Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional:
Romanos 1:1-17
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para
fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. Romanos
1:17 (RV60)
Ayer domingo, sorprendí a algunos de los asistentes
en el Culto, al preguntarles que día celebramos hoy 31 de octubre. Algunos
respondieron: Halloween…Solo una persona dijo: ¡La Reforma Protestante! Hoy
celebramos 499 años del inicio de la Reforma Protestante. La Perla no tiene
otra intención sino que se conozca un poco más de nuestra historia, de los
héroes que Dios usó para cambiar
la historia de la humanidad, pero por encima de todo, que brille con toda su
luz infinita la bendita Palabra de Dios: ¡Ese fue el Libro de la Reforma! ¡Es
el Libro que producirá, muy pronto, un despertamiento mundial antes del Rapto
de la Iglesia! ¡Hoy la Palabra de Dios está más viva que nunca! En efecto, hace
quinientos años, un sacerdote Católico romano descubrió la justificación por la
fe al estudiar la Epístola paulina a los romanos: Mas el justo por la fe vivirá. En consecuencia una pregunta nos asalta: ¿Qué
lleva a un ser humano que ha sido levantado por su familia en un sistema
religioso prolijo, complejo y compacto a abandonar todo ese bagaje
familiar-religioso y a aventurarse en una nueva fe? ¿Qué fuerza poderosa es
capaz de hacer que un solo hombre se levante contra un imperio religioso y lo
haga tambalear por sus cuatro costados? ¿Qué movió a ese individuo a levantar
un movimiento capaz de una revolución espiritual que cambió la historia?
Las
vidas del apóstol Pablo y de Martín Lutero nos van a enseñar una gran verdad.
La religión, por muy perfecto que sea su engranaje, no es suficiente para tener
la seguridad de agradar a Dios y aceptar su Salvación. Tanto Pablo como Lutero
eran hombres profundamente religiosos desde la cuna, Pablo nació en medio de la
religión que Dios entregó a Moisés en el Sinaí, Martín Lutero fue producto del
catolicismo romano de la Edad Media. El primero de los dos tuvo su encuentro
personal con Dios camino a Damasco, el segundo, tuvo su encuentro con Dios al
estudiar la Escritura y descubrir la salvación como regalo de Dios a través de
la fe en Jesucristo. Pablo fue perseguido por los judíos, sus correligionarios,
Lutero fue perseguido por los católicos romanos, sus correligionarios.
Tanto a
Pablo como a Martín Lutero los siglos los han revindicado. Pablo es reconocido
como el teólogo y misionero más grande de la historia del Cristianismo. Martín
Lutero es considerado como el líder principal de un movimiento cristiano
llamado el Protestantismo, y aunque Martín Lutero no quería dejar la Iglesia
Católica Romana, encabezó un esfuerzo para que ésta regresara a sus raíces
bíblicas, pero hasta hoy no ha sido logrado. No obstante, el impulso abrió las
puertas al avivamiento de otras congregaciones que ya existían, como los
valdenses y anabautistas que conquistaron a Europa en aquellos años del siglo
XVI. Nuevos y talentosos hombres de Dios surgieron: Juan Calvino, Ulrico
Zwinglio, Phillip Melanchthon, Tomás Mutzer, Juan Knox y centenares más. No fueron
hombres perfectos, tuvieron sus errores; eran seres humanos, pero estuvieron
por encima del descrédito en que el clero romano había caído en aquellos días.
En efecto, el 31 de octubre del año 1517 el monje agustino Martín
Lutero, caminó resuelto al templo del Castillo de Wittember, Alemania, con
determinación y sin que le temblaran las manos, el sacerdote de 34 años levantó
el martillo y clavó uno de los escritos más estridentes de la historia
religiosa -en esa época las puertas de los templos servían a las comunidades
como medios de comunicación-, no hizo falta ni un mes para que los gritos del
documento se oyeran por toda Europa, y muy especialmente, en el Vaticano. El
documento -que no pretendía ser otra cosa que la voz solitaria en la inmensa noche de la Edad Media-, no
era otro que las llamadas Noventa y Cinco Tesis. Si Roma, hubiera oído aquella
voz, hoy contáramos esta historia de otra manera.
Debo aclarar que, todas las religiones o sistemas religiosos están
basados en una u otra fuente de autoridad, éstas cobran toda su importancia
porque son el basamento de nuestras creencias, propósitos, costumbres, hábitos
y valores. Básicamente son cuatro fuentes de autoridad: El intelecto y las
experiencias que están dentro de la persona, y las tradiciones y las Escrituras
que son externas, pero, Dios nos dejó una sola que es verdadera, las Sagradas Escrituras.
Si Dios es verdaderamente Dios, tenía que dejarnos una Escritura inspirada por
Él para poder conocerlo, amarlo, obedecerlo y alcanzar su Salvación, por eso,
el Señor JESÚS le dijo a los judíos: “Ustedes
estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la
vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor!” Juan 5:39 (NVI). Pablo
aconsejó a uno de sus discípulos: “Las
Sagradas Escrituras (…) te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que
es en Cristo Jesús” 2 Timoteo 3:15 (RV60).
Con esta verdad en mente, Martín Lutero escribió mas de 30 himnos
en donde nos dice que, la Biblia, la Palabra de Dios, nos presenta la gran verdad:
La Providencia divina es el castillo fuerte de nuestro caminar normal por la salvación por la fe. Por tanto es una
bendición confiar únicamente en Dios para nuestra salvación, porque: Castillo fuerte es nuestro Dios.
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Gracias
por darnos tu Palabra que es fiel y verdadera. Ayúdame a vivirla por el poder
de tu Santo Espíritu. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Los tesoros de la Biblia están a la disposición de
los que escarben buscándolos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?