martes, 20 de septiembre de 2011

¿Dónde está la felicidad?

Francisco Aular


Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13

¡He aquí ocho palabras en las cuales el apóstol Pablo señala la razón de su felicidad! Recomiendo que veamos el contexto en las cuales fueron escritas. Pablo no pertenecía a ese grupo que piensa que al hacerse cristiano se para de sufrir. Tampoco pertenecía a ese otro gran grupo que piensa que JESÚS es el genio de la lámpara de Aladino, se frota, se le pide un deseo y el genio lo hace. No. Pablo nunca negó el hecho de que los cristianos sufren, tienen problemas y como los demás mortales están sujetos a circunstancias adversas. Por ejemplo, cuando Pablo escribió estas palabras estaba preso en Roma por la causa de JESÚS. Imagínense las condiciones infrahumanas de las cárceles de aquellos tiempos. Sin embargo, el Espíritu Santo lo fortaleció de tal manera que sus necesidades elementales eras suplidas por sus amados hermanos de Filipos, sus hijos espirituales, que nunca lo abandonaron, pero mientras la ayuda llegaba, Pablo afirmó: He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:11-13).
El apóstol Pablo nos cuenta sus sufrimientos como obrero de Dios una y otra vez en sus epístolas, como por ejemplo, en su segunda carta a los corintios dice: Por lo cual, por amor de Cristo, me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias, porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Corintios 12:10).
Preguntaron a un sabio de la antigüedad: “¿Quién es el ser más feliz? Y respondió: “El ser más feliz de todos es Dios”, como no esperaban esta respuesta, le volvieron a preguntar: “Y después de Dios, ¿quién es el ser más feliz?”, “el ser más feliz después de Dios -replicó el sabio- es aquel cuyo cuerpo es el templo de Él.”

Oración:
SEÑOR TODOPODEROSO:
Por la Palabra sé que todo lo puedo en Ti porque me fortaleces, no para suplir mis deseos de riquezas materiales que se quedarán cuando me vaya, sino mis necesidades físicas, emocionales y espirituales, cualquiera sean éstas, y que me darás el poder para hacer lo que Tú quieres que yo haga. Impúlsame para llevar a cabo la obra que me has encomendado. Seré feliz porque la felicidad está en obedecerte. En el nombre de JESÚS. Amén

Perla de hoy
No hacer la obra de Dios porque las circunstancias adversas no lo permiten es desobediencia. Aquel que nos prometió: “Estaré con vosotros, hasta el fin del mundo”, va a nuestro lado como lo ha prometido.

Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?

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