Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Juan 1:1-18
En el principio ya existía el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba con Dios, y
el Verbo era Dios (…) El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre
nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno
de gracia y de verdad. Juan 1:1,14 (NBLH)
¿Es para ti la Navidad un asunto serio? No que la
Navidad no sea tiempo de alegría, gozo, fiesta, pero te contaré esta leyenda: Satanás
y sus demonios celebraron una gran fiesta de navidad. Se divirtieron en grande
contando sus fechorías y burlándose de los seres humanos. Comieron y bebieron
hasta mucho más allá de saciarse. Cuando los demonios iban saliendo, uno dijo a
Satanás con sonrisa socarrona y tono de burla: “Feliz Navidad, majestad.” Satanás
respondió gruñendo: “Sí, manténgala feliz. Si alguna vez la gente la toma en serio,
estaríamos en problemas…”.
Así que, tomemos la Navidad como un asunto serio.
Tan en serio que el mismo JESÚS, el Verbo de Dios, se hizo ser humano. En
efecto, JESÚS ya existía antes de que el mundo fuese. JESÚS estaba con Dios. Y,
JESÚS era Dios. Aquella noche en la cual nació JESÚS, Dios mismo puso su tienda
de campaña, es decir, su cuerpo humano al lado del nuestro. Sí, ¡Dios se
Encarnó en aquella primera Navidad! Esto es lo que celebramos en estos días.
Ciertamente,
la Natividad de JESÚS es un asunto serio para Dios porque él lo había había
prometido en la ocasión del pecado de nuestros padres, Adán y Eva; Dios le dijo
a la “serpiente antigua”, Satanás: “Haré que tú y la mujer
sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia
te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón” (Génesis 3:15, NVI). En
cumplimiento de esta profecía, por medio de la concepción virginal en su
vientre, María se convirtió en la mujer que dio a luz a JESÚS, quien derramó su
sangre como propiciación por nuestros pecados ante nuestro Dios, ¡tres veces
santo!; por su sangre nos quitó la marcha del pecado de todo nuestro ser; por
su muerte en la cruz nos reconcilió con Dios y ahora tenemos paz con Él, y
también, ahora tenemos franca entrada a su Trono de Gracia; nos rescató para
siempre de la esclavitud del diablo y ahora ¡somos libres! ¡Por eso nadie nació
como JESÚS nació! ¡Nadie vivió como JESÚS vivió!, a pesar del velo de su gloria
por su cuerpo humano, Juan, quien anduvo con Él por tres años y no le perdió
pisada, pudo decir con certeza: “y habitó entre nosotros, y vimos su gloria,
gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Juan
1:14).
En consecuencia, ¡nadie resucitó como JESÚS resucitó! Sí, Dios tomó
tan en serio la Encarnación de JESÚS y su humillación al hacerse ser humano con
sus sufrimientos y muerte en la cruz, que con todo su poder lo levantó de la
tumba, por ello, Dios está en paz con nosotros. Ahora JESÚS es victorioso para
siempre, y nosotros los cristianos nacidos de nuevo somos más que vencedores con Él: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre
que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla
de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”
Filipenses 2:9-11, RV60).
¡Gracias al Señor que al celebrar con toda seriedad
la Navidad le damos a JESÚS su verdadero lugar! ¡Celebramos el hecho de que
tenemos esperanza más allá de nuestra vida terrenal! Frente a la Navidad del Señor
hasta las potencias de las tinieblas tiemblan, porque en el plan de Dios: ¡la
Navidad es un asunto serio!
Oración:
Gloria, gloria sea a ti Padre eterno, ¡por
enviarnos el Regalo de la Salvación en JESÚS! Ayúdame a brillar para tu honra y
gloria en medio de las tinieblas que imperan en este mundo. En el nombre de
JESÚS. Amén
Perla de hoy:
En el Niño de Belén: “La
misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz, se besaron”
(Salmo 85:10).
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento
para llevarlo conmigo
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