Francisco
Aular
Lectura devocional: Marcos 14:1-12
Jesús estaba en el pueblo de Betania, en casa de Simón, el
que había tenido lepra. Mientras Jesús comía, llegó una mujer con un frasco de
perfume muy caro. Se acercó a él, rompió el frasco y derramó el perfume sobre
la cabeza de Jesús. Marcos 14:3 (La
Biblia traducción actual)
María -la
hermana de Lázaro y Martha-, amaba a JESÚS, con el amor divino que es el amor ágape. Su amor era tan grande por su
amado Maestro que irrumpe en aquel lugar lleno de hombres y contrariamente a la
costumbre de la época en que las mujeres estaban aparte, hace su entrada
rápidamente porque cuando se ama como María amaba al Señor: no importa el lugar
para mostrar su ofrenda de amor; no importa el precio de la ofrenda; poco
importa las críticas malévolas de los demás; no importa el esfuerzo, nuestra
ofrenda la “rompemos” delante del Señor; los chismes y murmuraciones poco
importan, sólo el objetivo de entregarnos a JESÚS, y que Él nos acepte como una
ofrenda inmortal es lo importante. No cabe duda alguna que María había gastado
tal vez, sus ahorros de toda la vida y trajo su mayor posesión como ofrenda a
su Maestro. Traía ese frasco cerca de su corazón y brilló en sus temblorosas
manos porque la presencia de su amado JESÚS y la ternura de su mirada de
aceptación de aquella ofrenda inmortal, le permitían proseguir con su plan para
homenajearlo y ungirlo, antes de que JESÚS pasara el punto de no retorno en Su
plan divino de convertirse en el Señor y Salvador de todos los que lo acepten y
nazcan de nuevo, por medio de Su muerte y resurrección. María rompe el frasco y
derrama su contenido sobre la cabeza de JESÚS, y desde entonces a través de los
siglos y como el Señor lo profetizó al defender a María por lo que había hecho
con Él, se cumple: “Les aseguro que esto que ella
hizo se recordará en todos los lugares donde se anuncien las buenas noticias de
Dios". (Marcos 14:9 La Biblia traducción actual)
Pues
bien, el frasco de “alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio”, fue
roto en medio del asombro de los que estaban allí, no era tan importante el
frasco, sino su esencia interior. El ruido del frasco al romperse quedó
silenciado ante el delicioso perfume de aquella ofrenda inmortal, y nadie de
los que estuvieron allí salió sin que el grato olor de aquella ofrenda se les
pegara tanto en sus cabellos como en sus ropas.
Toda
ofrenda que demos para nuestro Dios tiene repercusiones eternas. Sin embargo, ninguna
ofrenda será más valiosa para Dios, que la ofrenda total de nuestras vidas a
Él. ¿Qué impide que se rinda como una ofrenda inmortal a Dios? Fíjese bien,
María tuvo que romper el frasco. A veces, Dios tiene que hacer lo mismo con
nosotros, nos permite pruebas y circunstancias que rompan nuestras fortalezas
de orgullo, y así nuestra esencia que mana de nuestro espíritu vivificado, será
una ofrenda inmortal delante de Dios, y también saldrá como un grato olor que
da vida eterna a quienes nos rodean. Saldremos de nuestra oscuridad para
brillar para Dios. Como María, le daremos a Dios lo que es Dios. Esa es una
ofenda inmortal.
Oración:
Padre eterno:
¡Gracias por
permitirme el quebrantamiento que me lleva a ti como un ofenda de amor! Ayúdame
a ser también una ofrenda de amor para los demás, en el Nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Como
la nuez que si no la rompemos, no la podemos disfrutar. Así, Dios nos quebranta
para que podemos ser olor grato de vida eterna a los demás.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento por obedecer?
¿Existe
algún pecado por evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
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