Francisco Aular
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Juan 1:5 (RV60).
Estoy en la larga fila de la seguridad del aeropuerto. Vamos pasando uno por uno. Los agentes hacen su trabajo y los pasajeros colaboramos, lo mejor posible. Tengo tantos años viajando y recuerdo que viajar era un placer en un pasado cercano. Hoy se ha vuelto una pesadilla, quitarse los zapatos, echar al basurero todo material que no esté permitido, quitarse el cinturón, vaciarse los bolsillos de todo lo metálico, y someterse al toque del policía sobre nuestro cuerpo, las infaltables preguntas si por casualidad calzamos el perfil de algún terrorista, es parte ya de la rutina de viajar. No me acostumbro todavía como cambió todo debido a los atentados terroristas. Uno siente que tanto nosotros como el resto de la humanidad estamos en peligro constante. Una sensación de inseguridad lo invade todo.
Me asomo al mundo en que vivimos, y veo tinieblas que cubren la tierra. Son tinieblas espirituales. ¿Cómo disipar esta oscuridad? ¿Cómo hacer que el ser humano cambie su indiferencia hacia Dios? ¿Cómo hacer que la Palabra de Dios, llegue e ilumine con su sabiduría a una buena porción de la humanidad actual? ¿Cómo llegarles con el mensaje de JESÚS en donde, Él asevera: “Yo soy la luz del mundo”?
¿Cambiará este estado de cosas después del 31 de diciembre o amaneceremos el 1 de enero en esta misma situación mundial a pesar de los festejos y saludos de ¡Feliz Año Nuevo!? ¿Qué puede hacer que el año nuevo puede ser feliz? En realidad, un nuevo año y la posibilidad de atravesarlo felizmente, comienza al hacerle caso a JESÚS, cuando nos dice: “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3 RV60) Dios no se ha propuesto cambiar al mundo, sino cambiar al individuo a través del nuevo nacimiento. Dios nos ama y quiere hacernos miembros de Su familia (Juan 3:16). ¡JESÚS nos saca de las tinieblas y nos lleva a su Luz eterna! Es mas nos hace pequeñas luces a nosotros para que brillemos en este mundo.
Se cuenta que negras nubes se cernían sobre todo el cielo de Europa en el año 1940. Hitler estaba en el cenit de todo su poderío pensando como todos los de su clase que su reino no tendría fin, y ahora se preparaba para asestar su golpe final al invadir a Inglaterra. Los ingleses estaban acorralados, se presagiaban días muy oscuros aquel 31 de diciembre de 1939. La guerra era inminente y ya en la distancia se escuchaban el tronar de los cañones y el vuelo de los aviones, dejando caer sus bombas en todo el territorio. En ese momento el Rey Jorge VI escribió una breve oración que fue de mucho consuelo para toda la nación. Esta es la oración: _Le dije al anciano que cuida la puerta del Año Nuevo: ¡Dame, te pido un camino y una luz para el camino! Y el anciano que cuida la puerta del Año Nuevo me respondió: _Penetremos en las tinieblas sin miedo. Pon tu mano sobre la mano de Dios y Él será para ti mejor que un camino y más que una luz para ese camino.
Oración:
Amado y eterno Padre:
Has estado conmigo durante toda mi vida y especialmente el año que estamos terminando. Ahora, estamos en el umbral de un nuevo año según mi reloj y calendario, Tú eres eterno, permite que mis preocupaciones frente al futuro se aplaquen y ahora deposito mi mano mortal sobre la tuya que es fuerte, firme e inmortal en el Nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Frente a las tinieblas y el futuro que desconoces, pon tu mirada de fe en JESÚS a quien conoces y avanza con seguridad y sin temor.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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