Por Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura
devocional: 1 Pedro 1:3-12
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza
viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos. 1 Pedro 1:3 (RV60)
Expectativa natural
La esperanza es vivir la primavera
estando en invierno. El poeta libanés Khalil
Gibran afirma: “En el corazón de todo invierno vive una primavera
palpitante y detrás de cada noche vive una aurora sonriente.” La esperanza hace
vivir; es seguir con todo empeño lo que se quiere conseguir; la esperanza es la
fuerza que nos mueve cuando se han agotado todos los recursos; la esperanza es
dar gracias por los bienes prometidos, sin tenerlos en la mano; el apóstol
Pablo, nos dice: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres;
pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:13 RV60). Mediante la
esperanza, el atleta se disciplina en sus ejercicios, el estudiante se
concentra en sus estudios, las parejas se casan, los
padres educan a sus hijos, los agricultores adquieren tierra y se dedican a la
siembra, todos ponen su esperanza en el éxito. La esperanza alienta el
esfuerzo. A la inversa, si la esperanza desaparece, llega la duda y la
depresión que frenan hasta el deseo de vivir. De esta forma pudiéramos decir
que la esperanza forma parte de nuestras necesidades fundamentales. La
espectativa, la razón de vida es la esperanza.
Grito del alma
Hoy entre todas las crisis que nos
afectan la desesperanza es una de las peores. Hoy son muchos los seres humanos
que han perdido la esperanza. Van por el mundo desconfiando de los demás. Nadie
ni nada, los estimula para vivir a plenitud. Han perdido la esperanza de un
futuro mejor, andan con desgano en el mundo, con demasiada frecuencia no
esperan nada bueno de los demás, ni tampoco nada de sí mismos. Para Dante,
quien vive sin esperanza está ya en el infierno. La esperanza nos abre el
futuro con sus horizontes. La esperanza, nos hace ver que esta vida es breve y
que vale la pena vivirla a plenitud. Nos fortalece. Ensancha nuestra visión y
el corazón. En definitiva la esperanza es el grito del alma, que en medio de la
aflicción más profunda, nos hace nacer de nuevo por la fe y la esperanza en
JESÚS, y de esta manera triunfar a pesar de las
circuntancias. En definitiva, la espranza puede hacernos felices y contagiar a muchos otros con nuestra
actitud.
Una Persona
La Palabra de Dios, nos dice que la
esperanza más que una virtud teologal es una Persona, es JESÚS: “Que es Cristo
en vosotros la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27b RV60). La esperanza
cristiana descubre su fuente y meta en Dios mismo. Brota en el corazón de todo
aquel que discierne el sentido de la venida de JESÚS a la tierra, que muriera y
resucitara. Ciertamente, JESÚS por medio de su muerte y resurrección, venció
todo aquello que nos corta la esperanza, y nos coloca por medio del nuevo
nacimiento, “la esperanza de gloria”, esa certidumbre que pase lo pase, “ni la
muerte ni la vida…ni nada” nos podrá separar del amor de Dios que está en JESÚS
(Romanos 8:35-39). ¡JESÚS es la esperanza viva!
Oración:
Padre Eterno:
Gracias por darnos esta bendita esperanza en ti. Ayúdame a enfrentar
toda la prueba, todo problema e inclusive todo mi éxito que pueda lograr con la
certeza de que vas conmigo, en el Nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Cuando tu esperanza es Dios,
no habrá nada imposible que no puedas lograr.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por
medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la
cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por
aprender?
¿Existe alguna bendición
para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento
por obedecer?
¿Existe algún pecado por
evitar?
¿Existe algún pensamiento
para llevarlo conmigo?
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