Francisco Aular
Estableciste los límites de la tierra e hiciste el
verano, así como el invierno. Salmo 74:17
Camino diariamente, especialmente durante el verano
y el otoño, por entre un paisaje que pareciera sacado de las páginas de un
libro sobre el paraíso terrenal. Hoy mismo, mientras hacía mi rutina, miré el
río que atraviesa gran parte de la ciudad y desemboca en el lago Ontario, me
extrañó ver a un grupo de personas que desde las orillas aplaudía frenético;
lleno de curiosidad me acerqué, y vi la maravilla de los salmones saltando los
obstáculos, y la gente aupándolos cada vez que alguno lograba con éxito su
cometido. Ciertamente, una fuerza genética los empuja al lugar en donde pondrán
sus huevos, para, luego morir.
Pensando en estas cosas dije con todas las fuerzas
de mi corazón: ¡Qué bendición es vivir en este precioso planeta! El divino
Hacedor pensó en todo, y lo puso a disposición del ser humano; no se le escapó
ningún detalle. Así tenemos los verdes prados, la inmensidad del océano, la
blancura de la nieve sobre las elevadas montañas; la diversidad de las flores y
de las aves con sus plumajes y trinar diferentes; me quedo corto, porque al
desfile de bellezas habría que agregar los animales en su diversidad,
repartidos en todo la superficie del planeta, los visibles y los que no podemos
ver a simple vista por lo pequeño que son; y coronándolo todo, el ser humano.
En Canadá disponemos de las cuatro estaciones anuales: invierno, primavera,
verano y otoño, todas, bien marcadas, de tal manera que los habitantes
aprovechamos al máximo el verano. Aquí, las vacaciones en este tiempo, no son
un lujo, sino una necesidad, una exigencia para la salud. Existe una perfecta sincronización
entre el Creador y sus criaturas, cuando la Biblia, nos dice: “Tanto el día
como la noche te pertenecen; tú creaste el sol y la luz de las
estrellas. Estableciste los límites de la tierra e hiciste el verano, así como
el invierno” (Salmo 74:16,17, NTV).
Pues bien, el verano de este año en
nuestra iglesia ha sido increíble, porque lo invertimos en la evangelización de
nuestra comunidad. Con toda la bendición material y humana que significa vivir
en esta ciudad, esta nación necesita a JESÚS, porque el verdadero propósito
para vivir es llegar a escuchar y experimentar el plan y el amor de Dios por el
ser humano; arrepentirnos de habernos olvidado de nuestro Dios, y hacer a
JESÚS, Señor y Salvador de nuestras vidas. Acaso, ¿no ha de oír el ser humano
de nuestra generación que existe un plan eterno divino detrás de todo este
universo regulados por leyes físicas para que el ser humano sea feliz y
disfrute su breve paso por esta vida humana?: “Ahora Dios nos ha dado a conocer su
misterioso plan acerca de Cristo, un plan ideado para cumplir el buen propósito
de Dios. Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las
cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el
cielo y también las que están en la tierra. Es más, dado que estamos unidos a
Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de
antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan” (Efesios
1:9-11, NTV). ¡Este es el plan de Dios que anunciamos a nuestra comunidad en
este verano!
¡Gracias a los veinte hermanos
venezolanos que llegaron para ayudarnos en este ocasión para poner este plan en
marcha en nuestra congregación! Gracias al Señor, a nuestra iglesia, a la comunidad y a ustedes
tuvimos, ¡un verano increíble!
Oración:
Amado Padre
Celestial:
¡Cuán hermoso es
descansar en Ti! Entender que el tiempo que pasaremos en esta vida es tan breve
y lleno de mucho sufrimiento. ¡Nada que valga la pena sale por casualidad,
nuestra salvación y libertad te costaron tu preciosa sangre y vida! ¡Tu muerte
en nuestro lugar fue parte de tu plan de salvación para nosotros! Ahora nos
encontramos en la carrera hacia nuestra plenitud en Ti. La guerra está ganada
pero cada uno tiene que luchar y vencer sus propias batallas. ¡No me rendiré y
viviré para tu gloria! Ahora es necesario el esfuerzo constante en tu gracia
para salir de este mundo habiendo corrido la carrera de la fe exitosamente,
haber sido testigo tuyo y llevar a muchos a tu salvación, en el nombre de
JESÚS, amén.
Perla de hoy:
En el cuarto de exhibición de lo creado por Dios es la
naturaleza, podemos llegar a experimentar la grandeza del plan de Dios para
nuestras vidas en JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice Dios
hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa
a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección
por aprender?
¿Existe una
bendición para disfrutar?
¿Existe un
mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a
evitar?
¿Existe un
nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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