Francisco Aular
faular @hotmail.com
Lectura
devocional: 2 Tesalonicenses 3:6-15
Cuando estábamos con ustedes les decíamos que quien no quiera trabajar
tampoco tiene derecho a comer.
2
Tesalonicenses 3:10 (TLA)
Me levanté
todo emocionado, apenas había dormido pensando y pensando…Sacudí el poco de
sueño que tenía con un buen baño y salí a la calle con la frente en alto. Diciembre
estaba cercano y la mañana era fría, pero yo tenía el corazón ardiendo, pues, ¡iba
a mi primer trabajo! La Segunda Calle del barrio, El Retiro de San José del
Ávila en Caracas con sus pinos de lado y lado, parecían que me aplaudían al
caminar debajo de ellos. Subí al autobús que me llevó al centro de la ciudad de
Caracas, la Capital venezolana. Me bajé y caminé con los hombros en alto y las
dos inmensas torres del Centro Simón Bolívar me brindaron toda su belleza con
su piso y sus enormes columnas bien labradas y limpias. En pocos minutos estaba
en frente del dueño del estudio fotográfico: Luz y Sombra. “¡Bienvenido
muchacho!” Me saludó, y acto seguido, él mismo buscó todos los implementos de
mi primer trabajo: escoba, cepillo, trapeador, detergentes y un recipiente para
el agua. Así empecé mi primer trabajo aquel viernes, 28 de noviembre de 1958.
¡Este año cumplo exactamente 56 años de esta valiosa experiencia de mi vida!
¡Alabado sea Dios por haberme dado ese primer trabajo con mis 13 años, recién
cumplidos! Dios me había llevado allí y aquella experiencia desde entonces,
marcó mi vida. Aunque el aquel tiempo había una canción dominicana que decía
“el trabajo lo hizo Dios como un castigo”, yo la cantaba con mucho entusiasmo
mientras trabajaba. Imagínense lo que sentí cuando me dieron mi primera paga al
final de la semana, algo así como cinco dólares, ¡tuve que abrirme camino entre
las nubes para llevar mi primero sueldo a casa!
Ahora bien, el
trabajo en la época del Apóstol Pablo no tenía ninguna resonancia positiva. Al
trabajo fuerte los romanos lo llamaban neg-otium”
no ocio”, en otras palabras negación del ocio o el tiempo libre, lo
realmente valioso para el pueblo romano era tener tiempo suficientemente libre
para dedicarse al arte, a la ciencia y a la diversión. Dicen algunos
historiadores que en los primeros siglos de nuestra era, los emperadores
romanos en medio de la gran necesidad y situación de pobreza del pueblo,
inventaron un sistema para mantener a las multitudes entretenidas, ellos lo
llamaron pan y circo, de acuerdo a Wikipedia, “Panem et circenses”, es decir,
pan y circo; es una locución latina peyorativa, que en la actualidad describe
la práctica de un gobierno para mantener tranquila a la población, ocultar
hechos controvertidos y permite proveer a las masas de alimento y
entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas”.
Además de
todo esto, los hermanos de la Iglesia de Tesalónica, estaban convencidos de que
la Segunda Venida del Señor JESÚS, ocurriría en aquellos años. Así que se
dedicaron a esperar al SEÑOR en las casas y abandonaros sus trabajos, y por no trabajar, les sobrevino
la pobreza. Entonces el Apóstol les dijo su famosa frase: “quien no quiera
trabajar tampoco tiene derecho a comer”. Es posible que hoy venga el Señor por
mí, me iré con Él, desde mi puesto de trabajo. Porque el JESÚS Obrero que
conozco expresó: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.”
(Juan 5:17; RV60).
Conozco a un hombre, un
hermano en la fe, él estudió derecho y se graduó con honores de la universidad.
Ha trabado en su profesión de abogado con éxito. Pero la situación de su país
ha cambiado, la corrupción lo ha transformado todo, se premia a los mediocres y
se castiga a los virtuosos. No ha sido posible encontrar trabajo sin comprometer
sus valores. Bien, esta semana, llamé a su casa. Con aquella alegría que
solamente un ser humano siente, al sentirse útil, mediante el trabajo y
sostener dignamente su hogar, me dijo: “¡Pastor, hoy encontré trabajo manejando
un transporte público!”… Allí anda este hombre por las calles de su ciudad, sin
amargura, sin resentimientos, trabajando de sol a sol, sintiéndose nuevamente
capaz de poder llevar otra vez, el pan a casa. Entonces, recordé mi felicidad
de mi primer trabajo, cuyo gozo mantengo hasta hoy. ¡Alabado sea el Señor!
Alguien dijo:
“no esperes con las manos cruzadas que te caiga el bien de lo alto. Si es
cierto que Dios sustenta a los pajarillos del aire, también lo es que no les
lleva la comida al nido”. En
realidad el trabajo es tan digno como el que lo realiza como lo dijo el doctor
Jorge W. Crane: “No existe porvenir en ningún empleo. El porvenir está en el
ser humano que desempeña el empleo”. La Biblia dice: “El que se esfuerza en su trabajo tiene comida en
abundancia, pero el que persigue fantasías no tiene sentido común”. Proverbios
12:11 (NTV).
Mi siempre
recordado el pastor Braulio Pérez Marcio, le oí decir esta anécdota, por
aquellos años en que lo escuchaba en su programa radial: Un obrero asistía
emocionado al entierro de un compañero. Lo acompañaba su nieto, un niño de doce
años. De pronto el niño preguntó: “Abuelo, ¿de qué murió este hombre?” _De las
más bellas de las muertes -contestó el anciano,- murió de un accidente de
trabajo.
Oración:
Hoy te alabo Padre Celestial, por hacerme fuerte para el trabajo, y con la
disposición de ánimo para enfrentarlo. No me has permitido una vida fácil, no
nací en una cuna dorada. No tuve todo a la mano porque tú sabiduría infinita me
había hecho para ayudar a otros y necesitaba llevar en mi propio cuerpo, lo que
tu tantas veces les has dicho a mi espíritu: “Hijo tú y yo podemos hacerlo”. Te
pido SEÑOR que me acompañes siempre como aquel primer día –desde hace 56 años-
en que tú y yo, empezamos a trabajar. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Ora al Señor y depende de Él, y trabaja como si todo el
triunfo dependiera de ti.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios