lunes, 18 de marzo de 2019

La esperanza viva

Por Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: 1 Pedro 1:3-12
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos. 1 Pedro 1:3 (RV60)

Expectativa natural

La esperanza es vivir la primavera estando en invierno. El poeta libanés Khalil Gibran afirma: “En el corazón de todo invierno vive una primavera palpitante y detrás de cada noche vive una aurora sonriente.” La esperanza hace vivir; es seguir con todo empeño lo que se quiere conseguir; la esperanza es la fuerza que nos mueve cuando se han agotado todos los recursos; la esperanza es dar gracias por los bienes prometidos, sin tenerlos en la mano; el apóstol Pablo, nos dice: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:13 RV60). Mediante la esperanza, el atleta se disciplina en sus ejercicios, el estudiante se concentra en  sus  estudios, las parejas se casan, los padres educan a sus hijos, los agricultores adquieren tierra y se dedican a la siembra, todos ponen su esperanza en el éxito. La esperanza alienta el esfuerzo. A la inversa, si la esperanza desaparece, llega la duda y la depresión que frenan hasta el deseo de vivir. De esta forma pudiéramos decir que la esperanza forma parte de nuestras necesidades fundamentales. La espectativa, la razón de vida es la esperanza.

Grito del alma

Hoy entre todas las crisis que nos afectan la desesperanza es una de las peores. Hoy son muchos los seres humanos que han perdido la esperanza. Van por el mundo desconfiando de los demás. Nadie ni nada, los estimula para vivir a plenitud. Han perdido la esperanza de un futuro mejor, andan con desgano en el mundo, con demasiada frecuencia no esperan nada bueno de los demás, ni tampoco nada de sí mismos. Para Dante, quien vive sin esperanza está ya en el infierno. La esperanza nos abre el futuro con sus horizontes. La esperanza, nos hace ver que esta vida es breve y que vale la pena vivirla a plenitud. Nos fortalece. Ensancha nuestra visión y el corazón. En definitiva la esperanza es el grito del alma, que en medio de la aflicción más profunda, nos hace nacer de nuevo por la fe y la esperanza en JESÚS,  y  de esta manera triunfar a pesar de las circuntancias. En definitiva, la espranza  puede hacernos felices y contagiar a muchos otros con nuestra actitud.

 Una Persona

La Palabra de Dios, nos dice que la esperanza más que una virtud teologal es una Persona, es JESÚS: “Que es Cristo en vosotros la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27b RV60). La esperanza cristiana descubre su fuente y meta en Dios mismo. Brota en el corazón de todo aquel que discierne el sentido de la venida de JESÚS a la tierra, que muriera y resucitara. Ciertamente, JESÚS por medio de su muerte y resurrección, venció todo aquello que nos corta la esperanza, y nos coloca por medio del nuevo nacimiento, “la esperanza de gloria”, esa certidumbre que pase lo pase, “ni la muerte ni la vida…ni nada” nos podrá separar del amor de Dios que está en JESÚS (Romanos 8:35-39). ¡JESÚS es la esperanza viva!

Oración:
Padre Eterno:
Gracias por darnos esta bendita esperanza en ti. Ayúdame a enfrentar toda la prueba, todo problema e inclusive todo mi éxito que pueda lograr con la certeza de que vas conmigo, en el Nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Cuando tu esperanza es Dios, no habrá nada imposible que no puedas lograr.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

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