Francisco Aular
Lectura
devocional: Deuteronomio 32:1-7
Recuerda los días de antaño; considera
las épocas del remoto pasado. Pídele
a tu padre que te lo diga, y a los
ancianos que te lo expliquen.
Deuteronomio 32:7 (NVI)
“Los hijos infinitos”
Pido disculpas, pero
nuestro devocional de hoy estará basado en mi experiencia personal; se trata de
la letra de una canción: Recuerdos de un
padre, la cual escribí para todos mis hijos pero especialmente para Daniel
y Frank; ellos habían ido a estudiar a Estados Unidos desde nuestro país de
origen, Venezuela; eso ocurrió en agosto de 1989. Imposible describir cómo
queda el corazón de los padres cuando nuestros polluelos levantan el vuelo y se
van. Ser padres es una experiencia única. Eso lo dice, de manera tan magistral,
el poeta venezolano Andrés Eloy Blanco en su poema, Los hijos infinitos:
“Y cuando se tienen dos hijos
se tienen todos los hijos de la tierra,
los millones de hijos con que las tierras lloran,
con que las madres
ríen, con que los mundos sueñan…”
Mary y yo tuvimos cuatro. Por eso, en esa canción de
cuna “Recuerdos de un padre”, y en la celebración del homenaje a los padres, en
este día especial, los invito a ser parte este día y recordar también algunos
momentos que compartimos con los
hijos que se quedan para siempre en nuestra memoria paternal.
¿Y cuando se tienen cuatro?...
En efecto, vemos en el versículo de hoy, la
exhortación final de Moisés en el umbral de la muerte, nos habla que los padres
son el eslabón entre el pasado y el presente; por ello, los abuelos son tan
esenciales en una familia, ellos nos recuerdan de dónde venimos y hacia dónde
vamos. En nuestro caso como familia Aular Dámaso, ya nuestros abuelos se
fueron, pero los momentos que vivimos con ellos se quedaron para siempre. Pero
como familia, también hemos subido a las alturas y hemos cruzado el desierto y
los valles; hemos llorado en los aeropuertos, en los hospitales, y en el
cementerio; hemos disfrutado de nuestra familia espiritual en la iglesia;
imposible decir todo lo que la iglesia ha hecho por nuestra familia; también
algo que siempre hemos hecho, ha sido reírnos juntos de nosotros mismos al
recordar las cosas graciosas que han ocurrido en familia; ciertamente, no hemos
sido la familia perfecta, pero somos conscientes que solamente en el cielo lo
seremos. Sin embargo, vivir juntos y en armonía es nuestro desafío pendiente,
lo intentamos una y otra vez, porque en el futuro seremos perfectos. ¡No se
afane usted ni su familia tampoco si no son perfectos; Dios lo sabe, pero
inténtelo, no se rinda!
Recuerdos de un padre
Volviendo a la canción: Sé que muchos padres se
unirán a mí, con el mismo sentimiento que implican estos recuerdos; igualmente
los hijos:
Recuerdos de un padre
Francisco
Aular
“Recuerda los días de antaño…”
(Deuteronomio
32:7,NVI)
Hoy
he vuelto a pasar por tu escuela
donde
todos los días te dejé.
Hoy
he vuelto a abrazar tu almohadita
donde
tú recostabas tu sien.
Hoy
he vuelto a empujar tu carrito
donde
echabas a andar tu ilusión,
que
te hizo tu amado abuelito
y
le puso rueditas de amor.
Hoy
he vuelto a pasar por el parque
donde
juntos jugamos tú y yo.
Y
allí te volvías “gigante”…
Nadie,
nadie, jamás te ganó...
Hoy
he vuelto a asistir a la iglesia
donde
fuimos a adorar al Señor.
Y
crecimos juntos en familia
y
aprendimos mil cosas de Dios.
Hoy
he vuelto a leer tu vieja Biblia
que
tu padre un buen día dedicó.
Y
escribiera con letras sencillas:
“¡Hijo
mío sé un hombre de Dios!”
Hoy
he vuelto a orar con tu madre
porque
Dios te bendiga mi amor.
Y
aunque lejos estemos de ti:
¡Hijo
mío, sé un hombre de Dios!
Caracas,
agosto de 1989
Oración:
PADRE eterno, tú eres nuestro verdadero PADRE y
nosotros los pecadores, tus hijos pródigos. Al arrepentirnos y al ser aceptados
como tus hijos en tu familia espiritual, es la base fundamental de nuestra
familia en lo humano. Nuestra familia no es un accidente en el devenir de tu
propósito eterno como el Creador de la familia; tú nos has creado para ti.
Nuestros recuerdos de cómo nos has bendecido en el pasado, nos anima a seguir
viviendo para tu honra y gloria como individuos y como familia. Ayúdanos a ser
misioneros de tu Palabra en medio de esta sociedad y de la familia que tanto te
necesita. En el nombre de JESÚS,
amén.
Perla de hoy:
Contémosle a nuestros hijos
quiénes somos, de dónde vinimos y hacia dónde vamos y tendrán identidad.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de Su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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