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VIERNES, 12 de abril de 2024
Lectura devocional: Ester 4:1-16
«Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y si perezco, que perezca!» Ester 4:16 (NVI)
A lo largo del estudio de la Biblia, las mujeres en su mayoría son figuras detrás del héroe masculino del relato sagrado. Sin embargo, especialmente en el Antiguo Testamento, DIOS usó algunas mujeres que sobresalieron como Sara, Rebeca, Raquel, Débora, Rut y Ester, entre otras. Esto nos revela que en el plan soteriológico (historia de la salvación), la mujer ha cumplido un papel relevante en la historia de la humanidad.
La historia de una mujer que le ha dado título a nuestras Perlas del Alma: ¡Belleza y coraje! Es la hermosa historia de una heroína extraordinaria de ayer, hoy y siempre: Ester. La reina de Persia que existió unos 600 años antes de CRISTO.
El libro de Ester, cuenta la increíble historia de la belleza y el coraje de esta mujer de DIOS. La bella Ester la protagonista de la historia, se enfrentó en contra del posible genocidio del pueblo judío, con lo único que disponía, su corona y su vida. Esto nos enseña la verdad de que, no se trata del tamaño del que decide hacer algo a favor de su pueblo e inevitablemente entra en la lucha, sino la intensidad con que una persona de profunda convicción por la libertad es capaz de luchar por todos los medios pacíficos posibles, porque como hace muchos años, un estadista oriental lo expresó: “Quien quiera sangrar menos en tiempos de guerra, tendrá que sudar más en tiempos de paz”.
Estamos enfrentando días difíciles, llenos de problemas y dificultades. Los que estamos en cualquier lugar de la sociedad en la cual DIOS nos ha puesto, debemos usar nuestra influencia e iluminar con nuestra luz la oscuridad reinante. El cristiano sabiendo que no es de este mundo pero que vive en él, debe asumir intencionalmente una posición positiva por la justicia y trabajar de todo corazón para lograr respeto mutuo, la hermandad, libertad y paz en todas las relaciones entre los hombres, los grupos étnicos y las distintas naciones.
Como Ester, un verdadero hijo de DIOS, debe buscar la dirección Divina en tiempos de dificultades (4:15-17); un cristiano que llegue a ser parte de un gobierno que abraza un sistema contrario a su fe, debe estar listo para renunciar a sus propios intereses, y levantar su voz en contra de las injusticias, y ponerse a favor de su pueblo, porque tarde o temprano, si mantiene sus convicciones originales y lealtad suprema al SEÑOR, sufrirá persecución (4:12-14); al pensar en el final que le espera a los que no saben administrar la justicia, vemos que Amán, recibió en sí mismo, todo el mal que había planeado hacer a Mardoqueo (7:9-10); el cristiano nacido de nuevo, debe saber, porque así lo enseña la Palabra de DIOS, la naturaleza transitoria de la grandeza terrenal y el triste final de todo poder y de las posesiones ganadas ilegalmente (9:24,25); tarde o temprano todo aquel que haya luchado legítimamente contra la corrupción y las injusticias será vencedor, como lo refleja la historia de Mardoqueo y su sobrina Ester (10:1-3). ¡Alabado sea el nombre de DIOS para siempre!
En el libro de Ester encontramos la vida de dos mujeres que llegan al poder, la reina Vasti, quien se negó, valientemente, a complacer al rey persa y sus caprichos ante sus amigos del palacio, y por ello fue destituida; la reina Ester por su parte, arriesgó su vida a favor de su pueblo, al entrar en la presencia del rey sin permiso y con la determinación convertida en pasión por la justicia, con gran coraje, dijo: “¡Y si perezco, que perezca!”… Estas mujeres, como lo han hecho otras a través de la historia, son ejemplo para muchos de nosotros que nos sentimos intimidados ante los poderosos de turno. ¡Ellas han levantado su voz y han cambiado la historia! Imposible describir en este momento lo que siento en mi ser cuando veo la valentía de las mujeres de mi pueblo, al poner en riesgo lo que son y lo que tienen. Cuando las veo, pienso nuevamente en Ester: ¡Belleza y coraje!
¡Adelante, siempre adelante!
PADRE JUSTO:
¡Gracias por las mujeres bellas y valientes de mi pueblo! ¡Gracias por las uniones femeniles en cada iglesia local, en lo regional, nacional, continental y mundial! ¿Qué haríamos sin la presencia de ellas al lado de los plantadores de nuevas iglesias? Ayúdame para estar al lado de ellas y facilitarles sus labores evangelizadora y misionera en el Reino de DIOS. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:Somos libres y levantamos nuestra voz ante la injusticia: “¡Si perezco, que perezca!”.
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