¡DIOS tuvo un solo HIJO y lo envió como misionero! Y JESÚS, nos tiene a nosotros en Su Iglesia, y nos dio Su Gran Comisión: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”. (Mateo 28:19,20,NVI).
En esta Navidad o Natividad del SEÑOR, estamos celebrando la primera venida de JESÚS Misionero, Él nos prometió: “Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” ¡Sí, JESÚS MISIONERO, sigue con nosotros a través de Su Santo Espíritu.
Todo misionero sale de su zona de comodidad al campo misionero, posiblemente tendrá que enfrentar desafíos nunca imaginados. A principios del Siglo XXI, después del ataque terrorista del 2001, visité el Centro de Entrenamiento Misionero de nuestra Junta Misionera Internacional. Yo estaba gratamente impresionado.
Entonces, escuchando los peligros a que se enfrentan algunos misioneros que salen al campo de las misiones. Pregunté, —¿Tenemos alguna forma de ayudar y defender en caso de peligro de muerte a nuestros misioneros? Me respondió, con una cita que yo había oído antes: “Las batallas son ganadas enseñando a los soldados a morir, no a evitar la muerte”…
A pesar de estos peligros: los misioneros van a esos lugares a dar sus vidas, si eso estuviera en los planes de DIOS para alcanzar a “uno más para CRISTO”.
Nuestra denominación, cumple con tres verbos de acción: Orar. Dar. Enviar. Oramos por misiones, damos continuamente ofrendas misioneras en apoyo financiero a nuestros misioneros que están en los campos misioneros; pero principalmente en la Navidad, tenemos ofrendas especiales en honor a nuestro JESÚS MISIONERO. Y, desde luego, salimos y enviamos misioneros. ¡Gloria al SEÑOR!
El 2033 -si el SEÑOR no ha venido antes- estaremos cumpliendo 2000 años en que JESÚS, nos dio Su Gran Comisión. Desde luego, cito al gran misionero inglés C.T. Stud (1860-1931). Fue misionero en China, La India y África, él dijo una cita que tengo frente a mí en mi oficina: “Si Jesucristo es DIOS y murió por mí, entonces ningún sacrificio que yo haga por Él es demasiado grande”.
JESÚS MISIONERO, bajó desde el cielo a la tierra para traernos Su salvación como un regalo de la gracia divina en Su persona “para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16c).
Hace 60 años, el Espíritu Santo, usó el versículo vecino de la cita de hoy, que dice: “Pero no ruego solo por estos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos”. (Juan 17:20). He estado convencido de que JESÚS Misionero me alcanzó al orar y morir por mí… porque yo soy “aquel que en él cree”.
Desde entonces, soy misionero de Su Palabra en forma total y obedezco como un humilde soldado del Ejército de la Gran Comisión! ¡Somos millones los que formamos ese Ejército! Porque los perdidos deben ser alcanzados para JESÚS MISIONERO, aunque muchos perezcan en tal esfuerzo: “Porque de él, y por él, y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén”.
¡Adelante, siempre adelante!
ORACIÓN:
¡Gracias porque en Navidad nos enviaste a JESÚS MISIONERO! Por ello, gozoso me uno al coro angelical: “¡Gloria a Dios en las alturas,Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”. (Lucas 2:14)
PERLA DE HOY:
Es urgente y necesario que digamos al mundo que JESÚS MISIONERO, es la razón de la Navidad.
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