¿A que no sabes quién nació, según la mitología griega, de la relación entre la noche y el sueño?
Pues una pesadilla llamada, el rey Momo. Se burlaba tanto de las otras deidades mitológicas, que lo echaron del Olimpo. Él es el dios del carnaval, el dios de la burla, del sarcasmo y la ironía. Otra pregunta: ¿A que no sabes quién fue el primero que se disfrazó? Exactamente, el rey Momo. Se representa vestido de arlequín, escondido tras una máscara, y con una vara en sus manos que termina en forma de cabeza de muñeco, símbolo de la locura. En el transcurso de los siglos, desde hace por lo menos unos 5000 años y en diversas formas, Momo o el rey de la burla, se ha burlado de sus seguidores, los cuales se exponen a la locura y ridiculeces más grandes, porque él les ofrece en su fiesta de carnaval, la oportunidad para que la carne o vieja naturaleza del ser humano busque toda suerte de diversión; halaga a los adeptos al carnaval y los empuja hacia los apetitos insaciables de la naturaleza pecaminosa.
¿Qué nos dice la Biblia frente a una celebración como ésta? ¿Qué le dice la Biblia a los que tan fácilmente han caído y caen en las fiestas de carnaval? En realidad, muchos son las citas contra una práctica tan pagana como lo es el carnaval, olvídese, no existe “carnaval cristiano”, eso es imposible: “No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad? ¿Qué armonía tiene Cristo con el diablo? ¿Qué tiene en común un creyente con un incrédulo?” (2 Corintios 6:14-15 NVI).
La respuesta del ser humano que quiere alejarse de esta práctica -que tarde o temprano lo alejará definitivamente de DIOS, es renunciar a esa pesadilla del dios Momo y buscar a DIOS verdaderamente; aquí está el consejo: “Busquen al SEÑOR mientras se deje encontrar, llámenlo mientras esté cercano” Isaías 55:6 (NVI). ¿Qué implica volvernos a DIOS? Volverse al DIOS revelado en la Biblia implica alejarse lo más posible del dios de la burla, que no es otro que el mismísimo Satanás, el engañador, el que se viste hasta como “ángel de luz” para atrapar al ser humano alejado de DIOS.
Volverse, implica detenernos y dar media vuelta a la vida que hemos estado viviendo, y decidir emprender el camino de retorno a DIOS, del cual hemos nacido alejados por la caída de la humanidad en el Edén. Y definitivamente implica, tener la experiencia de aceptar el regalo de la salvación que nos ofrece JESÚS; Él vino del cielo a la tierra con una sola misión: “Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). Él también dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). El que viene a JESÚS, DIOS le concede el nuevo nacimiento y con ello, la capacitación y poder para llegar a ser un hijo de DIOS: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:11-12 RV60).
Quien deja al dios Momo por ir al DIOS del Calvario, al DIOS de la resurrección, al DIOS victorioso sobre los poderes del mal, encuentra en ese DIOS de santidad y poder una vida muy distinta, una vida superior, la única vida eterna, la vida que vive después de la muerte; es la vida que Momo no le pueda dar por ser tan sólo una mitología, un invento del mundo, del demonio y de la carne. En cambio, JESUS mismo es la vida eterna (Juan 14:6) y por eso pudo decir: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25 RV60). ¡Dejemos para siempre a la pesadilla del dios Momo!
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