Francisco Aular
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Lectura devocional: Romano 8:35-39
VIERNES, 2 de febrero de 2024
Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Romanos 8:37 (NVI)
Una de las epístolas favoritas de las trece cartas paulinas es Romanos. Romanos es la obra teológica principal de Pablo, hoy en día se le daría un doctorado solamente por esta carta. Aquí tenemos las ricas enseñanzas paulinas de la justificación por la fe, además, sistematiza las doctrinas sobre el evangelio, sobre quién es el hombre, quién es DIOS, quién es JESÚS, y, quién es el ESPÍRITU SANTO. Todo eso, en un ensayo teológico magistral de 16 capítulos.
La hoja de mi Biblia que tengo marcada -y casi desgastada por el uso- es la del capítulo 8: 28-39, como dirían los jóvenes, con lo que escribió Pablo, ¡se botó!, estos versículos me inspiran, me alientan y me desafían a vivir la vida cristiana, no en mis propias fuerzas, sino en mi unión con JESÚS, ¡nada ni nadie podrán separarme de su amor! Aquí, Pablo escribe a los hermanos romanos, y no les oculta el elevado costo de la gracia de DIOS.
En efecto, habrá sufrimientos y muerte en el futuro para los seguidores de JESÚS, ¿eso fue solamente en el pasado?, no. Lamentablemente, hoy los cristianos están siendo perseguidos, encarcelados, torturados y asesinados por sus enemigos gratuitos, especialmente en los países musulmanes y comunistas. No obstante, lo eterno está por encima de lo temporal: “¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: “Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!” (Romanos 8:35,36).
Pablo ve a JESÚS, no como el Juez que ciertamente será al final de los tiempos. Sino como el amoroso SALVADOR y SEÑOR de los seres humanos, ahora en el tiempo de la gracia y así lo señalará, más adelante: “Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él, sea la gloria por los siglos. Amén”. (Romanos 11:36 RV60, mayúsculas mía). Es pensando en la victoria del Cristiano, nacido de nuevo por la conquista de JESÚS al morir y resucitar, que el Apóstol exclama: “¡upernikáo!”, y ha sido traducido al castellano por cuatro palabras: “Somos más que vencedores”.
En efecto, cuando el ser humano en su vida bíos, abre sus espacios interiores a DIOS, nace de nuevo para la Vida Eterna “ZOÉ”: Así se lo afirma JESÚS a Nicodemo: “El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo”. (Juan 3:6,NTV). O también como lo afirma la Reina Valera: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. ¡Enteder, creer y experimentar esta verdad del poder de la Vida Zoé en nosotros, nos transforma momento a momento y día tras día y años tras años!
Estas verdades se experimentan como todo un proceso divino en que el ESPÍRITU SANTO trata con nosotros como seres humanos pecadores, porque este es Su trabajo: “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene”. (Juan 16:8,NTV).
En ese proceso de conversión, DIOS utiliza a los seres humanos que disfrutan la Vida Eterna “ZOÉ”, desde ahora para ser testigos mediante la presentación del Evangelio, incluyendo la decisión de aceptar a esta Vida Zoé o rechazarla. ¡Desde luego DIOS traerá a aquellos que están dispuestos y disponibles para seguirlos desde el aquí, el ahora hasta cuando entremos en la plenitud de nuestra Vida Eterna, en la presencia de DIOS.
Por ello los que “Somos más que vencedores” debemos estar convencidos de que el ESPÍRITU DE DIOS, ya está trabajo en esas vidas, produciendo: “Sed y hambre de DIOS, sintiendo que la Palabra de DIOS y la oración es la respuesta; cuando siente que sus soledades han sido inundadas por esperanza de la presencia divina en ellos; cuando percibe que su desvalimiento e indigencia, sufrimientos y circunstancias, quedan contrarrestados por el poder y la riqueza de DIOS: Allí confía únicamente en CRISTO para la salvación eterna. Entonces, el papel del discipulador inicial lo ayuda a crecer; allí es cuando el verdadero discípulo de JESÚS descubre que por el empoderamiento del ESPÍRITU SANTO, el SEÑOR ¡Vive en él por la fe que posee y que le da solidez total!
¡Qué maravillas hace el SEÑOR! El nuevo creyente hace descubrimientos asombrosos: La muerte no es el fin del ser humano con CRISTO, sino el medio para el triunfo definitivo y la plenitud de la Vida Zoé. En ese momento, cuando se adueña de la verdad, y se despoja del temor a los hombres y a las circunstancias, y se rinde al SEÑOR que sirve, se da cuenta que además de Todopoderoso es también Todoamoroso; tiene la seguridad de que DIOS es “su” DIOS, el SEÑOR es “su” PADRE, que su PADRE lo ama y lo envuelve, se compenetra con él y en él, y lo acompaña no solamente en el más acá, sino también en el más allá; DIOS es su fortaleza, su seguridad, su certidumbre, su todo, y por tanto, su liberación total…, entonces: “somos más que vencedores” ¡uperninikáo!
¡Adelante, siempre adelante!
Oración:
PADRE ETERNO:
¡Gracias por esta Salvación tan grande y eterna!
SEÑOR no busco el sufrimiento ni el martirio, eso sería una enfermedad; pero si es por tu causa que me toca, dame el valor que le das a los doscientos mil, que en este año están sufriendo y muriendo por Ti; ayúdame a vivir y morir en la certeza que soy “más que vencedor”. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Experimentamos paz y no pánico, cuando sabemos que “somos más que vencedores” en el poder de DIOS.
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