¿POR QUÉ IR AL TEMPLO(2-2)

 SALUTACIÓN

DOMINGO, 1 de mayo de 2022

Francisco Aular

¿POR QUÉ IR AL TEMPLO(2-2)

"No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca." (Hebreos 10:25 NVI)

 

Al momento de escribir estos pensamientos, hemos estado por más de dos años de pandemia, y estuvimos 18 meses sin ir al templo. Así que les ruego que el mismo protocolo de extremo cuidado que hemos mantenido, lo continuemos hoy también en el templo. ¡No podemos descuidarnos! Por otra parte, dediqué muchos años de mi vida a exhortar a los amados de nuestras iglesias a salir para evangelizar y discipular a los que no vienen a la iglesia, sin embargo, después de estar en linea llevando nuestras actividades más allá de las “cuatro paredes”, en forma muy cómoda, hoy necesitamos reunirnos presencialmente. ¡Con todas las precauciones hoy iremos al templo a celebrar con la iglesia! ¡Gracias al SEÑOR!

 

¿Qué es la iglesia?

 

Por si acaso déjeme aclararle una definición en pocas palabras, cuando digo “iglesia” no estoy hablando del edificio, del templo, sino de la gente. ¡Gente que se reúne en el nombre del SEÑOR que lo exalta, se nutre de la Palabra de Dios, y predica la Buena Noticia: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16,RV60). En otras palabras la iglesia es el hogar de todo creyente, es la familia espiritual que me permite crecer y madurar.

 

Mi conversión y búsqueda de una iglesia

 

“Martín: ¡JESÚS perdonó mis pecados por Su gracia!” Le comuniqué a la primera persona que le compartí mi experiencia de salvación, mi compañero de trabajo, Orestes Martín Ramos. Esto ocurrió aquel lunes después de Semana Santa, en abril de 1963 -¡Hace 59 años!... Desde allí, DIOS puso en mi corazón la búsqueda de mi familia espiritual. 

 

Así llegué a la iglesia que DIOS me había escogido para que me cuidara y me guiara en mi infancia espiritual: La Misión Bautista Emanuel de Chacaíto en Caracas. Actualmente, es la Iglesia Bautista Emanuel de la Castellana. Desde allí, años después, un domingo por la tarde -por cierto el día de mi cumpleaños cuarenta y cinco-, el 10 de octubre de 1990, los hermanos de Emanuel, de rodillas, oraron por mí y me dedicaron como su misionero al mundo, al venirme a Canadá, en octubre de 1990.

 

¿Por qué voy a la iglesia, hoy?

 

Voy a la iglesia porque esa es la familia que DIOS me proveyó, desde antes de que el mundo fuese. Allí, DIOS ha movido a través de cinco décadas, hermanos y hermanas que me cuidan y protegen con sus oraciones y compañerismo fraternal, y en las medidas de mis posibilidades he hecho lo mismo. Es decir, nos hemos animado, los unos a los otros: “Sino animémonos unos a otros…”

 

Todo un banquete espiritual

 

Voy a la iglesia con todo el regocijo de quien va a un banquete; nadie me obliga, celebro mi libertad en CRISTO; no seré más salvo por ir a la iglesia. Voy a la iglesia porque soy salvo, y eso hay que celebrarlo hasta el final de mis días en esta tierra. Está escrito: “Misericordia quiero y no sacrificios” (Oseas 6:6) ¡Gloria al PADRE por Su regalo a través de JESÚS!

 

Voy a la iglesia porque sé que allí está mi familia espiritual y compartiremos unos a otros, nuestras cargas, nuestras luchas, sin imposiciones legalistas, sino en una atmósfera de fe, amor y esperanza. ¡No hay otro lugar en el mundo en donde yo pueda servir y ser servido como mi verdadero hogar, sino en la iglesia local!

 

El tiempo es corto

 

Voy a la iglesia porque el tiempo que nos queda para el final de la historia como la conocemos, es poco: “y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.” Como lo sabemos por más que no queramos enfrentarlo, ¡estamos de paso por esta tierra! ¡No nos quedaremos aquí!…Sea que el SEÑOR venga hoy, o dentro de mil años…¡Ya no viviré en mi cuerpo, pero seré revestido de un cuerpo inmortal! Por lo tanto, esta vida “bíos” y esta vida “zoé” que poseo, la viviré para la gloria de DIOS, y los amados de mi iglesia me ayudan: Allí hay hermanos con más entusiasmo que yo, con mayor gozo en el SEÑOR que yo, con alas más fuertes de fe, amor y esperanza que yo. ¡El entusiasmo es contagioso!  

 

Por tanto, esos amados me ayudarán, y celebraremos juntos lo que DIOS ha dispuesto para nosotros como un regalo: ¡Estar con Él en el cielo para siempre! ¡Esa es la razón de por qué voy a la iglesia! Por lo tanto: “No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.” (Hebreos 10:25 NVI). 

¡Ven a la iglesia hoy, te esperamos!

 

¿Cómo es una gran iglesia?

 

He tenido el privilegio de predicar en muchas iglesias en 50 años de ministerio. He visto que existen de todo tipo de iglesias por dónde pasé y en la actualidad. Las hay de un gran templo en el centro de una ciudad con miles de miembros; pero también he estado con una iglesia debajo de un árbol de mango. Tanto ayer como hoy, no miro el tamaño físico de la iglesia cuando me invitan; también las respeto a todas. El SEÑOR mismo Dueño de Iglesia, dijo: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. (Mateo 18:20). 

 

Una iglesia es grande cuando practica con toda humildad el reino de DIOS, desde aquí hasta la eternidad futura. Esto es verdad: No existen iglesias pequeñas, sino la de gente sin visión y pasión. He sido básicamente un plantador de nuevas iglesias, repito la idea: iglesia que exalta a DIOS; nutren la vida espiritual de sus miembros y creyentes y anuncian al reino de DIOS por medio de la oración, evangelización y el discipulado. 

 

¡Ven a la iglesia hoy! ¡Te esperamos!

 

Atención: Si vives cerca de la iglesia en que soy pastor y no tienes otra iglesia a donde ir, aquí estamos: Iglesia Bautista Emanuel de Calgary (IBEC): Templo de Urban Grace Church: 823 64 Ave NW, Calgary AB T2K 0M6

Teléfono 1416 358 6115

 

¡Adelante, siempre adelante!

¡Feliz domingo del SEÑOR!