“—¡SEÑOR, VENGO DELANTE DE TI POR SABIDURÍA ESPIRITUAL, y recuerda que me lo prometiste en tu Palabra!”. Oró el nuevo creyente, Jesús Bolívar de Maracay –entonces mi compañero de viaje- explorando lugares en Venezuela para plantar iglesias, a través de la Marcha Evangelizadora-.
El hermano Bolívar, era un hombre de oración. Nos marcó a los que lo rodeamos desde nuevo convertido. Tenía cintas de papel en la sala de su casa, sujetadas al techo de su casa con las peticiones hechas por él, delante de su PADRE ETERNO generalmente con peticiones de los hermanos de la fe de todo el país, y las respuestas recibidas del SEÑOR.
Dick Eastman, el autor del libro: “La hora que cambia el mundo” dice:
“Nuestro tiempo de oración, no importa cuán intenso sea, nunca está verdaderamente completo sin el alimento divino que solo se halla en la Palabra de Dios. En efecto, la Palabra de Dios es el verdadero libro de oración del cristiano. Es nuestra guía y fundamento para toda oración eficaz. Descuidar la Palabra de Dios es descuidar el poder de Dios. Lehman Strauss agrega: “Cuando descuidamos la lectura diaria, sosegada y meditativa de la Palabra de Dios, bloqueamos la línea vital de comunicación procedente del trono de la gracia de Dios. Nuestra permanencia en Cristo por medio de la Palabra es un proceso vital que nunca debe cesar”.
Podemos afirmar que una Biblia abierta delante de nosotros para leer versículos, en caso de que no los sabemos de memoria, es un precioso recurso espiritual. Porque es DIOS mismo hablándonos y nosotros hablándole en oración, porque al final, la oración como ya hemos visto no es un monólogo, sino un diálogo con DIOS.
Eastman, también sugiere un sencillo plan de tres pasos para tener una oración saturada de Biblia:
En primer lugar, lea o escuche un pasaje de la Palabra de DIOS. Un ejemplo de ello, Perlas del Alma, incluye una lectura devocional, usualmente recoge el contexto del versículo en que se basa, la meditación. Advertimos el peligro por decirlo en alguna forma, que nos distraigamos, recuerde usted no está haciendo un estudio bíblico, sino recogiendo las promesas y el poder de la Palabra de DIOS durante la oración.
Segundo, cuando usted está citando delante de DIOS, Su Palabra, hágase en la quietud del momento algunas preguntas como éstas: ¿Que me dices SEÑOR? ¿Me impulsas este versículo a orar por algo específico? ¿Cómo puedo aplicar este pasaje directamente a mi petición? ¿Es posible usar algunas de las palabras de este pasaje bíblico, al pie de la letra, mientras oro?...
Tercero, en esos momentos de la oración saturada de la Biblia, forme una oración personal para llevarla consigo, durante su jornada de trabajo diario, enriquecida con la promesa de DIOS, en su tiempo devocional. Desde luego, enriquezca su tiempo devocional, con los Salmos, Proverbios, los Evangelios y las Cartas apostólicas. En verdad, recuerde que:
“Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras”. (Romanos 8:26, NTV).
¡Pongámonos en marcha con este cuarto paso: La oración saturada de la Biblia.
1. Cuando usted incluye la Escritura en su hora devocional, pídale a DIOS que bendiga Su Palabra, mientras usted se “la come y bebe” espiritualmente.
2. En preparación para este cuarto paso, previamente prepara un ambiente y horario propicios para su Encuentro con el SEÑOR. Busque con cuidado maneras específicas de aplicación de esta Escritura en su momento de oración.
3. Desarrolle sus oraciones basadas en la Palabra de DIOS, con frases o versículos completos y diga: “Tú me dices en tu Palabra hoy…”
¡Adelante, siempre adelante!
¡Feliz día de la BIBLIA!
Oración:
PADRE ETERNO
Vengo delante de Ti con la Biblia abierta. Ayúdame a amar Tu Palabra, oirla, leerla, estudiarla, memorizarla, meditarla, Atesorarla, compartirla, obedecerla. Es decir, aplicarla. En el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
En la oración saturada de la Biblia, DIOS disfruta de nuestra comunión y nosotros la de Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios