(4 de enero al 12 de febrero 2021)
Operación 6*3*9 en acción:
6:00 AM. Liderazgo pastoral y su familia
3:00 PM. (Hora de la muerte de JESÚS). Su
patria, sus gobernantes y los del mundo.
9:00 PM. La familia modelo de DIOS al crearla.
Perlas del alma
(Basado en el libro: La hora que cambia al mundo, Dick Eastman)
Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Joel 2:12-27
Versículo de hoy:
No se desgarren la ropa en su dolor
sino desgarren sus corazones».
Regresen al Señor su Dios,
porque él es misericordioso y compasivo,
lento para enojarse y lleno de amor inagotable.
Está deseoso de desistir y no de castigar.
Joel 2:13 (NTV)
“El principal fin de la oración ha de ser que el Espíritu Santo se derrame sobre nuestros ministerios e iglesias, que los pecadores se conviertan, los santos se edifiquen, se reavive el interés por la religión y que el nombre de Dios sea glorificado. Al mismo tiempo, recuerden que confiamos en que ustedes no limiten sus peticiones a sus propias sociedades, ni a sus relaciones inmediatas; que se recuerde con afecto el absoluto interés del Redentor, y que la difusión hacia los lugares del globo habitado, sea objeto de sus peticiones más fervientes”.
Llamado a la oración, Inglaterra 1784.
T.W. Hunt, En la presencia de Dios, pág.5, LifeWay Press, Nashville, USA) 1996
En mi segundo año de estudios en el Seminario, teníamos un grupo de oración diario, algunos estudiantes decidimos, buscar al SEÑOR en oración. En aquel año, fui invitado a cerrar una importante reunión nacional que se celebraba en el Templo de la Iglesia Bautista Central de Caracas. Hice la invitación, muchos pasaron al frente, entre ellos, algunos jóvenes para ir al Seminario. Bajé del púlpito y los esperé, saludé y oré con cada uno.
Nunca olvidaré, se unió a mí para orar al frente, el entonces Vicerrector del Seminario, el profesor Efraín Silva Ovalles. Todo un gran hombre de DIOS, sabio y humilde. Al finalizar aquel hermoso momento, me pidió que lo acompañara hacia una de las bancas del templo. Abrió su maletín y sacó un libro, y poniéndome su mano izquierda sobre mi hombro derecho, me dijo, -mostrándome aquel libro de su biblioteca, muy usado por él- “Hermano Francisco: Todos los pastores y evangelistas deben leer este libro, que le saque provecho y el SEÑOR me lo bendiga.” Acto seguido, oró por mí. Desde entonces, esa oración y ese regalo, los he llevado conmigo por donde voy. El libro se llama: “El avivamiento que necesitamos”. Escrito por otro grande del reino, el doctor Oswald J. Smith, por aquellos años pastor principal de la Iglesia “People Church” de Toronto, Canadá.
En ese pequeño libro de 77 páginas, tenemos algunas historias de grandes avivamientos espirituales de la Iglesia en los siglos pasados. Cualquier llamado a las iglesias del Reino de DIOS para un despertar espiritual que sacuda verdaderamente, debe empezar por la oración y la llenura del poder del Espíritu Santo.
Efectivamente, los historiadores de avivamientos nos hablan de la influencia sobre los mismos del “Llamado a la oración de 1784” Firmado entre otros por Jonathan Edwards. Ese llamado a la oración todavía está en pie. ¡Usted y yo, necesitamos unirnos a todo las oraciones y clamores que se han hecho! Con una sola resolución: no quedarnos tranquilos y mantener la oración viva y eficaz muy en alto, hasta ver a nuestra generación a los pies de CRISTO.
Con este mismo sentir, lo afirma el autor del libro: “La hora que cambia al mundo”. Dick Eastman: “Ser fiel en la oración es participar con Dios en su plan para cambiar al mundo. A lo largo de todas las generaciones, fueron los santos que oraron los que alteraron el curso de la historia”. En efecto, el evangelista D. L. Moody nos recuerda: “Lutero y sus compañeros fueron hombres de tan poderosa intercesión delante de Dios, que rompieron el hecho de los siglos, y llevaron naciones sometidas al pie de la cruz. Juan Knox asió a Escocia entera entre sus fuertes brazos de fe, y sus oraciones aterraron a sus tiranos. Whitefield, después de orar mucho, de manera fiel y osada en la cámara de la oración, salió al terreno del diablo y en un solo día y arrancó de las garras del león más de mil almas”.
En esta hora doy gracias al SEÑOR porque en medio de esta pandemia del virus que nos azota sin piedad, el pueblo de DIOS en todas las denominaciones cristianas se está despertando a orar. ¡Gracias al SEÑOR!, porque solamente la fe, la esperanza y el amor por nuestro DIOS, nos mantendrá firmes. Debemos recordar que, en la historia de la humanidad, las tempestades son parte de nuestro navegar en un mundo que se ha apartado de DIOS. Por eso, ante la certeza que “Jesucristo, es el mismo ayer, hoy y por los siglos”. (Hebreos 13:8, RV60) ¡Hagamos lo que nuestros antepasados, hicieron: Ora sin desmayar.
Este es el llamado a la oración: ante nuestro inmutable DIOS, no desmayemos lo que fue bueno para ayer, es bueno para hoy también. ¡No nos quedemos tranquilos, levantemos un poderoso movimiento de oración por todos los pueblos del mundo, y DIOS hará lo que nos ha prometido! El SEÑOR como lo hizo en los días del profeta Joel, -unos cuatrocientos antes de CRISTO-, nos hace un llamado urgente a la oración:
“Que los sacerdotes, quienes sirven en la presencia del Señor, se levanten y lloren entre la entrada del templo y el altar. Que oren: «¡Perdona a tu pueblo, Señor! No permitas que tu preciada posesión se convierta en objeto de burla.
No dejes que lleguen a ser la burla de los extranjeros incrédulos que dicen: “¿Los ha abandonado el Dios de Israel?”» Entonces el Señor se compadecerá de su pueblo
y guardará celosamente el honor de su tierra”. (Joel 2:16-18, NTV).
¡No tenemos tiempo que perder es ahora o nunca! ¡Hagamos un llamado a la oración con propósito que como resultado se pueda decir, lo que vio Joel:
Alégrate ahora y regocíjate,
porque el Señor ha hecho
grandes cosas”. (Joel 2:21, NTV)
¡Adelante, siempre adelante!
PADRE y ÚNICO SABIO DIOS:
¡Alabado seas y gracias! Toda tu bendita Palabra está llena de hombres y mujeres que oyeron el llamado de DIOS a la oración y al arrepentimiento. Obedecieron y los hilos de tu omnipotencia se movieron y fueron sanados. No solamente ellos, sino sus pueblos, ciudades y naciones. Por favor, SEÑOR, con toda humildad: ¡Hazlo otra vez! En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Todavía el mundo de nuestros días no ha visto lo que DIOS puede hacer con un pueblo que ora, lo ama y espera.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección por aprender?
¿Existe alguna bendición para disfrutar?
¿Existe algún mandamiento por obedecer?
¿Existe algún pecado por evitar?
¿Existe algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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