martes, 31 de mayo de 2016

¡Tú, puedes hacerlo!

Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: 1 Tesalonicenses 5:1-11
Así que aliéntense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo hacen. 1 Tesalonicenses 5:11 (NTV)

Todavía me acuerdo de mi primer sermón, me había preparado en el estudio de la Palabra, y Adonis Rodríguez mi discipulador espontáneo, me había escuchado predicarlo a voz alta en uno de los parques de Caracas, llamado Los Caobos. Adonis, era muy sincero, y en tono de broma me dijo: _”No eres un Billy Graham, pero saldrás bien: ¡Tú, puedes hacerlo!” El sábado por la noche, casi no dormí por el miedo escénico que me embargaba. Se celebraba la Semana de la Juventud, y yo, era el “pastor” de la ocasión, se supone que un pastor, predica… ¡En qué lío me habré metido esta vez!, pensaba. ¿Y si hago el ridículo? ¿Y si me desmayo del miedo? En estos pensamientos estaba, cuando amaneció.
Así llegamos aquella mañana del día del Señor, la cual sería inolvidable para mí. Los jóvenes, habíamos hecho en esa semana un trabajo de visitación a fondo, habíamos repartido tratados y al servicio de oración del miércoles, por primera vez, habíamos logrado tener allí, orando a casi todos los miembros de nuestra pequeña, congregación: La Misión Bautista Emanuel de Chacaíto.
Mi pastor el hermano misionero, Carlos Clark, debió verme la palidez de mi rostro, y me alentó cuando me dijo: “Francisco, estoy convencido de que usted puede hacerlo, y lo hará bien” Mi voz a penas, me salió para decirle; ¡Gracias pastor!...Oramos y salimos del cuarto hacia la plataforma que gracias a los trabajos de varios hermanos con el pastor Carlos Clark al frente, habían construido y también remodelaron como un santuario. Me senté al lado del pastor Clark, ya que le habíamos pedido que él presentara al predicador de la ocasión. Sentado, esperando mi turno en el programa, observé por primera vez en mi vida el rostro de los amados de la iglesia, sin esperar palabras de ellos. Un trío integrado, por Anita Burgos, Yolanda Salinas y Adonis Rodríguez, cantaron el himno: JESÚS el Buen Pastor. Lo hicieron también, que la única queja que yo tuve fue la de pensar porqué el autor no escribió ese himno con 100 estrofas…
“Mis amados hermanos, en esta oportunidad vamos a presentar al predicador de la ocasión, se trata de Francisco Aular, podemos decir que él es fruto de nuestra cosecha, aquí en Emmanuel…Con ustedes…” El pastor me abrazó y me dijo al oído: “¡Francisco, estaré orando por usted!”. Pasé al frente, sentía que las piernas se movían como si fueran castañuelas españolas. Me acerqué al micrófono, lo elevé hasta mi estatura. Agradecí a la juventud de la iglesia el que hubieran distinguido con ese honor de ser el portavoz del Señor, haber sido el “pastor, de esa semana. Agradecí también a los amados y amadas que me estaban ayudando en mi vida espiritual, y por supuesto agradecí al Señor por darme tantas bendiciones, sin yo merecerlas. Le pedí a los hermanos que se pusieran en pie y que abrieran sus Biblias en el pasaje que Dios había puesto en mi corazón. Leímos, y oré. Mientras oraba, sentí en mi alma, la santa seguridad de que el Autor de ella, estaba conmigo. ¡No había nada que temer, teniéndolo a Él, lo tengo todo! Para la gloria de Dios, al final del mensaje, había gente entregando sus vidas a JESÚS y otros haciendo otras decisiones para Él. Fui hacia ellos para poner también mi propia vida a la disposición del Señor. Había resuelto vivir para Él.
Se ve que el apóstol Pablo tenía una genuina preocupación por enseñar a las iglesias a edificarse los unos a los otros, pero muy especialmente con los nuevos creyentes en el Señor. De 58 veces que aparece en el Nuevo Testamento, las acciones los unos a los otros para estimularse a crecer hacia la madurez en Cristo, Pablo contribuyó con esta palabra, pues la usa 40 veces. Todavía me parece oírlo al decirme: ¡Tú, puedes hacerlo!
Voviendo al relato de aquella mi primera experiencia frente a la gran responsabilidad y honor de predicar en público. Me acerqué a una anciana, la hermana Felipa de Lávinz, ella era peruana, quien me había recibido a las puertas de la Misión, dos años antes, el día que llegué por primera vez, era una de mis consejeras y continuamente oraba por mí. Nunca he olvidado sus palabras: “¡Francisco, tú puedes hacerlo!”
Oración:
Amado Padre Celestial:
Quiero alabar Tu bendito nombre porque todo cuanto soy y he logrado en esta vida, te lo debo a ti. Has sido mi amigo en la oscuridad de las noches y en las tempestades de mi vida. Has borrado la incertidumbre de no saber el propósito de mi vida, y de saber que por mí mismo, ni siquiera existiría. Amado SEÑOR, fortaléceme interiormente con la humildad que nace de ti, que es la base para ayudar y animar a otros. Tú me has amado aún antes de que yo existiera, y sabiendo esto puedo ser un instrumento en tus manos para ayudar a otros. Pon en mí, las palabras que puedan levantar al caído, inspirar a los desanimados para que puedan confiar en tu amor, y dejar de lado todo temor. Haz que yo pueda decirles, con tu sinceridad: ¡Tú, puedes hacerlo!
Perla del hoy:
No importa lo grande de la tarea que tenemos por delante, lo que sí importa es saber lo grande de nuestro Dios quien nos llamó para realizarla.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

lunes, 30 de mayo de 2016

¡Frente a lo imposible!

Francisco Aular
Lectura devocional: Éxodo 14:1-32
Pero el Señor le dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha! Y tú, levanta tu vara, extiende tu brazo sobre el mar y divide las aguas, para que los israelitas lo crucen sobre terreno seco. Éxodo 14:15,16 (NVI)

Cuando Dios quiere hacer algo grande y cambiar la historia, la primera cosa que hace es escoger a un niño, porque el eterno, es especialista en lo imposible; de esta manera Él usa lo débil, lo que el mundo considera inútil, simple, lo insignificante, para confundir a los que se creen muy importantes y sabios. El Apóstol Pablo, lo dijo de una manera sencilla y profunda:Recuerden, amados hermanos, que pocos de ustedes eran sabios a los ojos del mundo o poderosos o ricos cuando Dios los llamó. En cambio, Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos. Dios escogió lo despreciado por el mundo —lo que se considera como nada— y lo usó para convertir en nada lo que el mundo considera importante. Como resultado, nadie puede jamás jactarse en presencia de Dios. (1 Corintios 26-29 NTV).
Ahora bien, me emociona mucho la historia de la iberación del pueblo de Israel de Egipto. La historia del Éxodo es una de mis favoritas porque ella nos dice que hacer ¡frente a lo imposible! Entonces,  me imagino a más de un millón de personas, viajando con todas sus pertenencias en marcha hacia la Tierra Prometida. Sin embargo, no es un viaje de vacaciones, es una huida. Aunque contaban con la presencia de Dios, todavía se sentían y con mucha razón, ¡frete a lo imposible! En efecto, durante el día el SEÑOR iba delante de ellos en columna de nube indicándoles el camino; de noche los iluminaba con una columna de fuego. Así viajaron de día y de noche. No descansaron hasta llegar a las orillas del Mar Rojo. De repente, escucharón a los lejos el estremecedor ruido de las legiones del terrible ejército egipcio que les iba pisando los talones. Sus consignas y gritos debieron sonar espantosos, cuando caía la tarde.
Por los comentarios pesimistas que corrieron en medio del pueblo aterrado, sabemos lo difícil de la hora:  “Entonces le reclamaron a Moisés:—¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos sacaste de allá para morir en el desierto? ¿Qué has hecho con nosotros? ¿Para qué nos sacaste de Egipto? Ya en Egipto te decíamos: “¡Déjanos en paz! ¡Preferimos servir a los egipcios!” ¡Mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto!” (Éxodo 14:11,12) Estaban literalmente atrapados y sin salida en aquella encrucijada. ¡Los pesimistas habian contagiado a todos con su mejores armas: el desánimo y el rumor! Sinceramente,  no era para menos,  de un lado, el desierto y  su peligros; del otro lado los alcantilados, imposibles de vencer y muchos menos de noche; atrás el sonido de los carros y trompetas del terrible ejército del enemigo y el Faraón que marchan en pos de una victoria que les parece fácil frente aun puebo desarmado; al frente el Mar Rojo con su olas que hacen su ruido al chocar con las rocas y la playa. En otras palabras, verdaderamente, estaban ¡frente a lo imposible! ¿Qué hacer?...
Entonces, se escucha desde el cielo una orden a Moisés “¡Ordena a los israelistas que se pongan en marcha!!” Moisés levantó su vara y se puso en acción con el primer paso, en obediencia a Dios. Entonces, el angel de Dios y la nube cambiaron de lugar, de la vanguardia pasaron a la retaguardia ¡la presencia de Dios se colocó entre los egipcios e Israel; el mar se abrió y los israelitas cruzaron aquel mar con sus terribles olas sostenida por el aliento de Dios. Además de ello, la columna de fuego los iluminaba para su lado, y del lado del ejército enemigo la terrible oscuridad de la noche; así pasó el pueblo de Dios el Mar Rojo, y una vez que lo cruzaron el mar se cerró y se tragó a los enemigos de Israel. Otra vez, en los planes de Dios: ¡Lo débil había vencido a lo fuerte! ¡Perdóneme yo me uno al cántico de Moisés! “¡El SEÑOR reina por siempre y para siempre!” (Éxodo 15:18) Él y sólo Él es Vencedor, cuando Sus hijos están: ¡Frente a lo imposible!
Oración:
Amado Padre eterno:
Aquí estoy SEÑOR, con lo único que poseo, mi misión histórica para la cual tú por tu misericordia me has escogido. En esta hora cumbre de mi vida me pongo en marcha para hacer tu divina voluntad. Ayúdame a vencer lo imposible. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Frente a lo imposible el SEÑOR, nos dice “¡ponte en marcha!”.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

viernes, 27 de mayo de 2016

“Está establecido”

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional:  Hebreos 9:24-28  
Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio. Hebreos 9:27 (NVI)
Ella fue tal vez una de las mujeres más fotografiadas del mundo. Admirada y amada por millones de personas y odiada por otros cuantos. Su paso por este mundo fue breve, pero contundente. Pasó de ser una plebeya a princesa al convertirse en la primera esposa del príncipe Charles de Inglaterra. Tanto su matrimonio como su posterior divorcio fueron seguidos por millones de personas en el mundo. Su nombre, Diana Spencer, y luego la princesa de Gales, mayormente conocida como Lady Di. A pesar de todo el bien que hizo la mayoría la recuerda por la vanidad que la belleza, la riqueza y la fama conllevan. Precisamente huyendo de los periodistas que la asediaban aquel 31 de agosto de 1997, pereció trágicamente, porque la Biblia dice: “…está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio.”
Ella era menudita, sin atractivo físico, sus sandalias marcaban los miles de pasos andados por casi todo el mundo; representaba a los pobres del mundo entero: los no amados, los indeseados, los desatendidos, los paralíticos, los ciegos, los leprosos, los alcohólicos, las lacras de la sociedad de todas las naciones del mundo, especialmente los de la India. Vista desde lejos sorprende que en un mundo materializado y lleno de frivolidades, una mujer como ella llamara la atención de los medios de comunicación, de los ricos y poderosos de este mundo. Sí, ella es la Madre Teresa de Calcuta. Murió rodeada de sus hermanas y muchos de aquellos que ella, les había hecho bien, el 5 de septiembre de 1997.
La princesa Diana y la Madre Teresa, fueron muy buenas amigas, y salieron de este mundo, con una semana de separación la una de la otra, porque está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio.
Pensando en el tema de lo breve de la vida y lo inevitable de la muerte, me viene a la mente, aquel fatídico, 11 de septiembre del 2001.
Una persona me llamó de urgencia y me dijo “Pastor ha ocurrido en accidente aéreo y uno de los edificio de las Torres Gemelas de Nueva York, esta ardiendo”, corrí y prendí la televisión y allí ya estaba CNN, con la información; pero Mary yo, teníamos una cita en la Iglesia Bautista Emanuel de Manassas, Virginia, y salimos por la carretera 28 con la radio encendida, de pronto escuchamos otra noticia, otro avión había impactado la otra Torre, y luego otra noticia, una avión se había estrellado, muy cerca de nosotros, en el Pentágono; rápidamente, nos hicimos a un lado de la carretera, y con lágrimas Mary yo, oramos porque sabíamos que aquello tenía todas las características de un ataque terrorista en gran escala a la nación estadunidense, a la cual estábamos llegando para iniciar una nueva iglesia. Desde ese día, el mundo no ha sido el mismo; todos nos volvimos vulnerables, porque en la mente diabólica de un terrorista se había concebido y planeado acabar con el centro del comercio del mundo, sin importar el alto costo de las vidas humanas. Un nombre salió desde la oscuridad del anonimato, y pasó a ser el emblema del terror y de la muerte. Después de diez años de persecución, Osama Bin Laden, murió violentamente como él había vivido. Porque está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio.
La Biblia nos habla de la brevedad de nuestra vida humana, la cual es una asignación temporal que nos permite Dios para que le conozcamos a través del nuevo nacimiento y nazcamos a la vida espiritual, la verdadera vida a través de nuestra fe en JESÚS. Seamos cristianos nacidos de nuevo, o no, de todos modos moriremos. ¿Qué vamos a ser y hacer en nuestro breve paso por este mundo? Me dicen que existe una orden de monjas que se saludan de la siguiente manera: “Hermanas hemos nacido para morir”, y desde luego, metidas en su claustro, esperan la muerte. ¡Nadie puede escapar a la muerte! Por ello, al saber las noticias del sacrificio de los cristianos, que -hoy en día a mediados de la segunda década del Siglo XXI- están muriendo por su fe en aquel que es la Vida eterna, JESÚS, nos llena de admiración su fe y el coraje que tienen frente a la muerte, una de esas personas admirables es Meriam Ibrahín, mujer embarzada de Sudan del Sur, frente a la horca y conminada a covertirse al islamismo para salvar su vida, dijo: “Yo soy cristiana, y voy a seguir siendo cristiana…” ¡Alabado sea el Señor! ¡Los mártires están allí todavía, frente a nosotros! El único escape a la verdadera muerte es confiar plenamente en JESÚS porque Él y sólo Él es la Vida que vino desde el cielo para decirnos: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” (Juan 11:25, RV60). ¡Todos sus amados discípulos, salvo Juan, murieron por su fe en JESÚS! Pero dejaron sus huellas en la historia y también para ser nuestro ejemplo en esta hora tan oscura de nuestra humanidad. Como Pablo, frente a la muerte, podemos también exclamar, llenos de fe: “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.” (Filipenses 1:21), y con este lema se lanzó a cambiar el mundo, lo cual hizo, este mundo no es el mismo porque él estaba convencido de la verdad bíblica: está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio.
Oración:
Amado Dios:
Te alabo en esta hora por darme una razón para vivir y para morir. Ayúdame a invertir esta única vida humana que poseo en la proclamación de tu amor, y que sí podemos confiar únicamente en ti para darle un verdadero sentido a nuestro breve paso por este mundo. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Seamos cristianos o no, está establecido que un día moriremos, y si de todos vamos a morir: ¡Vivamos para la honra y la gloria de Dios!
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?

jueves, 26 de mayo de 2016

Nos veremos en la mañana

Francisco Aular
Lectura devocional: Juan 13:1-9
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Juan 13:1 (RV60)

La muerte vino a este mundo como resultado del pecado: “el aguijón de la muerte es el pecado” (1 Corintios 15:56), y desde entonces, nos esclaviza de miedo en toda nuestra vida como seres humanos, pero el miedo a la muerte no nos impedirá morir, sino vivir. Como un médico dijo: “Este temor está arraigado en tres cosas: temor al dolor, temor a la separación y temor a lo desconocido.”.
Pasar “de este mundo al Padre” es la admirable definición de la muerte  que hace la Palabra de Dios para el cristiano nacido de nuevo. La muerte no es para el cristiano un camino cerrado o un salto a lo desconocido, sino, la partida desde este mundo a la casa del Padre: No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.  Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. (Juan 14:1-3) ¡Qué promesa nos hace JESÚS! Esto debiera ser suficiente para vencer cualquier temor a la muerte. Esta promesa está acreditaba por la resurrección del mismo JESÚS: Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. (Apocalipsis 1:17,18).
¿En esto piensa la mayoría de los seres humanos sobre la muerte? No. Lamentablemente para la mayoría, la muerte es el final de todo, y por lo tanto, nos pasamos la vida retardándola, disfrazándola, burlándonos e ignorándola  en cuanto nos es posible, pero tarde o temprano, tendremos una cita con ella. ¡Nadie quiere que ni en sombra se atraviese en su camino!
Sin embargo, para el discípulo de JESÚS, la muerte ya no es un motivo de temor, poseemos la certeza que nos da la Palabra de Dios; la muerte no nos separará de Dios, sino que nos llevará a Él; veremos a JESÚS y lo conoceremos cara a cara; no sé lo que usted hará cuando eso suceda, pero cuando llegue allá y lo contemple en toda su gloria, y al ver en su cuerpo resucitado las marcas de los clavos en su amor por mí, me arrojaré a sus pies, y le diré: ¡Gracias amado JESÚS!, durante mi primer millón de años en la eternidad.
En la biografía del esposo de Catherine Marshall Un hombre llamado Pedro, ella describe elocuentemente la negrura de la noche del pesar, y lo brillante del amanecer de una nueva fe. En efecto, después de la muerte del doctor Marshall, ella fue a la casa de verano, y allí todo le hablaba de él, desde el bote hasta los zapatos bajo la cama, buscando la soledad del mar, salió a la playa en la primera tarde tempestuosa, al mirar el agua, de repente, recordó sus últimas palabras, la escena quedó fija vívidamente en su memoria. Pedro estaba acostado en la camilla esperando que lo llevaran a la ambulancia, ella se inclinó sobre él y le susurró: “Querido, nos veremos en la mañana.” La última línea resume así sus maravillosos pensamientos: “Y al estar de pie allí mirando a lo lejos del horizonte, sabía que esas palabras las cantaría de corazón a través de los años: nos vemos querido, nos vemos en la mañana.” Paul W. Powell, El Nuevo Manual para Ministros. “…sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.” Amar a los nuestros hasta el fin, nos da una gran esperanza frente a la muerte. Cuando dos personas son cristianos nacidos de nuevo, la muerte no es una separación definitiva, por tanto no se dicen adiós por última vez, sino, ¡nos veremos en la mañana!
Oración:
Yo sé que un día el río cruzaré
Con el dolor batallaré
Y al ver la vida triunfando invicta
Veré gloriosas luces y veré al Rey.
Porque Él vive
Triunfaré mañana
Porque Él vive
Ya no hay temor,
Porque yo sé
Que el futuro es suyo,
La vida vale más y más, solo por Él.
 Gloria y William J. Gaither.  “Porque Él vive”, Himnario Bautista, #460, CBP, 1978
Perla de hoy:
No nos corresponde saber cuanto tiempo nos queda por vivir aquí, sino vivir lo que nos resta para la gloria de Dios.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo

miércoles, 25 de mayo de 2016

¡Arriésgate a seguir a JESÚS!

Francisco Aular
Lectura devocional: Mateo 8:57-62
Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos. Mateo 8:22 (RV60)

Ser discípulos de JESÚS es uno de los grandes privilegios que se le presenta al ser humano; pero todo honor demanda responsabilidad, y ese es el caso de los seguidores de JESÚS. En aquellos tiempos, los niños estudiaban en las escuelas rabínicas hasta los 13 años, desde allí, dependía de que un rabino decidiera quedarse con sus mejores candidatos y hacerlos sus discípulos. Este grupo discipular del rabino seguía al rabino por dondequiera que éste iba, comían lo que él comía, y hacían lo que él hacía, viajaban continuamente haciendo los ejercicios espirituales que su mentor hacía, y así por muchos años. Llegaba el tiempo en que uno de aquellos discípulos continuaría la labor encomendada por su rabino. De aquellos hombres dependía que la religión judía siguiera avanzando con todos sus ritos y prácticas ya milenarias en un mundo cambiante. Aquellos que eran rechazados escogían un oficio como pastores de ovejas, carpinteros o pescadores.
Uno se asombra al ver que JESÚS, escogió a sus discípulos, de los rechazados por el sistema educativo de su tiempo para desafiarlos a ser sus apóstoles. En efecto, hombres como Simón, Andrés, Jacobo y Juan, el círculo íntimo del Señor, eran hombres comunes; sin duda muy buenos en el oficio que habían escogido de ser pescadores, hombres de mar, curtidos por el sol y las tempestades, con un trabajo duro y de poco relieve social, comparado con la carrera hacia el “rabinato” local. ¡Cómo se asombrarían! Cuando oían de un tal JESÚS y que sus enseñanzas traían trastornados a sus antiguos mentores los rabinos. Ciertamente, ellos habían conocido a Juan el Bautista, y algunos lo seguían, pero un día vieron a JESÚS y escucharon la declaración de Juan el Bautista: “…He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29 RV60). Desde aquel momento siguieron a JESÚS, y paso a paso el Señor fue buscando a sus discípulos; a los cuáles los escogió y les dijo a cada uno de ellos: ¡Sígueme!, y ellos obedientemente, lo siguieron. ¡Qué honor! Y así, aquellos pescadores ordinarios, sin renombre que habían sido rechazados como discípulos por el rabino local, se convirtieron, nada más y nada menos en discípulos del Rabino Supremo.
Pues bien, la verdad es que el discipulado es un riesgo porque se trata de trabajar con seres humanos imperfectos y confiarles a ellos, la misión más extraordinaria del plan de Dios en esta tierra: hacer que aquellos que están muertos y enterrando a los otros muertos, por el nuevo nacimiento por la fe en JESÚS, lleguen a poseer la vida eterna: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3 RV60)
Hoy JESÚS nos ofrece el mismo honor a ti y a mí; eso sí tengámoslo bien claro, con humildad hagamos nuestras las palabras paulinas: “Recuerden lo que ustedes eran cuando Dios los eligió. De acuerdo a la gente, muy pocos de ustedes eran sabios, y muy pocos de ustedes ocupaban puestos de poder o pertenecían a familias importantes. Y aunque la gente de este mundo piensa que ustedes son tontos y no tienen importancia, Dios los eligió para que los que se creen sabios entiendan que no saben nada. Dios eligió a los que, desde el punto de vista humano, son débiles, despreciables y de poca importancia, para que los que se creen muy importantes se den cuenta de que en realidad no lo son. Así, Dios ha demostrado que, en realidad, esa gente no vale nada. Por eso ante Dios nadie tiene de qué sentirse orgulloso.” (1 Corintios 1:26-29 La Biblia en lenguaje actual) Por eso, ¡Arriésgate a seguir a JESÚS!
Oración:
Amado Padre celestial:
Te alabo oh Dios del cielo por haberme llamado a un ministerio tan grande; convertirme de la muerte a la vida por medio de tu Hijo; ser declarado tu hijo, y luego al “tenerme por fiel”, y ponerme como un soldado de tu reino en la tierra. ¡Ayúdame a culminar mi carrera con gozo! En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Para cumplir con el propósito para el cual naciste en este mundo; escucha a JESÚS, y síguelo.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

martes, 24 de mayo de 2016

¡Arriésgate a ser como JESÚS!

Francisco Aular
Lectura devocional: Efesios 4:1-16
En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia. Efesios 4:15 (NTV)

Cuando vemos que el hijo se asemeja tanto en personalidad como en carácter al padre, decimos: “De tal palo, tal astilla”; en realidad, en la fe cristiana, el Padre quiere que nosotros seamos en todo como su Hijo JESÚS: “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Efesios 1:4,5 RV60). Solamente Dios tiene una respuesta para la salvación del ser humano, adoptarnos como sus hijos y, ¡hacernos como su Hijo JESÚS! Pero esto no ocurre automáticamente en el ser humano, y por eso, necesitamos arrepentirnos de nuestros pecados, alcanzar el perdón de Dios, y nacer de nuevo (Juan 3:3), y como bebés espirituales crecer, “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13 RV60). En efecto, como decía mi pastor Eusebio Pérez Domínguez: “Lo que no nace no crece”. ¡Parecernos a Cristo no es una opción, si nacimos de nuevo es necesario que esa transformación se vea en nosotros! “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Juan 2:6).
Pues bien, ser como JESÚS es un riesgo, Él mismo lo dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23 RV60). El Señor JESÚS nos exige un amor supremo y una lealtad a toda prueba, “tome su cruz cada día” suena muy suave hoy porque la cruz,  para muchos de sus seguidores, ha venido a ser parte del vestuario, un adorno y nada más, o simplemente, un símbolo al cual algunos adoran. Pero en los días de JESÚS, la cruz era símbolo de vergüenza y muerte, así que ¡ese cristianismo ligero, como una dieta alimenticia que hoy en día se vive, no aparece en el Nuevo Testamento! JESÚS fue muy claro con sus discípulos, una y otra vez, él les dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33 RV60). El cristiano solamente encuentra paz a medida que crece, y en ese tránsito es probada su verdadera afiliación espiritual a través del sufrimiento, por la verdad, por las aflicciones, los problemas, las tentaciones, sus luchas, sus lágrimas, y aun, el martirio, pero sigue firme confiando en las promesas del Señor JESÚS, no mirándose a sí mismo; se parece a JESÚS en todo: ama como Él nos amó; perdona como él perdonó; y esa similitud, nos libra de llevar un cuaderno con las fallas de los demás y con lo que le han hecho para justificarse a sí mismo; no apela a la autoconmiseración que lo hunde en depresión, sino que pone toda su confianza en el Señor y Salvador JESÚS durante toda su vida en esta tierra; el verdadero discípulo de JESÚS sabe que su crecimiento hacia la madurez en Cristo no es una emoción pasajera, sino una decisión hecha con todas las fuerzas del espíritu, del alma y del cuerpo.
Permítame decirle que cuando leo la vida del apóstol Pablo -quizás el héroe más importante del Cristianismo-, después de la de JESÚS, me impacta; antes de nacer de nuevo, lo vemos perseguir hasta la muerte a la Iglesia y consentir en la muerte de los primeros mártires de la fe cristiana; luego, su conversión en el camino a Damasco; vemos su humillación, el hombre religioso judío, doctor y observador de la ley, el orgulloso Saulo de Tarso, tiene que aprender el discipulado inicial de manos de un hermano desconocido llamado Ananías; después depende para su desarrollo del hombre de Dios, Bernabé; de repente, se destaca en medio de todos los apóstoles; hoy conocemos el verdadero Plan de Dios para el ser humano, y gracias a que el Espíritu Santo usó a Pablo para decírnoslo de manera que todos lo podamos entender; Pablo sufre en todo su trayecto hasta la madurez en Cristo de muchas maneras, sin embargo, él no se amilana, no culpa a otros, no se deprime; ni la más oscuras cárceles de Imperio Romano lo silencian. Uno no puede ver lo que Dios hace con ese ser humano tan especial llamado Pablo de Tarso y seguir viviendo en la mediocridad espiritual. ¿Cuál fue la marca distintiva de aquellos hombres y mujeres del primer siglo de la Cristiandad y nosotros? Ellos, consideraron la fe cristiana no como una religión llena de ritos vacíos, en los que uno practica a ver qué pueden hacer esas prácticas por nosotros, sino que sencillamente, aquellos primeros discípulos de JESÚS, corrieron el riego de parecerse a JESÚS, de tal manera que pudieron decir: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20 RV60). En otras palabras: ¡Arriésgate a ser como JESÚS!
Oración:
Amado Padre celestial:
Tú no quieres que yo sea un pequeño dios, sino que a través del sufrimiento de JESÚS, yo me parezca a Él; que a través de su resurrección, yo aprenda a confiar, que día tras día, el mismo poder que levantó a JESÚS de los muertos, está a mi disposición para vivir la vida cristiana en toda su plenitud. Gracias Señor por darme vida en JESÚS y hacerme tu hijo; ayúdame a ser como tu amado Hijo. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Arriesgarnos a ser como JESÚS en todo lo que somos y hacemos, habla de quienes somos y a dónde vamos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

lunes, 23 de mayo de 2016

La esperanza: Un rayo de luz en las tinieblas

Francisco Aular
Lectura devocional: Salmo 119:81-88
Estoy agotado de tanto esperar a que me rescates pero he puesto mi esperanza en tu palabra. Salmo 119:81 (NTV)

El fuego del sufrimiento hace brillar el oro de la esperanza.
Una de las obras maestras del arte es el cuadro del pintor y escultor inglés George Frederic Watts (1817-1904) que se exhibe en la galería de arte de Londres, y cuyo título son dos palabras: La esperanza. Es una joven muy bella sentada sobre el globo terráqueo; en sus manos tiene un laúd cuyas cuerdas están rotas, menos una. Sus ojos están vendados, pero sus delicados dedos se posan sobre la única cuerda que no está rota; ella inclina graciosamente su cabeza sobre el laúd, como si estuviese presta a captar la nota que ha de emitir la cuerda. En la concepción del artista, la esperanza es aquello que el ser humano nuca debe perder.
Pues bien, en la estrofa del canto del Salmo 119 que estamos considerando en nuestra meditación de hoy, el salmista –posiblemente el rey David- muestra que está rodeado de enemigos; él ha confiado su aflicción a Dios, y para ello, utiliza imágenes  muy expresivas: “Estoy agotado de tanto esperar a que me rescates pero he puesto mi esperanza en tu palabra” (v.81); el salmista ha estado deprimido y dice: “Estoy arrugado como un odre viejo pero no me olvidé de obedecer tus decretos” (v.85).
En efecto, en medio de aquella oscuridad, un rayo de luz penetra iluminándolo todo; es la esperanza, y precisamente, esa esperanza es la Palabra de Dios: “He puesto mi esperanza en tu palabra (…) pero no me olvidé de tus decretos (…) todos tus mandatos son confiables (…) pero me negué a abandonar tus mandamientos”, el salmista parece decirnos: ¡No importa el tamaño del problema, sino el tamaño del Dios en el cual he creído! ¡Dios es quien la Palabra dice que es; Dios puede hacer lo que la Palabra de Dios dice que puede hacer! ¡Yo soy quien la Palabra de Dios dice que soy: Un hijo de Dios!, por lo tanto, confiando en su Palabra: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13). Aunque los problemas estén allí, y a veces, mis emociones me traicionen, no me dejaré dominar de ellas, sino que haré, lleno de fe, esperanza y amor, ¡que la Palabra de Dios siga viva y activa en mí! Todavía espero escuchar el precioso sonido de la última cuerda: La voluntad de Dios. Pase lo que pase: “… entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2b).
La esperanza es un rayo de luz en medio de las tinieblas; es una continua expectación de que lo mejor está en el horizonte, y la Biblia llama a esta virtud “la bendita esperanza”; no se nos ha prometido a los cristianos nacidos de nuevo que viviremos en un lecho de rosas, y debemos echar bien fuera de nosotros, por inútil, la duda que nos lleva a la desesperación, al temor y a la depresión; como le escuché decir al admirado hermano Adrian Rogers en medio del sufrimiento de su enfermedad, que finalmente lo condujo a la muerte: “El pesar mira hacia atrás, la preocupación mira alrededor, pero la esperanza mira hacia arriba”.
El proceso natural del cristiano nacido de nuevo y su vida normal en el camino hacia lo eterno, no es ir de placer en placer, de prosperidad en prosperidad -puesto que son temporales y que el mundo nos promete-, sino de esperanza en esperanza; ciertamente “la fe, la esperanza y amor vivirán para siempre con nosotros”, pero la mayor de estas virtudes es el amor (1 Corintios 13: 13). En cuanto a Dios, Él es amor (1 Juan 4:16), y en medio de nuestras luchas aquí, nunca volteará su rostro, si le buscamos, porque un rayo de luz nos iluminará para siempre: la esperanza. Así, concluye el salmista: “En tu amor inagotable, perdona mi vida; entonces podré continuar obedeciendo tus leyes” (v.88).
Ciertamente, confiemos en el Señor, a pesar de todo, porque: ¡La esperanza es un rayo de luz en las tinieblas!
Oración:
SEÑOR, creó en ti cuando el sol brilla, pero también creo en ti en medio de las tinieblas de la vida, porque sé que enviarás un rayo de esperanza. Ayúdame a perseverar en medio de la prueba, y con ello ser la esperanza contagiosa de los otros. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
El fuego del sufrimiento hace brillar el oro de la esperanza.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

viernes, 20 de mayo de 2016

¡Arriésgate a creerle a la Biblia!

Francisco Aular
Lectura devocional: 1 Pedro 1:13-25
Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. I Pedro 1:25 (RV60)

¿Por qué me arriesgo a creerle a la Biblia?
Tengo muchas razones, pero seré breve: La Biblia es divina en su origen; es un libro que está vivo y activo, como ningún otro en el día de hoy; la Palabra de Dios es indestructible, ha vencido a todos sus perseguidores del pasado que hoy la proclaman como la verdadera Palabra de Dios; la Palabra de Dios, convence porque juzga los pensamientos y actitudes del corazón; la Biblia es clara en su mensaje, porque nos habla de la eternidad pasada, nos sostiene en la eternidad presente, y nos proyecta a una eternidad futura; la Biblia le da un verdadero sentido a la vida humana, nos explica por qué estamos en la tierra, que no somos un accidente en el mundo, la vida humana desde la perspectiva de Dios y aprendemos cómo obtener el nuevo nacimiento y desde allí la vida eterna, la vida que nos viene desde el cielo; es en las páginas de la Biblia que entendemos que fuimos creados para agradar a Dios, y al mismo tiempo como agradarlo a Él, como servirle, como vivir y como morir; es por la Biblia que entendemos la existencia de una familia espiritual en donde podemos crecer en la madurez espiritual, llamada: la iglesia; y desde la iglesia y por medio de la de la Biblia, entender que fuimos creados para ser como Cristo y estamos llamados a ser como Él es; igualmente, es por la Biblia que entendemos que el propósito final de nuestro breve andar en este mundo, es llegar a conocer a Dios y la salvación que Él ha dispuesto en JESÚS; es por el conocimiento bíblico que entendemos que a los nacidos de nuevo, fuimos escogidos “desde antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4), tenemos una misión en el mundo la cual el apóstol Pablo, la definió así:Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24 NVI)
Cuando tomé la Biblia por primera vez y abrí sus páginas, descubrí que es un libro que está vivo y vibra en cada uno de sus preceptos; es apasionante leerlo desde cualquier punto de vista que usted quiera; en efecto, en las páginas de la Biblia, se nos presenta a los seres humanos, tales y como somos; allí encontramos héroes y villanos; de lo que somos capaces de hacer cuando llegamos al poder, un joven bueno y amado se convierte en rey y de allí a un malvado sin control que Dios mismo le quita la vida; vemos como amar, como hacer la guerra y como hacer la paz; la Biblia no encubre a los hombres y mujeres buenos que hacen cosas malas, pero vemos a los malos arrepentirse y encontrar aceptación y perdón de Dios; en simples palabras; allí en la Biblia encontramos la vida y la muerte en acción; el buscar a Dios o rechazarle; en ser útiles en la obra de Dios, o ser piedra de tropiezo para otros; nos da la razón para ser santos y apartados del mal y empinarnos a vida virtuosa, que es el amor de Dios en acción (Juan 3:16), ¿Cómo podemos fallarle a Dios y no vivir como JESÚS vivió? (1 Juan 2:6)
No obstante, la Biblia es algo más que la lectura que nos atrae, historias cortas con sus enseñanzas eternas; consejos a tiempo para apartarnos del mal y acercarnos a Dios; allí está contemplado la caída del ser humano y su expulsión del paraíso; pero también la manera de volverse a Dios y recuperar lo perdido. Al investigar y escudriñar la Biblia, podemos aprender más de Dios de ella misma que los grandes libros de los teólogos, las especulaciones filosóficas y enseñanzas de todas las religiones juntas.
Pues bien, no hay nada que hacer por más de 50 años desde la primera vez que este libro cayó en mis manos y Dios me habló por medio de ella, la he probado y funciona. Por ello, puedo lleno de fe, esperanza y amor por la Biblia, puedo decir con toda la fuerza y el gozo de que soy capaz: ¡Arriésgate a creerle a la Biblia!
Oración:
Padre eterno:
¡Gracias por dejarnos el Libro que nos guía hacia Ti! Ayúdame a leerlo, estudiarlo, memorizarlo, meditarlo y aplicarlo a mi vida hasta el último latido de mi corazón y de mi última actividad cerebral, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Un acercamiento sincero y sin prejuicios a la Biblia, te llevará al corazón de ella: JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo? 

jueves, 19 de mayo de 2016

¡Arriésgate a creerle a Dios!

Francisco Aular
Lectura devocional: Juan 3:1-8
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3 (RV60)

La mayoría de las personas cree que el cristianismo es una religión que se puede pasar de una generación a otra, es decir, se nace cristiano; algunos enseñan que uno se hace cristiano al bautizarse; otros afirman que uno es cristiano por medio de las buenas obras que haga al cumplir con los mandamientos de su religión; para otros ser cristiano significa una experiencia emocional y fanática que priva al ser humano de todo gozo y diversión sanos. Sin embargo, la Biblia afirma que Dios quiere que vivamos una vida hasta lo máximo que ella nos pueda dar, y JESÚS, la llamó una vida suprema: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Es más, el Señor afirma: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6) ¿A quien le va a creer a las religiones humanas o a la Biblia? El asunto no es creer en Dios, sino creerle a Dios. ¡Arriésgate a creerle a Dios!
La Biblia afirma que Dios es santo y el ser humano pecador, -debo aclararle- que los seres humanos nos somos pecadores porque pecamos, sino pecamos porque somos pecadores: “Por cuantos todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23)-. Entonces como lograr que siendo pecadores podamos tener comunión y la salvación eterna que nos lleva a la presencia de Dios, es por medio de la Vida que JESÚS vino a darnos, mediante el nuevo nacimiento. Lo explico así: nosotros llegamos a este mundo por medio de un nacimiento biológico “bíos”; pero es una vida temporal, se nos da para que como seres humanos tengamos un nuevo nacimiento y pasemos a la Vida “Zoé”, la vida que está en JESÚS quien nos compró un lugar en el cielo por medio de Su muerte en la cruz.
Ahora bien, es absolutamente necesario nacer de nuevo para poseer y disfrutar esta vida eterna; no importa cuan bueno y perfecto usted se considere en comparación con otros seres humanos, no lo es. El cielo no es un premio, es un regalo. Permítame citarle lo que JESÚS le dijo a un hombre llamado Nicodemo que vino para expresarle su admiración y respeto. Sin duda que aquel hombre tenía una conducta moral y religiosa sin tacha; había nacido en un hogar muy religioso y piadoso, y no hay manera de dudar que era un perfecto cumplidor de su religión, que le había una gran reputación entre su pueblo Israel; sin embargo a este buen ser humano JESÚS, le aconsejó: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3 RV60). Por las palabras del Señor JESÚS una persona se convierte en cristiano verdadero por medio del nacimiento espiritual el cual se inicia al creerle a Dios: “Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:15,16 RV60). Humanamente hablando por el nacimiento natural, por medio de sus padres, Dios lo puso en la tierra. Pero, “lo que es nacido de la carne, carne es”. Por su gracia, Dios nos invita a formar parte de Su reino, nuestra responsabilidad a esa invitación, es creer en JESÚS. Porque como dice la Biblia, JESÚS es la vida eterna. En efecto, por medio del nacimiento espiritual, Dios lo pone en el cielo, “lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. Sin embargo, lo repito: Es necesario e indispensable, nacer de nuevo. Todo cristiano nacido de nuevo, puede disfrutar, en esta vida presente del maravilloso resultado de haber nacido dos veces. Si se da el caso de que usted celebre su cumpleaño, aquí y en el ahora, puede celebrar sus dos cumpleaños: El humano y el espiritual. ¿Ha nacido usted de nuevo? ¿Cuántos cumpleaños celebra usted? La respuesta a esta pregunta, lo pone en la ruta del nuevo nacimiento. Pues bien, ¡Arriésgate a creerle a Dios!
Oración:
Padre eterno:
Has puesto eternidad en el corazón de los seres humanos y nos invita a hacernos miembros de tu familia. Padre, no me toca a mí saber el futuro pero tú lo sabes y estoy en tus manos eso me basta, en el Nombre de JESÚS amén.,
Perla de hoy:
El verdadero propósito para nuestra vida de llegar a ser hijos de Dios, comienza con nuestro nuevo nacimiento.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?