Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura devocional: 2
Timoteo 2:1-13
Así mismo, el atleta no
recibe la corona de vencedor sino compite según el reglamento. 2 Timoteo 2.5
Con mucha
frecuencia San Pablo utilizó en sus escritos, la figura de las metáforas para
hacer aplicaciones a las doctrinas cristianas. Una de ellas fue la metáfora del
atleta y su clara referencia a la obediencia cristiana. Uno puede inferir que
el Apóstol estaba familiarizado con las competencias atléticas y con los famosos juegos olímpicos, así
como también los reglamentos que regían las distintas disciplinas deportivas
que se practicaban en su tiempo. Ciertamente, los juegos atléticos más
importantes que había entre los griegos eran los juegos olímpicos. Estas
competencias deportivas tomaban lugar cada cuatro años, y se tenían en la
llanura llamada Olimpia, a orillas del Río Alfeo, en el Peloponeso, Grecia. En
esta llanura había un bosque, y allí un templo con una de las siete maravillas
del mundo: la estatua de Júpiter Olímpico, hecho de oro y marfil, por Fidias,
uno de los más grandes escultores de la antigüedad. También había una estatua
de Minerva mirando hacia Atenas. Esta diosa era la patrona de los juegos
olímpicos. Estos juegos se originaron en el año 776 A.C., y duraron hasta el
año 394 D.C., cuando fueron prohibidos por el emperador cristiano Teodosio. A
los juegos olímpicos se les otorgaba tal importancia que al mismo tiempo eran
regidos por reglamentos muy estrictos, sin obediencia a ellos, no había
triunfo, no había corona. Había que jugar limpio.
En efecto,
todo atleta tenía que hacer un voto solemne de que participaría de acuerdo al
reglamento de las olimpiadas. Si alguien jugaba de mala fe lo multaban con cantidades
considerables de dinero. Para que sirviera de ejemplo a lo largo y ancho del
lugar de las competencias había obras de artes que se había adquirido por medio
de las multas que se le habían cobrado a los que había jugado ilegalmente.
La Biblia
es el libro de los reglamentos y principios divinos que nos ha dejado Dios para
que nos guiemos y la hagamos la norma de nuestra conducta. Todo hijo de Dios,
es como el atleta que debe autodisciplinarse en sus ejercicios en la piedad, la
fe, la espranza y el amor para estar en buena forma; el verdadero discípulo de
JESÚS se ejercita para servir disciplinadamente y en obediencia “a fin de
agradar a aquel que lo tomó por soldado.”
Es más, la
Biblia nos dice que la salvación es un regalo que Dios nos hace en JESÚS, es
imposible ganar la salvación aún intentando jugar limpio, por eso vino JESÚS: “Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la
muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro
Señor” (Romanos 6.23 LBLA). Aunque la
salvación es un regalo, vivir la vida cristiana, nos costará todo lo que
tenemos y somos. El cristiano nacido de nuevo no vive para ganarse la
salvación, porque gracias a JESÚS, ya la posee, pero vive y se esfuerza en la
gracia de Dios para que esa salvación sirva de ejemplo y modelo para otros.
Visto de esta manera la vida cristiana normal es como una carrera que
emprendemos desde el día de nuestra conversión hasta el día cuando el SEÑOR,
nos llame a Su presencia. La obediencia a la Palabra de Dios, nos pone en la
carrera y nos mantiene en ella. Como a los atletas de las olimpiadas al final
de la competencia se les premiaba, así también habrá premios al final de
nuestra carrera cristiana. Habrá coronas para los que hayan vivido una vida
cristiana y ejercido sus dones espirituales para la gloria de Dios.
Por encima
de todo la Vida Cristiana Normal es obediencia y corona.
Oración:
Amado
Padre Eterno:
Te alabo
por el día en que me hiciste parte de tu pueblo, sangre de tu sangre y hueso de
tus huesos. Tu gracia me puso en la carrera cristiana en la cual me encuentro.
Ha sido hermoso servirte como mi SEÑOR y SALVADOR. No tengo nada que buscar en
este mundo fuera de ti, teniéndote a ti tengo lo más que grande que esta vida
humana me pudiera dar. Como dijo uno de tus grandes hombres: “Nos has hecho
para ti y nuestro corazón estará inquieto, hasta que descanse en ti” Oh SEÑOR
dame la gracia de terminar mi carrera cristiana con gozo, en el nombre de
JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Soy
un atleta de Dios en obediencia y compitiendo según el reglamento, por Su
gracia, la corona me espera.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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