La reproducción espiritual o discipulado multiplicador, del cristianismo de hace 2000 años, nos deja atónitos por decir algo. ¿Cómo es posible que un movimiento que presentó evidencias de hombres laicos, sin venir de las corrientes diversas que había en el judaísmo religioso de aquellos tiempos? Exactamente los doce discípulos de JESÚS llegaron tan lejos, incluyendo a usted y a mí. Desde luego, aquellos hombres fueron impactado por el CRISTO Resucitado y ascendido al cielo, después de andar con ellos por cuarenta días.
La única respuesta a este asombroso crecimiento con sentido, me la dio el misionero Kenneth Strachan y su famoso teorema:
“La expansión de cualquier movimiento está en proporción directa al éxito obtenido en movilizar y desplegar a su membresía total en la propagación continua de su fe”. (Aular, F. Pasión Por JESÚS en Marcha, página 83, Amazon, Toronto)2013
Desde allí puedo afirmar sin ninguna duda que ser cristiano nacido de nuevo, es ser mucho más que alguien que tiene la seguridad de su salvación. Ser cristiano significa que nos hacemos miembros responsables de una iglesia bíblica en donde la Palabra de DIOS: se oye, lee, estudia, memoriza, medita y se pone en práctica. Ser cristiano nacido de nuevo, es alguien que se entrena con su vida aquí en la tierra “bíos”, a la luz de su destino eterno en el cielo “Zoé”. Ser cristiano es reproducirse espiritualmente como los del primer siglo, lo hicieron.
A pesar de que una iglesia como toda iglesia local tiene los medios de gracia, o medios de santificación, a saber: La iglesia local, la oración, la Biblia, la perseverancia y Su Providencia. El crecer en la fe y el conocimiento del SEÑOR, no es una opción es un mandato. Inmediatamente después de ser salvos, debemos madurar en la fe. ¡No existe nada más triste en este mundo que un cristiano-niño en CRISTO: “Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales, sino como a inmaduros, ¡apenas niños en Cristo! Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido, ni pueden todavía, pues aún son inmaduros. Mientras haya entre ustedes celos y contiendas, ¿no serán inmaduros? ¿Acaso no se están comportando según criterios meramente humanos?”. (1 Corintios 3:1-3). Cristianos, estancados y desperdiciando su única vida humana, sin poder ser bendición para sus familiares, amigos y desconocidos, dentro de su círculo de influencia como ser humano, es un desperdicio espiritual. Debemos ser transformados por el poder de DIOS y Su Palabra.
Habiendo conocido la Vida Discipular, literalmente mi ministerio cambió al comienzo de los años setenta, cuando descubrí la hermosa aventura de la Reproducción Espiritual Transformadora o el discipulado progresivo, me dio las herramientas para ser y hacer discípulos.
Entre otros de mis mentores de aquellos años, no puedo dejar de mencionar al amado hermano James J.D Crane, y sus materiales de discipulado, uno de ellos su obra de apenas, setenta páginas: La Reproducción Espiritual. Publicado por la CBP, El Paso, Texas, 1965).
Nuestro amado e incansable misionero James D. Crane, Puso una pequeña dedicatoria que todavía me impacta: “A LA ESPERANZA de que antes de la Segunda Venida de Cristo el mundo del habla española sea sacudido por un despertar espiritual que traiga millones de almas al Reino de Dios”.
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