Francisco Aular
Lectura devocional: 2
Corintios 9:8-15
¡Gracias a Dios por este don que es tan
maravilloso que no puede describirse con palabras! 2 Corintios 9:15 (NTV)
Navidad es una fecha grata, no sólo para el creyente, que gracias a la
Palabra de Dios ha entendido las profecías sobre el nacimiento de JESÚS; pero
también estos son días que tocan los corazones de los indiferentes. Navidad, es
la celebración del dar con liberalidad,
como Dios lo hizo, al darnos a su amado Hijo, como un “don” o Regalo, en otras
palabras como Dios, dio, doy. Es más, en esta época navideña aun los corazones
y los bolsillos cerrados se abren un poco; por esta fechas nada más aquí, en
esta enorme ciudad en donde vivo, y gracias a la cultura del dar de sus
ciudadanos, las organizaciones que recogen comida, ropa y dinero, como el banco
de comidas de la ciudad, el Ejercito de Salvación y los hospitales, comparten
el informe de que a pesar de la situación financiera actual, los habitantes de
la ciudad se han acordado de los menos favorecidos, y los recursos han llegado.
Aunque el mundo no lo entienda en el aspecto espiritual, y pese que vivimos en
una sociedad postcristiana, es innegable que la tradición cristiana le ha dado
ese carácter generoso y distintivo a las -fiestas de estos días, según ellos-
porque celebramos la Natividad del Señor JESÚS, lo que San Pablo llamaba: “don maravilloso
que no podemos describir con palabras” (2 Corintios 9:15, Lo más
importante es el amor).
En realidad, los dones de Dios, sus regalos para todos nosotros, están a la
vista, y todos los días disfrutamos de ellos, la vida, la luz, el aire, el agua,
el planeta completo… Los seres humanos consideran que estos regalos son tan
admirables e indispensables que hacen congresos mundiales para ver cómo podemos
seguir conservándolos y disfrutándolos. Sin embargo, comparados estos dones con
el Regalo de Dios en JESÚS, no se pueden igualar porque ese Regalo es “tan
maravilloso que no lo podemos describir con palabras”.
Efectivamente, aquella noche de la primera Navidad se cumplió lo dicho por
el ángel a José en sueño: “María (…) darás a luz un hijo, y le pondrás por
nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 2:20,21,
NVI). De manera que la salvación del pecador es el Regalo de Dios en JESÚS; es iniciativa de Dios a favor del
ser humano pecador desde antes de la creación misma; es la expresión de su amor
extremo por nosotros: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que
ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna” (Juan 3:16 RV60).
¡JESÚS es el Regalo de Dios para que “todo
aquel que en él cree, no se pierda”! Por ello, nunca olvidaré el día en el que
descubrí que la salvación es la obra de Dios solo a favor del ser humano
pecador. Ciertamente, abriendo la Biblia, lo veía claro: la salvación es el
Regalo de Dios que me ofrece a través de depositar toda mi confianza y fe en la
obra que JESÚS hizo en la cruz del Calvario, obviamente, pero debo decirlo:
¡Sin Navidad no hay Calvario! Porque lo que no nace, ni crece, ni muere. Esto lo
comprendí porque el Espíritu Santo, abrió mi entendimiento, y le creí a la
Palabra de Dios. Como consecuencia en aquel día, me arrepentí de mis pecados, y
¡nací de nuevo! Hecho que ocurrió en mi vida, hace cincuenta y un años, extendí
mi mano y recibí el maravilloso Regalo de Dios, la Vida Eterna y como dice San
Juan: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida
está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no
tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”
(1 Juan 5:11:12 RV60). Por esta razón, ¡yo sí, celebro en estos días!
La verdad es esta, frente a un regalo que se
nos ofrece podemos hacer dos cosas, aceptarlo o ignorarlo y rechazarlo. San
Pablo, al igual que todos los pecadores redimidos por la sangre de JESÚS, refleja
la situacion y la pequeñez de todo ser humano pecador delante de Dios, de esta
manera: “¡Soy un pobre
desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la
muerte? ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor.”
(Romanos 7:24, 25ª, NTV) En efecto, el Apóstol había aceptado el don de Dios, y por eso, ante la grandeza
del amor de Dios y su Regalo en JESUS, exclamó: ¡Gracias a Dios por este don que es tan
maravilloso que no puede describirse con palabras! 2 Corintios 9:15 (NTV)
En otras
palabras, Navidad: es el Regalo de Dios.
Oración:
¡Gracias Padre por ese Regalo que no merezco ni mereceré nunca! ¡Gracias
Señor por ese gran Regalo de tu amado Hijo para nosotros y por nosotros! Me
postro delante de ti, en el Nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Bajo el árbol
de la vida Dios te puso el Regalo, acéptalo, ábrelo y disfrútalo para siempre.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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