—¿Qué pláticas son éstas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?” (v.17)
En segundo lugar, la resurrección de JESÚS enfrenta al desanimado con el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento:
—“¡Insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y que entrara en su gloria?
Y comenzando desde Moisés y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”. (vs.26,27)
En tercer lugar. La resurrección de JESÚS, pone fuego y hace arder el corazón del discipulo de pasión por el Resucitado:
“Y se decían el uno al otro:
—¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino y cuando nos abría las Escrituras? Levantándose en esa misma hora, volvieron a Jerusalén; y hallaron a los once reunidos y a los que estaban con ellos, que decían:
—Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón”. (v.s 32-34)
En cuarto lugar: La resurrección de JESÚS nos devuelve el gozo de la salvación y nos regresa al hogar del creyente, la iglesia: “Ellos, después de haberlo adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en el Templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén”. (vs.52,53)
Hace unos cuantos años basado en esta gran porción de las Escrituras, escribí un poema con la cual termino, pero antes, permítanme que me acerque a cada uno de ustedes, y este día gritemos juntos llenos del gozo del ESPÍRITU SANTO: —¡Ha resucitado el Señor verdaderamente!
¡Adelante, siempre adelante!
Camino de Emaús
Francisco Aular
“¿No ardía nuestro corazón
En nosotros, mientras nos
Hablaba en el camino, y cuando
Nos abría las Escrituras?”.
Lucas 24:32
Camino de Emaús marchan
tristes, cabizbajos,
Cleofas y su compañero...
lucen bastante cansados,
de espaldas a Jerusalén
atrás quedó... El Calvario...
Y los recuerdos hermosos
de aquel brillante pasado...
Cuando JESÚS de Nazareth
de discípulos, rodeados.
Hacía milagros, portentos,
dejando al mundo, asombrado.
que está en la tumba, encerrado...
¿Qué tristeza es comparable
a la que siente un cristiano?
Cuando piensa que la vida
se le ha ido en fracasos...
Que ya no quiere creer
en el CRISTO revelado...
Ni en la Palabra viviente,
y huye de otros cristianos...
"¿Qué torpes son ustedes
y para entender, que tardos?"...
Es la respuesta divina,
cuando se nos pone al lado...
Y nos reclama la fe,
si ve que se ha disipado...
Porque a veces la tristeza,
pone los ojos vendados,
para no ver la victoria
Del CRISTO, glorificado...
Que se inclina para oírnos
cuando todo se ha agotado.
Él enciende nuestro gozo,
apaga nuestro desánimo...
Pon tus ojos en CRISTO.
Él, te llena de cuidados.
Comparte tu testimonio
Del ESPÍRITU, inflamado...
Vuélvete a Jerusalén,
comparte con tus hermanos,
no dejes que tu corazón,
vague inútil... solitario.
No busques en Emaús
Lo que, Él, ganó en el Calvario
ni busques entre los muertos
al que DIOS ha levantado...
¿Arde...ya tu corazón
Con un fuego renovado?
Es porque vive contigo,
¡El CRISTO resucitado!...
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