Francisco
Aular
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Lectura devocional: Josué 24:19-28
“…Pero yo y
mi casa, serviremos al SEÑOR.”
Josue 24:15c (LBLA)
Josué el gran libertador judío sucesor de Moisés fue uno de esos seres
humanos de excepción que encontramos en la Biblia. Durante 40 años sirvió al
lado de Moisés al pueblo judío, su lealtad, su valentía y su fe inquebrantable
en DIOS, le ganaron el título de general en jefe de los ejércitos de Israel.
Tenía ya 110 años, cuando se presenta delante del pueblo de DIOS para
despedirse. Pienso que Josué pudo haber dicho muchas cosas aquel día pero su
consejo final, sirvió para que el pueblo de Israel, se definiera frente al
Señor e igualmente frente a la familia.
En los escritos del Nuevo Testamento, familia e iglesia van juntas. Ambas
instituciones creadas por DIOS, ambas lo representan: La iglesia es la familia
grande, la familia espiritual que DIOS está haciendo para que vivamos con Él
para siempre al final de la historia: “Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros,
sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios” (Efesios
2:19 NVI). Igualmente, la familia es la “iglesia en miniatura”, lo entendemos
mejor cuando Pablo escribe: “Y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro
compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa” (Filemón 1:2) En el
magnifico tratado sobre las relaciones humanas de los cristianos nacidos de
nuevo, que es la carta de Pablo a los efesios nos revela que el matrimonio y la
familia son símbolos del amor y sacrificio de JESÚS por Su Iglesia: Las
casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es
cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su
cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así
también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras
mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo
por ella” (Efesios 5:22-25 RV60)
En efecto, la familia es imagen de DIOS porque Él
es amor y vida. Me sorprende ver esta verdad en toda la Biblia, si queremos
conocer a DIOS, debemos buscarlo primero en nuestra familia ¿Por qué no ver a
DIOS en el papá, en la mamá y en los hijos, en una familia cristiana? Eso haría
muy sencillo que los que no conocen a DIOS, lo empiecen a ver en nosotros. En
cuanto a esto, todavía podemos aprender mucho de los judíos. Muy cerca de
nuestra casa queda una sinagoga judía, ellos van caminando todos los días en
que tienen sus reuniones religiosas, he visto a los hombres caminar delante con
sus hijos varones y más atrás la mujer con sus niñas.
Entre esta religión milenaria, el padre es la
imagen de DIOS, cabeza de la familia, por lo tanto, desde hace más de tres
milenios, sus familias tienen lazos casi indestructibles. Hasta hoy en día -en
que aún entre los cristianos nacidos de nuevo- el divorcio se ha incrementado;
no así entre los judíos que han enfrentado crisis de todo tipo en su andar por
el mundo, aún así, la familia “ora unida y permanece unida”.
Lamentablemente, en nuestra cultura hispana el
hombre no le da importancia ni a la Biblia, ni a la fe. Prefiere sus domingos
de deporte con sus amigos que ir con toda su familia -siendo él, ejemplo- a los
servicios de la iglesia. La verdad otra vez ¡doy gracias al Señor por la gran
participación de la mujer en la vida de la iglesia en nuestra cultura! ¿Qué
haríamos sin ellas? Sin embargo, la voluntad de DIOS es que el hombre sea su
representación en la familia, por eso Josué dijo: “Pero mi familia y yo hemos decidido
dedicar nuestra vida a nuestro Dios”. (NBV). DIOS nos invita, especialmente a los hombres que salvemos a la familia,
asumiendo varonilmente el papel que DIOS nos ha señalado y tengamos un amor
supremo por la familia.
Oración:
PADRE
ETERNO:
Amado SEÑOR,
gracias por crear y fortalecer con tu Palabra a la familia a través de los
siglos. Este tema toca la sensibilidad de todos nosotros porque todos hemos
nacido en una familia y tenemos una familia. Ayúdanos a cumplir nuestra misión
histórica. En el Nombre de JESÚS, amén.
Perla
de hoy:
El
amor supremo por la familia, nos lleva a conducirla con las enseñanzas y
valores de la Palabra de DIOS.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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