miércoles, 9 de noviembre de 2011

El arte de ser feliz (3)

Francisco Aular

Lectura devocional: Salmo 119:1-8

Felices son los íntegros, los que siguen las enseñanzas del SEÑOR. Felices son los que obedecen sus leyes y lo buscan con todo el corazón. Salmo 119:1,2 (NTV)

La Biblia es un himno a la alegría de vivir, y los que lo entonan son felices. La Biblia es una fuente de felicidad y nos enseña el arte de ser feliz en esta vida y en la otra. La  Biblia nos enseña que esta vida no lo es todo, y que se nos da con el propósito de llegar a conocer y experimentar la nueva vida en Cristo a través del nuevo nacimiento, y así, estar preparados para vivir para siempre: “Sin embargo, Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado. Él sembró la eternidad en el corazón humano, pero aun así el ser humano no puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin” (Eclesiastés 3:11 NTV). Entonces, la vida aquí en la tierra es tan sólo un paréntesis de la eternidad, una preparación para la vida después del umbral de nuestra muerte aquí. Así lo aseguró JESÚS: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25 RV60). Sí, ¡hay vida después de esta vida!, eso sí, en esta vida tenemos que asegurarnos, antes de salir de aquí, que hemos nacido dos veces. Nuestro primer nacimiento nos pone en la tierra; el segundo nacimiento nos pone en el cielo: “El ser humano sólo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo. Así que no te sorprendas cuando digo: “Tienen que nacer de nuevo”.” (Juan 3:6,7 NTV).
Sin embargo, en nuestra pasantía por este mundo debemos hacer de esta vida temporal, una obra de arte para la gloria de Dios. En este santo anhelo, la Biblia es nuestra fuente para el ser y el hacer en esta vida. A esto lo llamo el arte de ser feliz, pero, ¿en qué consiste este arte de vivir? El Salmo 119 nos ayuda a vislumbrarlo. Aclaro que estoy utilizando la Nueva Traducción Viviente, que es una versión bíblica en lenguaje actual.
El arte de ser feliz consiste en no avergonzarse de cumplir los mandamientos de la Palabra de Dios: “Entonces no tendré vergüenza cuando compare mi vida con tus mandatos” (v.6). El cristiano nacido de nuevo desarrolla un sentido de misión en este mundo, su anhelo es vivir para el SEÑOR y hacer que los demás seres humanos conozcan a JESÚS, porque Él, y sólo Él es la vida eterna: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.  El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:11,12 RV60).
¿Cómo debe vivir alguien que tiene a JESÚS en la vida? Debe tener un sentido permanente de hacer que la Palabra de Dios viva en él. Y por eso exclama: “¡Oh, cuánto deseo que mis acciones sean un vivo reflejo de
tus decretos!” (v.5), no tiene nada de qué avergonzarse al ponerse completamente  bajo la dirección del Espíritu Santo para vivir una vida centrada en Dios, una vida santa. Claro es posible que los que no conocen al SEÑOR como esa persona que tiene a JESÚS lo conoce, lo llamen fanático, tonto o loco. Pero él vive con la resolución que tenía uno de los grandes en el pueblo de Dios, Juan Wesley, quien dijo: “Viviré bajo dos resoluciones: Primero viviré para la gloria de Dios pase lo que pase. Segundo, aunque otros no lo hagan, yo lo haré.”.
El arte de ser feliz consiste en vivir bajo el poder de la acción de gracias a Dios por su obra perfecta: “A medida que aprendo tus justas ordenanzas, te daré las gracias viviendo como debo hacerlo” (v.7). Una promesa y una realidad nos animan al vivir cada momento para la gloria de Dios, Él por su gracia inició su obra en nosotros, y Él por su gracia la terminará hasta el día en que nos presentemos delante de Él (Filipenses 1:6).
El arte de ser feliz consiste en ser obedientes, creerle a Dios y perseverar en Él y su gracia para siempre: “Obedeceré tus decretos; ¡por favor, no te des por vencido conmigo!” (v.8). El cristiano nacido de nuevo ha puesto sus manos en el arado, y no debe mirar hacia atrás sino hacia adelante, siempre adelante. Aquel que lo llamó por su gracia (Efesios 2:4-9), no se dará por vencido nunca, porque ahora somos sus ovejas: “Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen. Les doy vida eterna, y nunca perecerán. Nadie puede quitármelas, porque mi Padre me las ha dado, y él es más poderoso que todos. Nadie puede quitarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno” (Juan 10:27-30 NTV). Ser feliz es estar contentos con lo que poseemos, y poseemos la vida eterna desde aquí y ahora y por toda la eternidad. ¡Aleluya! Solo la Palabra de Dios hace al ser humano feliz.

Oración:
Amado Señor:
¡Yo te creo y creo en tu Palabra! Tú eres quien dices ser, tú haces lo que dices que puedes hacer, yo soy quien Dios dice que soy, todo lo puedo en Cristo y por ello, sé que la Biblia esta viva y activa en mí. En el nombre de JESÚS. Amén

Perla de hoy:
No se puede hallar la felicidad al buscarla. La felicidad ha sido siempre el resultado de la obediencia a Dios y su Palabra, y estar contento con ello.

Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?




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