SALUTACIÓN
Francisco Aular
faular@hotmail.com
Pero llega la hora, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca tales adoradores que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, es necesario que le adoren en espíritu y en verdad”. Juan 4:23,24 (RVA)
Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa. Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones. Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca.
Hebreos 10:23-25 (NTV)
Francisco Aular
faular@hotmail.com
Pero llega la hora, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca tales adoradores que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, es necesario que le adoren en espíritu y en verdad”. Juan 4:23,24 (RVA)
Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa. Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones. Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca.
Hebreos 10:23-25 (NTV)
El espíritu humano y necesidad de DIOS
DIOS, nuestro Creador puso en el ser humano el espíritu el cual nos capacita con las siguientes
cualidades: La conciencia que nos permite saber quienes somos y distinguir lo bueno de los malo. La intuición, que es el pálpito inmediato para actuar sin consultar la razón, inmediatamente actuamos y así evitamos los peligros que amenazan nuestra vida. La adoración que es la capacidad de buscar y adorar a un Ser superior y no descansar hasta calmar esa sed que Él su gracia ha puesto en nuestra humanidad, aún caída. Bien lo dijo San Agustín:
“Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”.
“Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”.
¿Voy a la iglesia o al templo?
Nótese que en este escrito, haré la diferencia bíblicamente hablando, entre iglesia y templo. La iglesia es la gente. El templo lugar designado para la reunión de la gente, es decir, la iglesia. Aunque han llegado a ser casi sinónimos en nuestro idioma, es mejor hacer la distinción.
¿Muertos o vivos para DIOS?
Hoy también, me concretaré sobre la necesidad de adorar a DIOS del espíritu humano, vivificado por la Vida Zoé que como discípulos de JESÚS poseemos. Tal transformación es acción de DIOS cuando, Él nos encuentra, nosotros nos arrepentimos de nuestro pecados y pedimos perdón, y Él nos da VIDA ETERNA, porque andábamos como lo dice el Apostol Pablo a los hermanos de Éfeso:
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos por vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora actúa en los hijos de desobediencia.” (Efesios 2:1,2).
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos por vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora actúa en los hijos de desobediencia.” (Efesios 2:1,2).
“Adorar en espíritu y verdad”
Ese espíritu humano que antes estaba “muerto en delitos y pecados”, es transformado por DIOS. Es verdad, ese espíritu aunque estaba vivo para las cosas de este mundo, entre ellas la capacidad de adorar, no hacíamos diferencia entre adorar a DIOS y a los otros dioses o espíritus malignos que dominan a la humanidad desde su caída en Adán.
En Adán o en CRISTO
Gracias a JESÚS resucitado, nuestro Segundo Adán, ahora estamos libres para adorarlo y servir como Él quiere. Un ejemplo de ello lo vemos, cuando JESÚS, al inicial Su ministerio público a la segunda persona que evangelizó, le dijo:
“ Pero llega la hora, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca tales adoradores que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, es necesario que le adoren en espíritu y en verdad”. (Juan 4:23,24), vea la diferencia de “espíritu con minúscula el espíritu humano, y, Espíritu mayúscula porque es el ESPÍRITU SANTO.
Gracias a JESÚS resucitado, nuestro Segundo Adán, ahora estamos libres para adorarlo y servir como Él quiere. Un ejemplo de ello lo vemos, cuando JESÚS, al inicial Su ministerio público a la segunda persona que evangelizó, le dijo:
“ Pero llega la hora, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca tales adoradores que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, es necesario que le adoren en espíritu y en verdad”. (Juan 4:23,24), vea la diferencia de “espíritu con minúscula el espíritu humano, y, Espíritu mayúscula porque es el ESPÍRITU SANTO.
Busca a tu familia espiritual
Si has tenido un encuentro salvador con JESÚS, ahora estás vivo para DIOS. Nuestro espíritu humano vivificado por el ESPÍRITU SANTO busca ansiosamente a la Iglesia del SEÑOR. Desde luego, a los cristianos nacidos de nuevo, se nos hace necesario y vital, buscar a otros que como nosotros tenemos características espirituales semejantes de exaltar al DIOS VIVO, recibir dirección para crecer y madurar en CRISTO, y ayudar a evangelizar a los que todavía, no tienen la Vida Zoé que viene de arriba, del cielo.
Mi familia en CRISTO
Como algunos ya lo saben, tuve me encuentro con el SEÑOR JESÚS en una forma personal en una tarde, Jueves Santo por cierto. Entonces, empecé a buscar una iglesia y un templo para ir. El mismo ESPÍRITU SANTO que me encontró aquel día 11 de abril, también se encargó de llevarme a la Misión Bautista Emanuel de Chacaíto, al este de la ciudad de Caracas.
No era exactamente un templo sino una adaptación para que la iglesia que el SEÑOR ya estaba formando, se reuniera en aquel lugar. En esta hora y en este recuerdo que hago, yo vivo una sensación muy parecida a ese momento inolvidable, de aquel segundo domingo de agosto de 1963. El pastor Carlos Clark, estaba iniciando allí su pastorado en Caracas. Nos presentamos, y 59 años después de aquel día, lo digo con mucho gozo, yo había llegado a la iglesia en que DIOS me ayudaría a nacer, crecer y madurar como lo dijo el Apóstol Pablo:
“Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios”. (Efesios 2:19,NTV).
“Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios”. (Efesios 2:19,NTV).
La familia espiritual que no tiene sustituto
Desde allí, los únicos días que he faltado y no he ido a un templo para reunirme con la Iglesia del SEÑOR, son los 18 meses que no pudimos por la pandemia. Sin embargo, me mantuve domingo tras domingo en las redes sociales, llevando el Mensaje de manera virtual. Pero el día en que regresamos a reunirnos presencialmente, fue una experiencia grandiosa para mi espíritu y todo el entorno.
Antonio Contreras, uno de nuestros miembros que llegaron aquel día, me expresó conmovido:
—Pastor muchas gracias por todo lo que ha hecho en línea por la iglesia. Pero esto de estar aquí en esta hora y vernos cara a cara, no tiene sustituto.
Por esta realidad espiritual, creo que el autor de la Carta a los Hebreos, recomienda:
“Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca”. (Hebreos 10:25, NTV).
Invitación, la próxima semana, DIOS mediante: “Cómo darle prioridad en tu apretada agenda, a la asistencia a tu iglesia”.
¡Feliz DOMINGO DEL SEÑOR para todos!
¡Adelante, siempre adelante!
¡Hoy te esperamos
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