SALUTACIÓN
Francisco Aular
¡FELIZ AÑO NUEVO!
«Olviden las cosas de antaño;
ya no vivan en el pasado.
¡Voy a hacer algo nuevo!
Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta?
Estoy abriendo un camino en el desierto
y ríos en lugares desolados.
—Isaías 43:18,19 (NVI)
…una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante. _Filipenses 3.13 (NVI)
Entre los muchos dioses mitológicos que los romanos tenían, se encontraba Jano, así nos explica, el libro que tengo delante: "Jano (en latín Janus) es un dios que tenía dos caras mirando hacia ambos lados. Jano era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por eso le fue consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latín Ianuarius a Janeiro y Janero y de ahí derivó a Enero). Su representación habitual es bifronte, esto es, con las dos caras mirando en sentidos opuestos. Es el dios de los cambios y las transiciones, de los momentos en los que se traspasa el umbral que separa el pasado y el futuro. Su protección, por tanto, se extiende hacia aquellos que desean variar el orden de las cosas. Se le honraba cada vez que se iniciaba un proyecto nuevo, nacía un bebé o se contraía matrimonio".
El apóstol Pablo, el intelectual entre los apóstoles con el alto conocimiento de las Escrituras, su gran cultura filosófica, su herencia judía y su estatura espiritual derivada de su encuentro con JESÚS camino a Damasco, posiblemente escuchó sobre el mito de Jano.
Sin embargo, ratifica lo dicho por el profera Isaías, varios siglos antes. Entonces, nos da tres consejos frente a los cambios que la vida nos ofrece, esa es la alternativa divina:
· Olvidar lo que queda atrás
· El esfuerzo en la gracia de Dios en nuestro presente
· Extenderse frente al futuro
En el pensamiento del Apóstol la vida cristiana es un maratón, todos estamos corriendo hacia una meta. El nuevo nacimiento nos pone en la carrera, todos estamos participando en esa carrera; desde hace mucho tiempo sabemos que los corredores no pueden mirar hacia atrás; los atletas corrían desnudos, se despojaban de todo lo que les estorbaba, y mantenían su mirada en la meta final.
Había premios al final de la carrera, pero en la vida cristiana somos premiados por el esfuerzo legítimo de estar corriendo para la gloria de DIOS y no la nuestra.
El 2023, se nos acaba hoy. ¡Recordémoslo sin dolor y con gratitud al SEÑOR por Su gracia al sostenernos en nuestra labor como misioneros de Su Palabra!
Sería muy bueno recordar también lo que alguien dijo: "El ayer es un cheque cancelado; olvídalo. El mañana es una nota promisoria; no cuentes con ella. Pero la bendición de hoy está presente y es en efectivo, aprovéchala porque no durará". En otras palabras, no viva en el pasado.
El 2024 se nos presenta como una nueva etapa en la carrera de nuestra vida cristiana, algunos pasamos por esta etapa de un año al otro, con lágrimas de gratitud a nuestro DIOS porque sabemos que todavía nuestra hora no ha llegado, y Él nos deja para que corramos y cumplamos la misión histórica para la cual nos ha escogido. No vamos solos pues JESÚS, dijo: "Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo". Y si sabemos que Él va con nosotros como lo ha prometido, corramos con pasión, porque el triunfo es nuestro.
¡Adelante, siempre adelante!
¡Feliz Año con JESÚS!
¡Vamos al grito de de “Jupernikáo" Somos más que vencedores”!
Un nuevo año, es un desafío en nuestra carrera cristiana, un privilegio muy grande y una oportunidad que nos cautiva para: ¡Cambiar, transformar, impactar y desafiar!
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