Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmos 30
Cuando Dios se enoja, el enojo pronto se le pasa; pero cuando ama, su amor dura toda la vida. Tal vez lloremos por la noche, pero
en la mañana estaremos felices. Salmos 30:5 (TLA)
C.L. Lewis profesor de la Universidad de
Oxford, por muchos años fue un ateo, después un agnóstico que negó la divinidad
de JESÚS. Ya era un famoso y escritor, cuando le abrió su corazón a JESÚS y
nació de nuevo. Luego se convirtió en unos de los grandes defensores de la fe
cristiana, entonces escribió obras apologéticas que actualmente nos ayudan para
alcanzar con el Mensaje de JESÚS, especialmente a los intelectuales. Escribió
lo que hoy todavía es un éxito de librería, el teatro y el cine: Las crónicas de Narnia.
En ese ficticio mundo de Narnia, creado por C. L. Lewis el
invierno dura cien años. La nieve fría y húmeda lo cubre todo, los árboles
secos son los distintivos que marcan los paisajes-la primavera, el verano y el
otoño, están ausentes- La Navidad que todo lo embellece y llena de alegría la época
del invierno, nunca llegaba a Narnia. Por aquí por donde vivo, los naturales de
esta nación, tienen un refrán: “Sin nieve, no existe Navidad.” Pero imaginarse
un invierno sin Navidad, es perderse la mejor fiesta de esta estación del año.
En verdad me gusta la Navidad, y la espero entusiasmado
para celebrar a JESÚS y Su nacimiento. Todo se cubre de expectativas, los
sentimientos de felicidad están a flor de piel, es una ocasión de dar y de
recibir. Ciertamente el comercio aprovecha la celebración de la Navidad al máximo,
pero imaginarme una Navidad sin las luces y las vidrieras multicolores del
comercio -que necesariamente la acompaña- ya no es posible para mí. Pero este
no es el tema de hoy. El punto es que la Navidad mitiga en esta parte del
mundo, el duro invierno porque la Navidad es esperanza, es calor y emoción humanos, y es maravilla que
nos convoca a la acción de gracias de la Encarnación de JESÚS, de Emmanuel,
Dios con nosotros. ¡Gracias a ello el invierno de nuestras vidas se convierte
en esperanza de Vida! Porque en la compañía de Dios, todo se puede y hacemos
nuestro también, la canción del salmista David: “Tal vez lloremos toda la
noche, pero en la mañana estaremos felices”.
No permitamos que nada ni nadie nos congele y nos
encierre en un invierno eterno. ¡Gracias a Dios todo invierno que nos llega es
solamente un anuncio de que nuestra primavera está cercana! No nos
decepcionemos con esta vida temporal que nos ha tocado vivir. Es única porque
pasaremos por aquí sólo una vez. Dios nos ha permitido vivir esta vida con el único
propósito de prepararnos para vivir Su vida en nosotros, al nacer de nuevo en Él
por la fe desde aquí y para siempre. Recordemos que en los momentos más oscuros
de nuestra vida, Dios nos ama porque “Dios es amor” (1 Juan 4:8 RV60), y hace maravillas con
nosotros y en nosotros: “Tú cambiaste mi tristeza y la convertiste en
baile. Me quitaste la ropa de luto y me pusiste ropa de fiesta, para que te
cante himnos y alabe tu poder. Mi Señor y Dios, no puedo quedarme callado; por
eso siempre te alabaré.” (Salmos
30:11,12 TLA) Por eso, podemos rendirle a Dios: acciones de gracias en
invierno.
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Desde el
invierno de mi vida todo mi ser te alaba y te doy acciones de gracias. Porque
tengo tan solo una vida humana, y esta vida nada es sino un gimnasio de
preparación para la verdadera Vida que está en ti, la cual disfrutaré para
siempre. En el nombre de JESÚS, amén.
JESÚS cambia
nuestro invierno y lamento en fiesta.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento por obedecer?
¿Existe
algún pecado por evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios