Francisco Aular
Lectura devocional: Proverbios 31:10-31
Sus hijos se levantan y la felicitan;
también su esposo la alaba: “Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú la
superas a todas”
Proverbios 31:28,29 (NVI)
Se acercaba el Día de las Madres, y a mí se
me ocurrió hacerlo diferente en ese año; invitaría a una de las madres de la
iglesia, para que ella diera la conferencia en su día. Gustó la idea, así que
las damas eligieron a su presidenta aquel año, la doctora Rosaura Campos de
Aquino, quien ya está en la presencia del Señor. La hermana Rosaura me pidió
ayuda, y yo le sugerí que disertara sobre el perfil de una madre según
Proverbios 31:10-31; con sinceridad ella me respondió: “Pastor, ese pasaje me
pone muy nerviosa porque ¿qué mujer puede alcanzar la altura que esos
versículos exigen?”. Le respondí: “Hermana es verdad que ese perfil de
excelencia sobrepasa aquello para lo que el Señor ha llamado a una mujer, tanto
en el ser como en el hacer. La mujer virtuosa no es tanto que sea perfecta
–cosa imposible para un ser humano en este mundo imperfecto-, pero ella siempre
progresa en todo aquello que se ha propuesto hacer para la gloria de Dios”.
Ese Día de las Madres fue hermosísimo en
nuestra iglesia, la hermana Rosaura, nos dio una excelente conferencia, e
hicimos el compromiso de amar y cuidar más a nuestras madres.
Es verdad, no es fácil encontrarse con una
mujer ejemplar, pero sí existe. Por ello, el pasaje aludido es uno de los más
hermosos que tenemos en la literatura universal sobre la mujer, escrito en una
época muy lejana, en honor al género más bello y registrado por el Espíritu
Santo en la Palabra de Dios.
En efecto, en estos versículos escritos como un poema se nos da un perfil de la mujer virtuosa en sus papeles principales de esposa y madre; en los versículos encontramos que la mujer ejemplar es poseedora de lo que hoy llamaríamos una realización personal, reflejan el perfil de la mujer ejemplar; ella experimenta felicidad por lo que es y hace; ella está feliz por su apariencia física, y se desplaza en sus distintos roles sin complejos de ninguna especie; se ve que cada día, cuando llega la noche se puede acostar feliz por la jornada realizada, aunque su ojo vigilante está pendiente de toda su familia; no vive en el pasado; no deja que la amargura y la envidia que produce en otros su éxito en la vida, la estorbe para aprovechar lo mejor de esta vida presente; ella tiene solo una meta, siente que vive para un solo propósito: ser una mejor persona cada día; ella sabe que su belleza es pasajera, y las posesiones se quedan al salir de este mundo, y se aferra a las promesas de Dios; ella sabe cuál es el propósito para su vida, sabe para qué está en esta tierra, sabe donde está y hacia donde va; ella tiene una actitud positiva frente a la vida, y en su hogar “hasta la tetera canta de felicidad”. Ha transformado su perfil de madre, en un cántico nuevo que entona como un desafío cotidiano, por eso: Sus hijos se levantan y la felicitan; también su esposo la alaba: “Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú la superas a todas”. Alabado sea el Padre por una mujer así.
En efecto, en estos versículos escritos como un poema se nos da un perfil de la mujer virtuosa en sus papeles principales de esposa y madre; en los versículos encontramos que la mujer ejemplar es poseedora de lo que hoy llamaríamos una realización personal, reflejan el perfil de la mujer ejemplar; ella experimenta felicidad por lo que es y hace; ella está feliz por su apariencia física, y se desplaza en sus distintos roles sin complejos de ninguna especie; se ve que cada día, cuando llega la noche se puede acostar feliz por la jornada realizada, aunque su ojo vigilante está pendiente de toda su familia; no vive en el pasado; no deja que la amargura y la envidia que produce en otros su éxito en la vida, la estorbe para aprovechar lo mejor de esta vida presente; ella tiene solo una meta, siente que vive para un solo propósito: ser una mejor persona cada día; ella sabe que su belleza es pasajera, y las posesiones se quedan al salir de este mundo, y se aferra a las promesas de Dios; ella sabe cuál es el propósito para su vida, sabe para qué está en esta tierra, sabe donde está y hacia donde va; ella tiene una actitud positiva frente a la vida, y en su hogar “hasta la tetera canta de felicidad”. Ha transformado su perfil de madre, en un cántico nuevo que entona como un desafío cotidiano, por eso: Sus hijos se levantan y la felicitan; también su esposo la alaba: “Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú la superas a todas”. Alabado sea el Padre por una mujer así.
¿Cómo puedes ser una mujer ejemplar? Deja que
JESÚS entre a tu vida, mediante una oración de entrega a Él, como la sugiero a
continuación en el párrafo siguiente. Por ahora, ¡Feliz Día de la Madre con
JESÚS, tu Creador en tu corazón!
Oración:
Padre eterno:
Ahora entiendo que tú me amas y que desde antes de la creación del mundo, tú
quisiste que yo fuera parte de tu familia. Señor, con humildad te pido que
perdones mis pecados, me arrepiento, y te ruego que vengas a mi vida. Gracias
JESÚS por salvarme, y de ahora en adelante, Tú eres mi Señor y Salvador. Amén.
(Si hizo esta oración con sinceridad, escríbame para enviarle un material de
crecimiento espiritual).
Perla de hoy:
Mejor que
un rubí es una madre ejemplar, como esa joya preciosa, amémosla y cuidémosla.
Interacción:
¿Qué
me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento a obedecer?
¿Existe
un pecado a evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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