martes, 30 de enero de 2024

QUEBRANTAMIENTO Y CRECIMIENTO

Francisco Aular
MIÉRCOLES, 31 de enero de 2024
Lectura devocional: Juan 12:20-26
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 
—Juan 12:24 (RV60)

¡Qué paradoja nos da JESÚS: Vida a través de la muerte! No se puede decir tanto en tan pocas palabras. Sólo por medio de la muerte viene la vida. Ya algunos lo sabemos pero lo repetiré. Toda la Biblia se puede resumir en dos palabras en griego, el idioma original en que está escrito el Nuevo Testamento, o Nuevo Pacto: Vida como bíos es nuestra vida humana, la cual es transitoria, vamos de paso, aparece 11 veces. La otra palabra para VIDA es ZOÉ, significa la Vida Eterna, aparece 137 veces…

El grano de trigo bien, solitario, cómodo y seguro, no morirá pero tampoco cumplirá su único propósito: morir para multiplicarse. Será ineficaz e improductivo. 

Será necesario que el grano de trigo pase por un proceso de quebrantamiento al romperle su cáscara, y el germen de vida “bíos” como todo en la vida vegetal, que está en él dará su fruto. Será necesario también enterrarlo, llevarlo a su tumba para que pueda cumplir su propósito, reproducirse. 

¿Cómo se ha hecho realidad esta paradoja en los dos mil años del cristianismo? Comenzando desde el grupo original que escuchó estas palabras por primera vez, no la entendieron. A los días siguientes todos ellos, excepto Juan, corrieron para ponerse a salvo y seguros. No estaban dispuestos a morir. Pero la paradoja la cumplió el mismo SEÑOR en Su propio cuerpo. La Biblia dice que JESÚS es la Vida Zoé, Juan fue uno de Sus discípulos, él escribió: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. (1 Juan 5:11,12,RV60)

JESÚS vivió Su proceso de quebrantamiento, de muerte en la vida “bíos” que poseyó durante 33 años en esta tierra, y fue sepultado. La vida normal de un cristiano nacido de nuevo, es perder lo que no se podrá llevar para confiar en promesa viviente de su Vida Eterna en JESÚS.

Ciertamente JESÚS, se Encarnó, tomó la vida “bíos” y en una Navidad, nació. Sin embargo, en un Viernes Santo, murió. Entregó Su vida bíos pero al tercer día: JESÚS…¡Resucitó, porque Él y sólo Él es la VIDA ZOÉ! Por ello, el Apóstol en ese gran Capítulo 15 de 1 Corintios, exclama: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (15:55-57), es decir: ¡JESÚS, mató a la muerte, cuando resucitó! ¡La Resurrección es nuestra victoria! 

En efecto, la Resurrección de JESÚS, lo hace ser el primero de todos los que resucitaremos porque tenemos Su Vida Zoé… Y desde entonces, a Sus discípulos “les fueron abiertos los ojos”. ¡Todos ellos murieron sacrificados en su vida “bíos” por su fe en JESÚS! El único de Sus discípulos que no fue asesinado, fue Juan, tras muchos sufrimientos por su fe, murió de muerte natural.

Así, claramente por la historia del Cristianismo sabemos que el crecimiento exponencial del reino de DIOS en los primeros siglos, hizo que se cumplieran las palabras de JESÚS en cuanto a llevar fruto. Viendo esta realidad, los historiadores explican ese fantástico crecimiento con la conocida frase: “La sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia”.

Por la muerte viene la vida es un hecho en nuestros héroes de la patria -aunque de una manera pasajera como todo lo meramente humano- Por ello, los monumentos que los seres humanos de hoy contemplamos en todas las naciones que podemos visitar, nos muestran que sólo cuando pasamos por el proceso de quebrantamiento y el entierro voluntario de nuestra ambiciones personales en pos del beneficio del colectivo, eso es lo que vale. 

Todas las cosas preciosas que conserva la humanidad del legado de sus héroes del pasado, y entre todas ellas, aquellos que murieron por la Iglesia en la que hoy militamos, descansa en la paradoja que nos dio JESÚS: “…que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 

Por ello, podemos afirmar: Sin quebrantamiento en nuestra vida humana no hay crecimiento para la plenitud de nuestra VIDA ZOÉ en nosotros.

¡Adelante, siempre adelante!

Oración:
PADRE ETERNO:
No quiero huir del sufrimiento/que en tu amoroso plan para mí has señalado/como el trigo para Ti muero contento/ usa mi muerte para ser multiplicado/ No es ningún necio el que da lo que se pierde/ porque para morir de todos modos he nacido/ es sabio obtener lo que no muere/ Y la grandeza está en servir y no servido. Amén.
Perla de hoy
Cuanto más morimos a nosotros mismos más viviremos para JESÚS y nuestro prójimo.
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