración:
Señor JESÚS, gracias por amarme, vengo ahora
delante de ti sabiendo que soy un(a) pecador(a) y que Tú moriste por mí. Ahora
mismo me arrepiento de todos mis pecados y recibo con todo gozo el regalo de tu
salvación, y te confieso como mi Señor y Salvador. ¡Gracias JESÚS por esta
salvación y ayúdame a serte fiel! Amén.[i]
Perla de hoy:
La verdadera amistad y la cortesía son amor en
acción.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento a obedecer?
¿Existe
un pecado a evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
[i] Si has hecho esta oración con sinceridad y de
corazón, eres salvo. ¡Bienvenido a la familia de Dios! Esto es apenas el
comienzo de la verdadera razón de por qué, estás en la tierra. Si quieres
unirte a mi grupo discipular en internet, y estudiar conmigo un material de
discipulado inicial, escríbeme.