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Lectura devocional: Salmo 42:1-11
Versículo de hoy:
¿Por qué estoy desanimado?
¿Por qué está tan triste mi corazón?
¡Pondré mi esperanza en Dios!
Nuevamente lo alabaré,
¡mi Salvador y mi Dios!
Salmo 42:11 (NTV)
El diccionario define al entusiasmo como: “exaltación y emoción del ánimo, producidas por algo que se admira. Adhesión e interés que llevan a apoyar una causa o a trabajar en un empeño”… Etimológicamente en griego, viene de una palabra compuesta que significa: “en Dios”. Es decir, dinamizado por DIOS. En efecto, al caminar por los senderos de la Biblia nos encontramos a menudo con un hecho: el punto de partida para salir airosos en la labor que nos ha tocado hacer, asciende o desciende según el estado de ánimo que tengamos. Sin embargo, no es pecado estar desanimados en un momento dado, el pecado está en dejarnos dominar por el desánimo.
Grandes hombres de DIOS pasaron por el desánimo, Job, Nehemías, Elías, Jeremías y para no ser tan extensos, Juan el Bautista y Pedro, pero todos ellos se libraron del desánimo. Al descubrir que DIOS andaba con ellos, y en ellos. ¡Se levantaron y triunfaron!
De esta forma, el entusiasmo es la fuerza que nos pone en acción, el desánimo nos quita la fuerza. El salmista eleva su alma deprimida por la nostalgia de los éxitos del pasado, el asecho de sus enemigos y los recuerdos de Jerusalén con su templo. Pareciera que el salmista ha tocado fondo y no le quedan esperanzas para salir adelante; pero nuestro DIOS está allí en esos momentos, cuando como seres humanos, conocemos y reconocemos nuestro desvalimiento, cuando no nos quedan asideros de donde agarrarnos porque pareciera que todas las vigas de sustentamiento crujen y ceden ante nuestro peso, entonces ahí, DIOS, que hasta ese momento ha estado acompañándonos sin que lo notemos, se levanta en el camino como la única columna de seguridad del creyente, al igual que ocurrió con el salmista, hace esta resolución:
“¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna” (Salmo 73:25-26 NVI)
La tentación permanente del ser humano es la idolatría, es decir, poner cualquier cosa entre él y DIOS: éxito, fuerza, poder, juventud, sexo, negocio, dinero, belleza, y el activismo político, deportivo o religioso y el desánimo; todo esto seduce al ser humano, y lo hace sucumbir y doblar sus rodillas ante estas cosas que lo mantienen ocupado y sin tiempo para DIOS.
Su alma pide eternidad, pero él intenta vanamente llenarla con lo temporal. Un día se da cuenta de que el gusano roe las entrañas de sus ídolos, que los sueños huyen, los muros se vienen abajo piedra por piedra, y es capaz de pensar la brevedad de su paso por este mundo; en esas condiciones el ser humano queda desnudo y desarmado ante la realidad, este puede ser el momento del desánimo pero también –puede ser una manera que DIOS encontró para entrar en un corazón endurecido- Entonces, descubre condiciones de adorar a DIOS de manera consistente y en verdad, como nunca antes lo hizo.
Claro está si asume la crisis, y pone su mirada en DIOS como su única esperanza, podrá exclamar como el salmista: “Salvación mía y Dios mío”. De esta manera podemos también exclamar, como David en frente de sus enemigos: “En Dios haremos proezas, Y él hollará a nuestros enemigos. Salmo 108:13 RV60) ¡Nada ni nadie es capaz de detener a un ser humano “En Dios”, es decir: entusiasmado!
Cuando nos damos cuenta de que DIOS es lo único que nos queda, y que con Él nos basta para el triunfo definitivo en esta vida, y podemos estimular a otros para que crean lo mismo. Entonces, hemos descubierto el entusiasmo contagioso.
Debo confesar que en mis mejores metas de un obrero que ya está al final de la carrera, el año 2020 lo había planeado de otra forma. Las cosas no ocurrieron como lo esperaba, presiento que no estoy solo. De todos modos, podemos sacar algunas conclusiones positivas a la luz de la Palabra: “Y sabemos que DIOS hace que todas las cosas cooperen para el bien de los que le aman, llamado según el propósito que él tiene para ellos”. (Romanos 8:28, NTV).
Siempre DIOS, se nos anticipa y ha trabajado con algunos de sus hijos en situaciones semejantes, y son nuestro ejemplo de que sí podemos. La primera vez que escuche el poema: “Su gracia es mayor”. ¡Se acabaron mis excusas! Su autora es Annie Johson Flint (1866-1932).
Annie, escribió más de 6.000 poemas a DIOS, ¡desde una silla de ruedas en donde estuvo por 45 años! En realidad, si nuestro cristianismo, depende de evitarnos las dificultades y sufrimientos humanos, viviremos deprimidos y en derrota. Aquí le dejo, este poema, después de la cita bíblica. ¡Póngase de pie y desde hoy descubra que el entusiasmo contagioso comienza con una decisión y nuestra fe en DIOS!, como lo dice el salmista:
¿Por qué estoy desanimado?
¿Por qué está tan triste mi corazón?
¡Pondré mi esperanza en Dios!
Nuevamente lo alabaré,
¡mi Salvador y mi Dios!
(Salmo 42:11 NTV).
Su gracia es mayor
LETRA: Annie Johnson Flint, 1941
MÚSICA: Humbert Mitchell, 1941
Traducción: Honorato T. Reza, 1969.
I
Su gracia es mayor si las cargas aumentan,
su fuerza es mayor si la prueba es más cruel;
si es grande la lucha, mayor es su gracia,
si más son las penas, mayor es su paz.
CORO
Su amor no termina, su gracia no acaba,
un límite no hay al poder del Señor, pues
de sus inmensas riquezas en gloria abunda
su gracia, abunda su amor.
II.
Si nuestros recursos se han agotado,
si fuerzas nos faltan para terminar,
si al punto ya estamos de desesperarnos,
el tiempo ha llegado en que Dios puede obrar.
Coro
Oración:
PADRE DE LA GRACIA:
¡Te alabo en esta hora con y por mi entusiasmo en ti! Todo lo puedo por medio de tu gracia y misericordia. Hoy me enfrentaré a muchas decisiones, pero me lanzo a conquistar cualquier desafío porque tu compañía es todo lo que necesito, y vas conmigo. Ayúdame a ser un entusiasta contagioso en todo lo que soy y hago, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Demos gracias al SEÑOR porque nunca estaremos tan desanimados como para que no contemos con Su presencia a nuestro lado.
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