Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: 1 Corintios 13
Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo
conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el
amor, no soy nada. 1 Corintios 13:2 (NVI)
Lo dijimos antes, pero es conveniente recordar que el griego tiene tres
vocablos para designar tres clases de amor: eros, para el amor a lo
apetecible, para decirlo modernamente: el que "produce química"; el
flechazo entre un hombre y una mujer, este amor es el corazón del deseo sexual
y apasionamiento en un pareja. Siempre quiere algo a cambio y por ello puede
convertirse en odio al ser satisfecho o al no ser satisfecho. En otras
palabras, eros es el amor físico. Otro vocablo es el sustantivo philía
y el verbo philein, que es el amor con un sentido
"filial", el amor entre padres e hijos, entre los esposos, entre los
amigos, y describe también el amor "philadelfia" entre los miembros y
congregantes en una iglesia, es el amor fraternal. Esto es importante porque
revela que una iglesia es mucho más que la simple reunión entre
correligionarios.
Pues bien, los escritores del Nuevo Testamento que escribieron en griego,
no estuvieron satisfechos para describir el amor de Dios como
"phileo", es decir buscaban una palabra que describiera el amor
incondicional, el amor "a pesar de", y felizmente la encontraron en
el sustantivo "ágape" y el verbo "agapan" tiene que ver con
el amar con la mente y la voluntad, y no solamente con el corazón.
Así las cosas, el apóstol Pablo eligió dedicarle todo un capítulo en su
primera carta a los Corintios, el 13, para describir los efectos de este amor
tan elevado que Dios ha derramado en nuestro ser, desde que nacemos de nuevo:
"Y esta esperanza no nos
defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu
Santo que nos ha dado" (Romanos 5:5; NVI). No nos preguntemos si
podemos poseer un amor como el de Dios, porque ciertamente, si somos cristianos
nacidos de nuevo: ¡Ya lo tenemos!
Más aún, ningún don espiritual que Dios nos ha dado debe ser ejercido
sin esta clase de amor. Sin el amor de nada nos sirven las lenguas, ni
los dones de conocimientos como el de profecía, vale decir que me uno al
gran especialista en griego Barclay, cuando nos define la palabra profecía:
"Nos daría una idea más clara del
sentido de esta palabra el traducirla por predicación. Nos hemos pasado
asociando la profecía con la predicción de lo que va a suceder; pero la profecía
ha sido siempre predicación más que predicción. El profeta es el que vive tan
cerca de Dios que conoce su mente y corazón y voluntad, y puede hacérselo saber
a los demás" (William Barclay. Comentario al Nuevo
Testamento, Clie, 2008, p.638).
¿Cómo vamos hacerle llegar ese mensaje a los demás? Algunos hermanos muy
respetables, sugieren por medio de la fe y los milagros; pero sinceramente, la
predicación verbal y por la ternura amorosa de quien predica, buscando la
conversión de los perdidos, no tiene rivales. Así lo afirmó el mismo JESÚS, en
su enseñanza sobre el rico y Lázaro… "Si no les hacen caso a Moisés y a los
profetas, tampoco se convencerán aunque alguien se levante de entre los
muertos" (Lucas 16:31; NVI). El único
motivo para la predicación y la evangelización es el amor de JESÚS en nosotros,
por eso dice: "El amor de Cristo
domina nuestras vidas" (2 Corintios 5:14; LBLA). Ese amor
"ágape", morando en nosotros, le da validez al mensaje, y al
evangelio de la gracia de Dios. Se extiende hacia un mundo necesitado de la
Palabra de Dios porque: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra
de Dios" (Romanos 10:17; RV60).
En palabras finales podemos asegurar que el amado apóstol Pablo tenía
razón: Conocimiento sin amor es igual a nada.
Invitación:
¿Sientes en tu corazón predicar la Palabra de Dios con efectividad? Te
es necesario nacer de nuevo y ser salvo. La salvación es el regalo del amor de
Dios por el pecador. Pero no se aplica al pecador en forma universalista o
automática: "No todo el
que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace
la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 7:21; RV60).
Es necesario hacer una decisión y una invitación para que el SEÑOR te perdone tus
pecados, te salve y more en ti para siempre. Si has comprendido lo que hemos
estudiado hoy, y nunca has hecho esta decisión, este es el preciso momento para
aceptar este amor de Dios en tu vida, ¿te gustaría aceptar el regalo de la vida
eterna en JESÚS, y confiar únicamente en Él para la salvación como dice Su
Palabra? Si es así, ora conmigo…
Oración:
"Señor JESÚS, gracias por amarme, vengo ahora delante de Ti
sabiendo que soy un(a) pecador(a) y que Tu moriste por mí. Ahora mismo me
arrepiento de todos mis pecados y recibo con todo gozo el regalo de Tu
salvación, y te confieso como mi Señor y Salvador. ¡Gracias JESÚS por esta
salvación y ayúdame a serte fiel! Amén.1
Perla de hoy:
Es mejor no elevar nuestras propias opiniones por encima de la Palabra
de Dios para que no impidan que los demás conozcan el amor de Dios que sus
páginas proclaman.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
[i] Si has hecho esta oración con sinceridad y de
corazón, eres salvo. ¡Bienvenido a la familia de Dios! Esto es apenas el
comienzo de la verdadera razón de por qué, estás en la tierra. Si quieres
unirte a mi grupo discipular en internet, y estudiar conmigo un material de
discipulado inicial, escríbeme. ¡Gracias!
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