Salutación
Francisco Aular
faular@hotmail.com
“Pero si te niegas a servir al Señor, elige hoy mismo a quién servirás. ¿Acaso optarás por los dioses que tus antepasados sirvieron del otro lado del Éufrates? ¿O preferirás a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives? Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor.” Josué 24:15, (NTV)
DIOS hizo a los ángeles y a los seres humanos para el servicio de Su Hijo, JESÚS, al final de los tiempos, en la eternidad futura (Apocalipsis 5; 21)
¡JESÚS es la Verdad! Y vino desde el cielo para que nosotros viéramos en ÉL, toda la plenitud divina; pero también y esto es lo principal vino para volvernos a DIOS, por medio del nacimiento espiritual, producido por la Palabra de DIOS y el ESPÍRITU SANTO: “Pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios.” (Juan 1:12,13, NTV)
Por esta razón todo verdadero discípulo de JESÚS, nace dos veces. El nacimiento biológico lo pone en la tierra; el nacimiento espiritual lo pone en el cielo. Vale decirlo otra vez: la vida humana es temporal, la vida espiritual es eterna. ¿Cuántos nacimientos tienes, cuántos celebras? Responder sinceramente, te llevará a elegir, nacer de nuevo. ¡Hoy es el día!
Ahora bien, aunque DIOS es Soberano y por lo tanto, nadie le dice lo que ÉL tiene que hacer, ni mucho menos cómo hacerlo. En efecto, DIOS en Su gracia infinita, se negó a tener en el cielo a los que no quieren ir allí. ¡Nadie irá obligado al cielo! DIOS, deja que seamos nosotros auxiliados por la Palabra de DIOS y el ESPÍRITU SANTO, los que escojamos, obedecerle y rendirnos a ÉL: “elige hoy mismo a quién servirás.”
Aquí en Calgary, en donde vivo, está haciendo un precioso día primaveral. ¡Un precioso domingo soleado para disfrutar! Me asomo a la ventana, doy gracias al Señor, allí están esos árboles a penas dos semanas atrás, parecían esqueletos listos para las chimeneas. ¡Pero hoy tienen vida que les vino desde el cielo! ¡Esos árboles, no eligieron tener esa vida es un regalo! De todas maneras es temporal, pronto vendrá el invierno y tendrán de nuevo apariencia de muerte, en vez de vida. ¡Los árboles no podrán hacer nada para cambiar su condición!
En cambio los seres humanos, tenemos la decisión de elegir o morir: “Acaso optarás por los dioses que tus antepasados sirvieron del otro lado del Éufrates? ¿O preferirás a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives?”
Pues bien, hace ya 59 años, que la Palabra de DIOS me confrontó. En una preciosa tarde de abril de 1963, escogí servir al SEÑOR. Y desde entonces, JESÚS para mí, es mi todo.
Ciertamente, me adelanto en decir avergonzado que todavía no soy como el SEÑOR quiere que sea; pero me esfuerzo cada día en Su gracia para serlo. DIOS me dejó medios de gracia para llegar a la madurez, entre ellos, la oración, la Biblia y la existencia de una iglesia local para dar mi apoyo responsable al adelanto del Reino de DIOS, en toda la tierra.
Sin embargo, esto no es algo pesado, nunca debe ser una carga, servir al DIOS por tanta gracia derramada sobre nosotros. En mi caso, es un deleite servirle a mi DIOS, es más no me imagino el día en que, por razones naturales, no pueda ir a congregarme con mis amados compañeros del Camino. Pero me gozaré en el hecho que en los límites de mi finitud como ser humano que soy, me he esforzado en la gracia de DIOS para obedecer cada día que he vivido en este cuerpo, lo que expresó Josué, poco antes de morir: “Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor.”
Hoy te esperamos en la iglesia. No dejes de congregarte. Hoy estamos mucho más cerca que en los días de Josué de ver el cumplimiento de todas las cosas. Te hago cuatro preguntas: ¿Qué clase de matrimonio te gustaría tener? ¿Qué clase de familia te gustaría tener? ¿Qué clase de individuo te gustaría ser? ¿A quién servirás?¡La iglesia te ayudara a ser lo que quieras ser!
¡Feliz domingo del SEÑOR!
¡No te quedes en casa hoy! ¡Ven a la iglesia para cambiar, aprender, servir e impactar!
¡Te espero!
¡Adelante, siempre adelante!
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