Francisco Aular
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Lectura devocional: Hechos 13:1-12
Pero el Señor le dijo: «Ve, porque he escogido a ese hombre para que hable de mí a la gente de otras naciones, y a sus reyes, y también a los israelitas. Yo le mostraré lo mucho que tiene que sufrir por mi causa.» Hechos 9:15,16 DHH).
En la mayoría de los calendarios de nuestra denominación, noviembre es el es de las misiones. Teniendo esto en cuenta nuestra salutación dominical, estará dedicada a las misiones en tres entregas. La Iglesia del SEÑOR, existe como la representante de DIOS en esta era histórica para dar a conocer el Evangelio (La Buena Nueva), de Su gracia y Su reino, en esta hora. La iglesia local, esa que debe existir en cada nación, cada pueblo y cada barrio, es, ante todo, la agencia del reino en su sector. Por ello, la plantación de nuevas iglesias debe ser la vida normal de una iglesia local. Nosotros debemos preguntarnos: ¿Cuánto vale un misionero?
En particular, el diccionario El mundo.es, define “misión” en los siguientes términos: “Peregrinación y predicación de la doctrina cristiana a pueblos que no la siguen o no la conocen: ha dedicado su vida a las misiones. Territorio y casa o centro donde se lleva a cabo esta predicación: riadas de gente se acercaron a la misión para pedir ayuda.” Sin embargo, “misión o misiones.” No son palabras que aparezcan en el Nuevo Testamento. Pero se puede decir, sin exagerar: Que toda la Biblia está llena del mandato misionero, de ir llevando esa Buena Noticia de salvación “a los que no la siguen o la conocen”. DIOS no ha dejado de llamar a hombres y mujeres para realizar las misiones, por ello podemos preguntarnos: ¿Cuánto vale un misionero?
No obstante que el vocablo “misiones” no aparezca en el Nuevo Testamento, el mandato de JESÚS en Mateo 28:19,20, llamado desde hace unos cuatrocientos años: La Gran Comisión, no deja dudas al hacer una buena exégesis de estos versículos que las iglesias son, ante todo, agencias misioneras: “Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:19,20 NVI). ¡Ese misionero que lleva la Buena Noticia es, ante todo, un embajador de CRISTO, pregúntate cuando hayas nacido, y crecido en la Palabra de DIOS: ¿Cuánto vale un misionero?
En nuestra denominación cristiana: bautistas del sur, tomamos tan en serio el mandato de la Gran Comisión que la llamamos “la fuerza impulsora.” En efecto, entendemos tres movimientos respecto la Gran Comisión, los definimos en tres verbos activos: orar, enviar y dar.Desde luego, DIOS llama al misionero, -al ser humano que irá llevando la Buena Noticia a otros lugares fuera de su congregación-, eso puede ser en su propio barrio, su ciudad o hasta la última frontera. Los que nos quedamos en casa lo enviamos, oramos y damos “sosteniendo la soga” al que va, como explorando en el fondo de una mina de oro, buscando a las almas… ¡Las almas son oro puro para DIOS! Debido a la gran misión que lleva un discípulo nacido de nuevo, cabe la pregunta: ¿Cuánto vale un misionero?
Esto nos lleva a considera lo siguiente, en el libro de los Hechos de los Apóstoles (13:1-12), la Iglesia de Antioquía en el Nuevo Testamento, tenía dos hombres de gran preparación cristiana: Bernabé y Saulo su discípulo, podíamos decir ¡eran sus mejores hombres! Pero el Espíritu Santo, los escogió para que fueran los misioneros que buscaran los campos blancos, allí sembraran congregaciones, y éstas a su vez, hicieran lo mismo. Así las cosas, aquellos hombres escogidos por DIOS y sostenido por su iglesia, estuvieron listos para recoger la gran cosecha de personas, llegando a conocer a JESÚS e integrándose al Reino de DIOS por todo aquel mundo conocido. ¿Cuánto vale un misionero?
El autor de la introducción del libro “El progreso de las misiones cristianas”, Robert Hall Glover, dice lo siguiente: “Es casi increíble que un pequeño grupo de mujeres y hombres desconocidos, integrantes de un pueblo pequeño y sojuzgado en tierra insignificante lindantes sobre las playas del Mediterráneo, pudiese, sin recursos militares, prestigio, dinero ni organización elaborada, aumentar hasta contar entre sus filas con un tercio de la población global. Es aún más maravilloso que este pequeño núcleo fuese formado por discípulos de un caudillo despreciado, rechazado y condenado, quien sólo les legó la inspiración de su vida y de sus enseñanzas, el mandato de ir y predicar su mensaje, y la promesa de su poder y su presencia.” ¿Cuánto vale un misionero?
Llevando todo esto a lo personal, les comunico que desde recién convertido el tema de las misiones ha estado en mi corazón, no he sido pastor de congregaciones de muchos números, pero si he tenido el privilegio de ayudarlas en su crecimiento y plantar nuevas congregaciones. Pero por encima de todo, he amado el trabajo misionero, y los hombres y mujeres a los cuales DIOS llama con la misma idea que al más grande los misioneros del cristianismo el apóstol Pablo: «Ve, porque he escogido a ese hombre para que hable de mí a la gente de otras naciones, y a sus reyes, y también a los israelitas. Yo le mostraré lo mucho que tiene que sufrir por mi causa.» Hechos 9:15,16 DHH). ¿Cuánto vale un misionero?
Concluyo con este pensamiento que me sale del corazón, con gratitud a DIOS. El misionero estadounidense Carlos B. Clark, fue con su familia a Maracaibo, Venezuela en 1952. Lo conocí en Caracas el segundo domingo de agosto de 1963. Ese día pasé al frente confesando públicamente que ¡JESÚS sería de allí en adelante mi SEÑOR y SALVADOR! Después de 58 años, allí sigo. A los 8 meses después que me dio el discipulado inicial, me bautizó. ¡Esos misioneros, enviados por el sostenimiento de la Ofrenda Misionera Lottie Moon! Marcaron mi vida, y hoy mi familia y yo, cuatro hijos y nueve nietos, podemos preguntarnos al ver la influencia bienhechora del Evangelio en nuestra familia, al caminar en las mismas pisadas y huellas de aquella familia misionera podemos afirmar: ¡Cuánto vale un misionero!
¡Adelante, siempre adelante!
¡Feliz domingo del SEÑOR para todos en todas partes!
Perla de hoy:
La misión de la iglesia es honrar y glorificar a DIOS orando, proclamando Su Evangelio, alcanzando al perdido, nutriéndolo y enviándolo a cualquier precio y a cualquier lugar.
¡Cuánto vale un misionero!
Francisco Aular
Se marchó en silencio
buscando el sendero.
Se aferró a su Biblia
y miró hacia el cielo;
dejó a sus hermanos
y un hermoso templo;
algunos oraban,
y otros sollozaban;
mientras él se ausentaba
dejando recuerdos.
La luz de la tarde
proyectó en el suelo,
la silueta de un hombre
valiente y sincero,
que ha dejado todo por ser
Misionero.
Llegó el nuevo día
y el pueblo extranjero
Con su movimiento
de vida y misterios;
Hombres y mujeres
caminaban de prisa
no se dieron cuenta
que al puerto llegaba,
un hombre de lejos,
con Buenas Noticias
para todos ellos.
Y al ver el contraste
de tantos criterios,
medité un momento:
“¡Dios mío!, ¿cuánto vale
un misionero?”
¿Qué dios es tan grande
como nuestro Dios?
Un avivamiento al pueblo cubrió;
miles se salvaron;
el liderazgo se multiplicó;
Iglesias surgieron;
templos se erigieron
honrando al Señor.
Más la iglesia misionera
que aquel hombre envió,
mantuvo la cuerda,
orando y dando
como nunca dio;
pero algunos dudaban…
y al ver el contraste
de tantos criterios
medité un momento
“¡Dios mío!, ¿cuánto vale
un misionero?”
En las largas noches
del helado invierno;
o en las cortas noches
del verano nuevo;
de aquel misionero
yo siempre me acuerdo.
¿Tendrá su familia,
protección por cierto?
Y me asalta nuevamente
Este pensamiento:
“¡Dios mío!, ¿cuánto vale
un misionero?”
Francisco Aular
Toronto, 1997
De “Primicias del alma”
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