Francisco Aular
Lectura
devocional: Santiago 5: 7-20
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros,
para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y
eficaz. Santiago
5:16 (NVI)
La
oración que hacemos, en sí misma no es poderosa. Todo poder está en el Padre
Celestial ante el cual la dirigimos; la hacemos en los méritos de JESÚS y en el
poder del Espíritu Santo que conoce tanto el corazón del Padre como los méritos del Hijo, y también el
corazón de quien ora. Le ha placido a Dios darnos el vehículo de la oración
para que nos acerquemos a Él con la confianza de que, en su gracia, nos
escuchará. Es así como podemos orar eficazmente y en forma poderosa.
Lo
primero que el versículo nos aconseja es que reconozcamos que somos pecadores,
y por lo tanto, debemos confesarnos los unos a los otros nuestras ofensas,
pedir perdón y perdonar. Por la vía de la oración, el ser humano es capaz de
lograr lo inalcanzable. Mediante la oración podemos viajar de un lado a otro de
este mundo en nuestras intercesiones por los demás. Podemos entrar al hospital
y a las cárceles sin ser día de visita. Por la oración los perdidos encuentran
la salvación, los enfermos se sanan y la Iglesia hace retroceder al mismo
infierno. Por la oración movemos los obstáculos que se nos atraviesan y lo que
parece imposible se allana. Por la oración caen los muros, se abren túneles y
se establecen puentes. Por la oración nos podemos mantener firmes en medio de
las pruebas que, como tempestades, se ponen sobre nuestro cielo y amenazan con
destruirnos; oramos, éstas se desvanecen y se hacen bonanza. Por la oración,
saltamos peligros tan hondos como los abismos, las amenazas son destruidas y
podemos avanzar. Por la oración, protegemos a nuestra familia y bendecimos lo
que ellos son y tienen, y todo se arregla para el bien de ellos y el nuestro.
Por la oración, podemos ponernos delante de nuestra nación e invocar la
bendición de Dios para que vivamos en paz. Por la oración, sostenemos los
brazos de nuestros líderes espirituales, para que puedan prevalecer y vencer,
de modo que la obra de Dios no tenga estorbos. Por la oración, podemos aprender
a alabar en vez de criticar a nuestro prójimo, aprendemos a amar a nuestros
enemigos y convertirlos en amigos. Por la oración, le decimos al Señor JESÚS
que Él es primero en nuestras vidas antes que cualquier persona, posesión y
propósito. Por la oración, podemos seguir persistiendo en la petición, sin
desmayar hasta ser oídos. Por la oración podemos creer lo que todavía no vemos,
y tener esta seguridad como el apóstol Santiago:"La oración del
justo es poderosa y eficaz".
Oración:
Padre Celestial:
Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es tan grande como nuestro Dios?
Tú eres el Dios que hace maravillas; Hiciste notorio en los pueblos tu poder. (Salmo 77:13,14)
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por Ti,
oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. (Salmo 42:1,2)
Tu Palabra me alienta a seguir buscando tu rostro en oración. Ayúdame a
orar con poder y eficacia. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Cuanto
más oremos al Dios Todopoderoso por las bendiciones a nuestros semejantes,
tanto menos pensaremos en nosotros mismos.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
Alabo a dios por sus enseñanzas..saludos y besos santos..Mis/Antonio López
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