Francisco Aular
Se vislumbra esperanza en tu futuro: tus hijos volverán a su patria -afirma el Señor-. Jeremías 31:17 (NVI)
El ser humano necesita una patria para sentirse completo en esta tierra. Patria deriva del latín patrĭa, familia o clan, patris, tierra paterna, pater, padre. La patria es la tierra natal o adoptiva formada como nación a la que sentimos amar por vínculos familiares, jurídicos, históricos y afectivos. Patria es el recuerdo enmarcado en una época anterior que se remonta a la infancia. Patria es cabalgar en esta tierra llevando muy dentro de nosotros, todo aquello que nos dio un motivo primario para vivir. En ella contemplamos a nuestros padres, hermanos, abuelos y demás familiares y amigos; patria es el olor de la comida en las distintas estaciones del año; es la música cuyas notas se graban en nosotros para siempre; patria es la honra a los símbolos nacionales: himno, escudo y bandera. La patria es la geografía que llevamos marcada muy dentro de nosotros: las montañas, los ríos, el mar, los llanos, las costas, los pueblos y las ciudades; patria es nuestra cultura, y esa forma de hablar que consideramos tan natural que ni sentimos el acento particular que nos une, hasta no estar lejos de esa patria en que nacimos. La patria nos dice algo porque nos recuerda otra realidad, algo que nos fascinó en otro tiempo, que puso fuego en nuestro corazón, que irrumpió en nosotros desde el cielo cuando determinó que naciéramos en ella.
Patria es el reconocimiento a nuestros héroes nacionales. Aquellos que lucharon, entregaron sus fortunas y regaron el suelo patrio con su sangre para darnos una nación libre, independiente y soberana. Patria también son aquellos hombres y mujeres que luchan en silencio para darnos un presente y un futuro mejor: los científicos, los intelectuales, los poetas, los deportistas, los maestros y profesores que moldean el carácter de nuestros hijos y nietos al sembrar en ellos los valores del espíritu.
Lamentablemente, el significado de patria suele estar unido a connotaciones políticas e ideológicas que degradan el verdadero sentido de ella, reduciéndolo a manipulaciones demagógicas y al uso propagandístico, con fines únicamente utilitarios para llenar las ambiciones del poder de turno. Así ocurría también en los días del profeta Jeremías. Los israelitas fueron dominados y sometidos a una tiranía que los llevó fuera de la patria. ¿Todo estaba perdido para los cautivos? No. Dios tenía un mensaje para ellos: Se vislumbra esperanza en tu futuro: tus hijos volverán a su patria -afirma el Señor-. ¡Que nadie nos quite el sueño de una patria nueva y que luchemos por ella siendo mejores ciudadanos!
Por encima de todo, patria es gente. Gente que viene y va; gente que nace y muere; gente que es espíritu, alma y cuerpo, pero, que, además de todas las carencias materiales, sociales, culturales, necesita saber las buenas noticias de salvación en JESÚS: "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6). Así como nacimos en una nación y somos ciudadanos de ese país, también necesitamos nacer como ciudadanos de la patria celestial: "Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad" (Hebreos 11:16). ¡Esa ciudad es la Nueva Jerusalén! Allí JESÚS está preparando un lugar para nosotros (Juan 14:1-3). Por eso creo que evangelizar es el mejor regalo a nuestra patria.
Oración:
Oración:
Amado Padre Celestial:
Mi corazón viene lleno de gratitud delante de Ti por haberme permitido saber que el lugar en el que nací y en donde vivo, no es mi verdadera patria. Soy un extranjero en este mundo que va de paso hacia la patria que Tú me tienes en el cielo. Ayúdame a proclamar en un mundo perdido, tu amor y salvación. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Dios es creador de los países y naciones. Hagamos que nuestra patria vuelva a Él.
Interacción:
¿Qué te dice Dios hoy por medio de su Palabra?
Y en respuesta a ello…
¿Qué le dices tú a Él?
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