Francisco Aular
Lectura devocional: Juan 19:17-30
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo,
para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Juan 19:28 (RV60)
Josh MacDowell en su libro Evidencia que exige un veredicto dice: “A través de todo el Nuevo
Testamento, los apóstoles apelaron a dos sectores de la vida de Cristo para
establecer su calidad de Mesías. Uno fue la resurrección, y el otro fue el
cumplimiento de la profecía mesiánica”, de hecho, he contado 35 profecías
cumplidas en la última semana de la existencia de nuestro amado JESÚS de
Nazaret. Solamente el Viernes Santo, en 24 horas se cumplieron, exactamente, 29
profecías. Son profecías que hablan de la traición, torturas, muerte y
sepultura de nuestro Señor Jesucristo; éstas fueron anunciadas en diferentes
oportunidades, por distintos profetas y durante cinco siglos hasta el año 500
a.C.
Por otra parte, el cumplimento exacto de la
profecía, nos habla tanto de la credibilidad de la Biblia, como de que JESÚS es
quien Él dijo ser: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre,
sino por mí” (Juan 14:6; RV60). El hijo de Dios Encarnado se ganó el derecho de
ser llamado Señor y Salvador, y nos compró un lugar en cielo, el cual nos los
da por su gracia y por nuestra fe y confianza únicamente en Él para nuestra
salvación. Por ello, el apóstol Pablo escribió: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron.
Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no
es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de
nosotros puede jactarse de ser salvo. Pues somos la obra maestra de Dios. Él
nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que
preparó para nosotros tiempo atrás” (Efesios 2:8-10; NTV).
En esta Quinta Palabra se cumple el Salmo 69:21
“Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre…”,
Juan, al escribir su Evangelio, hace repetidas referencias a la profecía, y en
efecto, ese Salmo de David es mesiánico. ¡Qué cuadro más terrible y
angustioso!, el Cristo, Soberano y Poderoso por cuya Palabra fueron hechos los
mares y los ríos, ¡tiene sed! ”Tengo sed” es una palabra de identificación
total con el ser humano y su necesidad física más vital. Es cierto que JESÚS
está padeciendo en la cruz sed física a causa de la tremenda deshidratación
producida por tantas horas de torturas y sufrimientos, pero también es cierto
que estamos en presencia de otro tipo de sed. Por ello, San Agustín decía que
JESÚS tiene sed, pero no solamente física, sino también una sed espiritual:
“Tiene sed de que se tenga sed de Él…”, en realidad fue esa sed por la
salvación del ser humano que nos puede explicar al Dios que se Encarnó, que
derribó las barreras y cambió la historia de la salvación; esa sed explica su
gracia, su amor y misericordia, y extiende su oferta salvadora para que los
hombres y mujeres de todas las edades, conozcan su Mensaje y lleguen a Él, se
arrepientan de sus pecados y se rindan al Señorío de JESÚS.
“Tengo sed”, exclama JESÚS, el dador del “agua
viva”. Juan, su discípulo amado, debió recordar a JESÚS hablando con la mujer
samaritana: “Respondió Jesús y le
dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que
bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo
le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan
4:13,14). JESÚS el dador del agua viva, Él es la fuente inagotable que nos
llena cada día, aquí, en esta vida temporal, y después, en la plenitud de la
vida eterna donde nunca más tendremos sed. Los verdugos que estaban al pie de
la cruz, le ofrecieron vinagre, y JESÚS tomó el último sorbo de aquella copa de
dolor, de amargura y sufrimiento por el pecador, en una identificación total
con el ser humano caído de la gracia, y todo ello, para llevarlo de nuevo
delante de Dios.
“Tengo sed” ¡Cuánta identificación total con el
ser humano!, porque el Dios al cual nosotros servimos, tiene sed de nosotros.
Ahora, nosotros debemos tener sed de Él, como lo dice el Salmo 42:1,2: “Como el
ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de
Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?”. ¿Te identificarás totalmente con JESÚS
como Él se identificó contigo? Aquí lo digo en un poema:
Tengo
sed”
Francisco
Aular
“Después de esto, sabiendo Jesús
que
ya todo estaba consumado,
dijo, para que la Escritura se cumpliese:
Tengo sed.”
(Juan 19:28)
Señor, te veo morir allí
en el madero
rodeado de aquellos que
serviste.
Eres del mundo la luz y
el Cordero
el siervo sufriente,
humilde carpintero
que para salvarnos
apareciste.
“Tengo sed” dijo JESÚS,
Ser tan bendecido
Creador de los mares, los
lagos y los ríos,
aquel que por nosotros
humillado y herido.
tiene sed de nosotros y
ha del cielo descendido
y ahora muere como el
“Rey de los judíos.”
“Tengo sed” exclama el
bienamado JESÚS
no puedo hablar de esta
palabra sin pasión,
al ver el rústico madero
de la cruz,
¡la muerte es absorbida
por la Luz,
teniendo con nosotros,
identificación!
“Tengo sed” es palabra
que resuena…
¿Cómo es posible que el
Señor
se identificara de manera
plena?
¿Y en vez de darnos una
condena
perdona para siempre al
pecador?
“Tengo sed” es el antepenúltimo
clamor
de Aquel que dio su vida
en una cruz
pero ahora, Él, es Fiel y
Verdadero
de los resucitados es el
primero…
¡Y bendito es el nombre
de JESÚS!
Oración:
Amado JESÚS, derramaste tu vida
hasta la cruz para identificarte conmigo, ¡gracias por pensar y actuar por mí,
aun antes de la fundación del mundo. Me doy cuenta de las terribles
consecuencias de mi pecado pero tu sed por mi salvación y tu amor por mi,
hicieron posible que te identificaras totalmente conmigo y me salvaras.
¡Ayúdame a saber que seguirás trabando con tu martillo y cincel hasta
perfeccionarme en tu presencia! Amén.
Perla
de hoy:
¿Te identificarás totalmente con JESÚS como Él se
identificó contigo?
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su
Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda
aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para
llevarlo conmigo?
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