martes, 26 de diciembre de 2023

LA BREVEDAD DE LA VIDA (1-2)

Francisco Aular
faular@hotmail.com
MIÉRCOLES, 27 de diciembre de 2023
Lectura devocional: Salmos 90:1-10
Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos. Salmo 90:10 (RV60)
faular@hotmail.com
“Moreno voy a decir,
Según mi saber alcanza:
El tiempo sólo es tardanza
De lo que está por venir;
No tuvo nunca principio
Ni jamás acabará.
Porque el tiempo es una rueda,
Y rueda es eternidad;
Y si el hombre lo divide
Sólo lo hace en mi sentir,
Por saber lo que ha vivido
O le resta que vivir.”
(Martín Fierro, José Hernández, argentino)

 

Estoy consciente que al tocar el tema de la brevedad de la vida, estoy tratando conmigo mismo. Igualmente, sé que algunos de ustedes, el luto los ha visitado este año por terminar y sienten la pérdida personal muy de cerca. Uno puede llorar al despedirse de sus cercanos de dos maneras, el llanto de un viajero que regresará. Y el llanto de los que llegaron a l final de sus vidas “bíos”, vida humana que es la vida de “molestia y trabajo”, en la cita de Moisés, que ya hicimos.

 

¿Qué pasará con los que hemos recibido la Vida Eterna que la Biblia llama Zoé? Precisamente JESÚS vino en una Navidad para que tengamos Vida Eterna. ¡JESÚS es la Vida Eterna! El dijo:  “…yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. (Juan 10:10b)… ¡El que tiene a CRISTO, tiene Su Vida Eterna. Sin embargo, los años que nos da DIOS en la tierra, son breves porque los años de la vida “Bíos”, “pronto pasan, y volamos”.  

 

En cuando el luto nos ha tocado y somos dolientes de un hijo de DIOS que se no ha ido, ¡lloremos pero con esperanza!: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza”. (1 Tesalonicenses 4:13). No debemos reprimir el llanto, sin embargo la amargura y la tristeza, nos son buenos compañeros para llevarlos con nosotros en el resto en la brevedad de nuestras vidas, aquí en la tierra.

 

Ahora bien, tengo delante de mí, el libro de poesía gauchesca de José Hernández: Martín Fierro; me río con las ocurrencias del Moreno y sus preguntas a Martín, el cual responde siempre tocando su inseparable guitarra. Al final del libro, el Moreno pregunta: “Respóndeme al momento-inquiere el Moreno en tanto rasguea su guitarra-: ¿Cuándo formó DIOS el tiempo y por qué lo dividió? Martín Fierro, se aclara la garganta, la pregunta es muy difícil, pero el cantor no se arredra, y nos habla de la brevedad de la vida.

 

Por otra parte, el filósofo griego Aristóteles concebía el tiempo como una especie de círculo que se movía constantemente, pero que volvía a repetirse –de aquí la idea de la rueda, que el poeta José Hernández, pone en la respuesta de Martín Fierro-. Sin embargo, la concepción aristotélica, no satisface. La idea de la vida cíclica nos condena a la repetición fastidiosa, como lo afirma Alberto Camus: “Levántate, toma el autobús, come de nuevo, duerme; y así el lunes, el martes, el miércoles, el jueves, el viernes, el sábado. Siempre el mismo ritmo, continuamente la misma rutina. Queda ese tremendo “por qué” que nadie sabe contestar adecuadamente. Y a la mañana siguiente todo empieza de nuevo”. (El Extranjero).

 

Al contrario, la Biblia nos plantea que la historia del ser humano sobre la tierra tuvo un Génesis y tendrá un Apocalipsis por eso Job, dice: “Mis días se van más veloces que una lanzadera, y sin esperanza alguna llegan a su fin.” (Job 7:6 RV60) Y Moisés afirma:

 

“Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos.” Por el motivo de la vida cíclica, muchos creen en una reencarnación hasta ser perfeccionados porque reconocen que este tiempo es imperfecto como lo somos los seres humanos.

 

En el lado opuesto, la Biblia propone la esperanza de la resurrección de entre los muertos de los cristianos nacidos de nuevo, con un cuerpo resucitado y perfecto para disfrutar una vida perfecta al lado de SEÑOR JESÚS: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25 RV60). 

 

Los que hemos depositado en JESÚS, nuestra confianza y fe, sabemos que la muerte es un proceso y es una lucha. Sin embargo, los verdaderos hijos de DIOS, toda la Biblia desemboca en la Verdad de JESÚS y la seguridad que tenemos en Sus promesas y tendremos un final glorioso con la destrucción de la muerte para siempre, no más dolor, ni tristeza ni enfermedad. Hagamos que frente al desafío que nos ofrece el Año Nuevo de 2024, llenemos nuestro ser de eternidad gozosa y triunfante. Entonces experimentamos esta verdad de que la muerte física de un hijo de DIOS no es el final de todo, sino la entrada a la plenitud de la vida eterna con DIOS. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. ¡Amén!

 

¡Adelante, siempre adelante!

 

Oración:

PADRE ETERNO:

Tú has sido nuestro refugio desde que te conocimos y te recibimos con todo nuestro ser en nuestros corazones. Sácianos SEÑOR de Tu  misericordia y cambia nuestro llanto en gozo. En el nombre de JESÚS. Amén

Perla de hoy:

El cumplimiento de las promesas de DIOS, superan en gran manera las dificultades  que encontramos durante la brevedad de nuestras vidas.

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