Francisco Aular
Lectura devocional: 2
Timoteo 3:12-17
Desde la
niñez, se te han enseñado las Sagradas Escrituras, las cuales te han dado la
sabiduría para recibir la salvación que viene por confiar en Cristo Jesús. Toda
la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y
para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos
equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. 2 Timoteo 3:15,16 (NTV)
¿Por qué le creo a la Biblia? Existen muchas razones por
las cuales amo y le creo a la Biblia la Palabra de Dios; por las Sagradas
Escrituras, llegué al conocimiento del Plan de Dios para alcanzar al ser humano
con la Vida eterna, y darle el cielo como un regalo: “… las cuales te han dado
la sabiduría para recibir la salvación que viene por confiar en Cristo Jesús”;
por las Sagradas Escrituras he recibido el fortalecimiento de Dios mismo en la
hora de la lucha, como todo ser humano que se enfrenta a muchas limitaciones: “Toda
la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y
para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos
equivocados y nos enseña a hacer lo correcto”. Por eso, decía San Jerónimo:
“Ignorar las Escrituras es ignorar al mismo Cristo”.
¿Por qué le creo a la Biblia? Porque la Biblia es un tesoro perfecto de instrucción divina
en donde Dios se revela a sí mismo al ser humano: “Sobre todo, tienen que
entender que ninguna profecía de la Escritura jamás surgió de la comprensión
personal de los profetas ni por iniciativa humana. Al contrario, fue
el Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y ellos hablaron de parte de
Dios” (2 Pedro 1:20,21 NTV), por ello, muchos de los grandes literatos han
encontrado en la Biblia un libro especial, como lo dijera la premio Nobel de
Literatura, Gabriela Mistral: “La Biblia es para mí el Libro de los libros. No
sé cómo uno pudiera vivir sin ella”.
¿Por qué le creo a la Biblia? Porque tiene a Dios como su
autor, a JESÚS como su centro, y al Espíritu Santo su administrador para darla
a conocer en medio de los tiempos. En honor a la Biblia, en este mes, en Perlas
del Alma estaré meditando en el Salmo 119; es el poema más antiguo dedicado
todo a la Palabra de Dios. Es el más largo de los capítulos bíblicos (176
versículos), y un acróstico que sigue las letras del alfabeto hebreo. ¡Qué
profundidad le dio el Espíritu Santo al autor del Salmo 119 para ofrecer esta
joya literaria a la Palabra de Dios! Hace varios años expresé en el poema
“Romance bíblico”, ¿Por qué le creo a la Biblia? Aquí se los dedico:
Amo la Biblia
completa
y lo digo
desde adentro:
Esta Palabra
es de Dios
y sigo sus
mandamientos.
y se divide
en dos partes:
Viejo y Nuevo
Testamentos.
Cuando me
habla el Libro
eleva mis
pensamientos,
que ni sé si
piso tierra
o camino por
los cielos.
Me encuentro
con Abraham
veo a Moisés
y a Pedro;
voces de
gloria y triunfo,
de penas y
sufrimientos.
¡Éste libro
está vivo!,
al mundo le
voy diciendo:
Es el ancla
de esperanza
Y una voz en
el silencio…
Que de mí se
lleven todo;
pero con la
Biblia quedo;
como mi amado
JESÚS,
no será el
pan lo primero.
Al enfrentar
la tentación
que vivo en
este desierto…
Firme estoy
en la tormenta
y excluyo el
desconcierto.
“Crítica
bíblica” llega,
profundos
conocimientos,
que me
parcelan mi Biblia,
yo no los
tengo por cierto.
Dejen que sea
Dios Quien hable
y habrá
entendimiento.
Porque mi
Dios está vivo
y me guía por
el sendero,
pues la mente
es corrupta
y el corazón
traicionero.
Así me veo en
la Biblia,
porque ella
es un espejo.
Es espada de
dos filos,
es martillo y
es fuego.
Por eso amo
mi Biblia,
y así lo voy
repitiendo:
Que de mí se
lleven todo
pero con la
Biblia quedo.
¡Con esta
Palabra vivo!
¡Sin esta
Palabra… muero!
Primicias del
Alma, Francisco Aular, Toronto: Kerigma 1998, p.55
Oración:
Te
alabo SEÑOR porque tu gloria es perfecta y sin fin. No soy una casualidad en
este mundo; te doy gracias por hacerme parte de los que han podido encontrarte
en las páginas doradas de las Sagradas Escrituras. Ayúdame SEÑOR a compartirla
con otros. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
¡La Biblia es un tesoro que sólo encuentran aquellos que
lo creen!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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