¡YA ESTAMOS EN DICIEMBRE, y con ello en la celebración de la Navidad! Algunos celebramos en una época de una especie de negacionismo de los relatos evangélicos que nos narran los Evangelios, especialmente Mateo y Lucas. No tomaré en cuenta en esta Perla del Alma de hoy, tales argumentos. En otro momento nos ocuparemos de ellos.
No me uniré a los enemigos de la Navidad como: El rey Herodes de la Biblia y Ebenezer Scrooger, de Charles Dickens, en su Cuento de Navidad. Sin embargo, yo fui enemigo de la Navidad y confieso que hasta mi conversión y entender el propósito de Encarnación de JESÚS, no pude ser amigo de la Navidad. Desde allí, el Cumpleaños de JESÚS, como “Dios entre nosotros”, cobró la nueva dimensión de gozo del ESPÍRITU SANTO.
¡Así que me acerco a ustedes con mucho gozo para compartirles que hubo un momento hace tan solo 2000 años, que JESÚS el Verbo divino: “Se hizo hombre”. Adoptó nuestra vida bíos, nuestra vida breve en la tierra para traerlos el Regalo de Su Vida Eterna, Zoé, la palabra en el griego bíblico que significa que nos llevará, cuando resucitemos con un cuerpo glorificado para llevarnos a la Nueva Jerusalén, y vivir con Él para siempre. ¡Este misterio revelado a nosotros es demasiado grande y hermoso para que nos quedemos callados y enemigos de la Natividad o Navidad de JESÚS. ¡El evangelio es la gran noticia de que el “El Verbo se hizo se hizo hombre”… ¡Aleluya!
Seguir en la ruta de los que no creen en que JESCRISTO como el Verbo encarnado, y su celebración del hecho se enfrenta a un peligro: “y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo” (1Juan 1:3,4, RV60). ¡Mas de 300 profecías desde el mismo inicio del Antiguo Testamento apuntan hacia JESUCRISTO! ¡Vuelvo a repetirlo ya que en estos días en los cuales vivimos, celebramos los cumpleaños y otras fiestas más! ¡Celebrémoslo como lo hicieron las huestes celestiales de DIOS!
“Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
(Lucas 2:13,14, LBLA).
De manera que mi propuesta es que nosotros celebremos y compartamos, la verdadera razón de esta celebración: ¡La Encarnación de JESÚS! La Encarnación no es un acto cronológico, no es tiempo humano sino “kairológico” el tiempo de DIOS, más comprensible decir, teológico. Con esto en mente vayamos al punto principal del acontecimiento divino que cambió la historia de millones de seres humanos en todo el planeta y que vamos a cumplir en el año 2033, Dos mil años de aquel acontecimiento: El Nacimiento de la Segunda Persona de la Trinidad. La Encarnación del HIJO. Aquí vamos.
—“¿Cómo hago para que no muera?”. Era la pregunta que estaba en mi mente cuando en una hermosa mañana de otoño, descubrí sentando en mi auto en el espejo retrovisor, el magnífico trabajo que una araña había hecho durante toda la noche, había tejido una red alrededor de todo el espejo retrovisor izquierdo, de tal manera que impedía que yo pudiera ver. Allí estaba la araña orgullosa de su obra. Yo no quería matarla ni destruir su excelente obra de ingeniería. En esas divagaciones que nos vienen a la mente en situaciones como aquellas, me preguntaba: ¿qué tal si le hablo para decirle que se vaya o muere? Nada. Sólo había una manera para salvarla: volverme una araña…y una vez realizada esa metamorfosis, le advertiré del inminente peligro en que se encontraba.
En efecto, eso es lo que DIOS hizo por el ser humano, adopta nuestro cuerpo, y habitó entre nosotros, JESÚS mismo definió el propósito de su encarnación: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido”. (Lucas 19:10). De esta manera, el acontecimiento por excelencia de la Navidad es la Encarnación del VERBO del HIJO DE DIOS, de la PALABRA, él asumió nuestra vida temporal “bíos” y como tal: Nació, vivió y murió. Luego de Su resurrección con Su Cuerpo Glorificado, subió al Cielo, nos espera para vivir con nosotros en la Nueva Jerusalén. ¡Gloria y más gloria el SEÑOR!
Toda esta humillación –no cabe otra palabra- la sufrió JESÚS, la PALABRA de DIOS por nosotros. Juan mismo lo pone en un versículo que es todo el evangelio en miniatura: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16 RV60). Pues bien, ¿Quién es JESÚS?: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él.” (Colosenses 1:15-16 NVI).
¡En NAVIDAD celebramos a JESÚS porque Él y sólo Él, es el VERBO que se hizo hombre para salvarnos!
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
PADRE ETERNO:
¡Gracias por enviarnos a JESUCRISTO como ser humanos y traernos el Regalo de la Vida Zoé! ¡Quién pudiera vivir mil vidas para ser en todas ellas, misioneros de Tu Palabra! En el nombre de JESÚS oramos: Amén.
Perla de hoy:
En esta Navidad es urgente y necesario que digamos al mundo que JESÚS MISIONERO, nos trajo en Su Persona, el Regalo de nuestra salvación. ¡Él y sólo Él, es la razón de la Navidad!
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