Amados todos:
Varios perlistas me han pedido últimamente, mi opinión sobre el anunciado fin del mundo para el 2012. En esta oportunidad, hago reenvío de esta Perla, escrita originalmente en noviembre del 2009. Allí va nuestra respuesta entonces y ahora. Que el Señor les haga continuar una feliz semana para todos.
Con afecto,
Pastor y amigo,
Francisco Aular
“Del día y la hora nadie sabe (…) saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad” Mateo 24:36; Hechos 1:7 (RV60).
Cuando fallan los buenos planes surgen los fantasmas de guerra, pareciera que el miedo nos infunde valor y despierta el patrioterismo en algunos. De igual forma, cuando fallan los políticos en arreglar este planeta, aparecen los brujos con soluciones catastróficas y anuncios acerca del fin del mundo. Cuando los cristianos nacidos de nuevo, no cumplen con su misión de llevar el conocimiento de la Palabra de Dios a las naciones para iluminarlas con la luz del evangelio, los seres humanos buscan, -en las supersticiones de los pueblos antiguos, la irreverencia del postmodernismo, y los misterios del ocultismo y lo supra normal- algo que los mueva hacia el más allá.
¿Se acabará el mundo en 2012? Es la campaña mundial que el mundo esotérico está explotando en estos momentos; algunas sectas del cristianismo, practicantes ellas mismas de la teología del miedo, se unen a esta corriente. El mercado editorial está invadiendo las librerías con libros de Nostradamus y sobre la vida de Nostradamus, con las profecías de San Malaquías y sobre San Malaquías; libros sobre el calendario maya, el calendario azteca y libros ocultistas, en fin, en pleno invierno, las editoriales harán su agosto en este diciembre. Eso que Unamuno llamó “la tontería humana”, porque con el miedo de una asustada clientela, que pagará lo que sea buscando una respuesta, se estará enriqueciendo a esos escritores y a las editoriales. ¡En realidad es una explotación del sentimiento de saber qué nos deparará el destino!
¿Se acabará el mundo en el 2012? ¿Qué nos dice la Biblia? En realidad, la Biblia sí habla del fin del mundo, y sus profecías sobre el futuro son genuinas, y éstas, han sido sometidas a prueba una y otras vez, para comprobar que son exactas. No hablaré de eso en estos momentos, ciertamente, el mundo va hacia un final que se llama el Día del Señor, pero antes de ese final, deben ocurrir dos eventos: el Rapto de la iglesia y la Segunda venida de JESÚS. Mientras estos acontecimientos no lleguen, podemos responder como lo hizo JESÚS ya resucitado a sus discípulos: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre” (Mateo 24:35-36 RV60).
En mi corto andar por esta tierra he superado ya muchas fechas en que se anunciaba el fin del mundo, y creo que algunos de ustedes también, la última fecha era la entrada al nuevo milenio, pues el nuevo milenio, llegó y no pasó nada. Como nadie, excepto Dios mismo, sabe “el día y la hora” del fin del mundo, éste puede ser en cualquiera de los días del 2012, 3012 o tal vez en el 4012. Lo que sí me llena de admiración y gozo es la misericordia de Dios con los seres humanos, pues antes de que tal acontecimiento ocurra, Él mantiene su oferta de salvación y vida eterna por medio de su hijo JESÚS. De esta manera, podemos decir con el apóstol Pedro: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:8-9 RV60). Siempre pienso esto, Dios no tiene en su muñeca un reloj y en su pared un calendario que le regalaron en diciembre; el tiempo de Dios no es nuestro tiempo.
Oración:
Amantísimo Padre Celestial:
Has puesto eternidad en el corazón de los seres humanos y nos invitas a hacernos miembros de tu familia. Padre, no me toca a mí saber el futuro, pero tú sí lo sabes, y estoy en tus manos, eso me basta. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
A menos que reconozcamos nuestros límites como seres humanos, nos sujetemos a la soberanía divina, y confiemos en el Dador, terminaremos desesperados como los que no tienen esta bendita esperanza.
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