Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com
Lectura devocional: Salmo 122
Oren
por la paz de Jerusalén; que
todos
los que aman a esta ciudad
prosperen. Salmo 122:6
Frente a la tierra prometida, y muy poco
antes de morir, el hombre que había hablado cara a cara con Dios en el Monte
Sinaí, Moisés, dijo:
“Las cosas secretas pertenecen a
Jehová nuestro Dios; mas las
reveladas son para nosotros
y para nuestros hijos para siempre,
para que cumplamos todas
las palabras de esta ley”
(Deuteronomio 29:29, RV60). Todavía recuerdo, la primera vez que
escuché este texto, el pastor misionero Eugenio Kimler estaba predicando y
comentándolo dijo: “No me preocupan las cosas que no puedo entender de la
Biblia, sino aquellas que sí puedo entender y no las obedezco”. Ahora bien,
DIOS nos ordena que oremos y todos los grandes hombres y mujeres de DIOS de
todos los tiempos han orado. En efecto, orar es una disciplina del espíritu por
medio de la cual podemos entrar en la cámara divina, como lo dijo Spurgeon: “La
oración es el delgado nervio que mueve los músculos de la omnipotencia”. ¿Cómo
es posible que Dios, un ser infinito, inmortal, perfecto y soberano cuyos
atributos lo hacen absolutamente santo y apartado de todo mal se pueda inclinar
para oír el clamor del ser humano, pecador y finito? Estas son las cosas
secretas de DIOS que nunca podremos entender. Con esto en mente, vamos a la
pregunta de hoy: ¿Por qué orar por Israel? Estas son algunas de esas razones:
Debo
orar por el pueblo de Israel porque Dios lo ordena,
principalmente en los Salmos, una y otra vez se nos dice: “Oren por la paz de
Jerusalén;
que todos los que aman a
esta ciudad prosperen”. (Salmo 122:6,
NTV). Usted y yo no tenemos siquiera voz en las Naciones Unidas y mucho menos
en los ejércitos palestino e israelí, pero, ¿qué cosa sí podemos hacer? Orar.
¡No le de vueltas al asunto, simplemente, créale a Dios, y ore!
Debo
orar por el pueblo de Israel porque Dios bendice a aquellos que lo hacen:
“Bendeciré a quienes te bendigan
y
maldeciré a quienes te traten
con
desprecio. Todas las familias
de la
tierra serán bendecidas por
medio
de ti”.
(Génesis
12:3, NTV). En mis años leyendo la Palabra y en busca de una mayor preparación
para entenderla, veo que teólogos de diferentes escuelas de pensamiento hacen
malabarismos hermenéuticos explicando lo que DIOS nos dice tan claramente. Es
más, yo he visto el castigo de DIOS de aquellos que han maldecido a Israel,
antes mi propio asombro. Hasta un niño, lee esto y simplemente obedece. ¡Hay
bendiciones de DIOS para los que oran y aman a Israel, desde antes que
existiera como nación! No trate de entender esto, y si lo entiende, mejor
todavía, ¡simplemente, obedezca y ore!
Debo orar por el pueblo de Israel porque
Dios nos otorgó por
gracia una herencia espiritual que vino a
través de ese pueblo: “Ustedes, los
samaritanos, saben
muy
poco acerca de aquel a
quien
adoran, mientras que
nosotros,
los judíos, conocemos bien
a
quien adoramos, porque la salvación
viene
por medio de los judíos”
(Juan
4:22, NTV). ¿Por qué Dios escogió a los judíos? Mientras DIOS mismo nos
responde a esa pregunta, leamos al gran Apóstol, con esta preciosa perla que
salió de su pluma inspirada por el Espíritu Santo:
“Ellos son el pueblo de Israel,
elegidos
para ser los hijos adoptivos
de
Dios. Él les reveló su gloria,
hizo
pactos con ellos y les entregó
su
ley. Les dio el privilegio de
adorarlo y de recibir sus promesas
maravillosas. Abraham, Isaac y Jacob
son
los antepasados de los israelitas,
y
Cristo mismo era israelita en cuanto a
su
naturaleza humana. Y él es Dios,
el que
reina sobre todas las cosas,
¡y es
digno de eterna alabanza!
Amén”.
(Romanos 9:4,5). Mire que yo he escuchado y leído cada cosa intentando explicar
lo que estos versículos no dicen, tanto, que mejor prefiero entender lo que
está bien claro: DIOS nos dio las Sagradas Escrituras, los pactos, las
promesas, a JESÚS y a sus discípulos a través de Israel. ¡Fíjese bien!
Muchísimo antes de que usted y yo naciéramos, antes de que existieran los
teólogos conservadores estadounidenses, los capitalistas, los sionistas y sus
numerosos enemigos, estos textos estaban allí, y dicen claramente lo que dicen.
¡Vengamos delante de Dios y clamemos por Israel porque en su paz, tendremos
paz!
Debo
orar por el pueblo de Israel porque JESÚS nos dio el ejemplo para ello:
“¡Oh, Jerusalén, Jerusalén, la ciudad
que
mata a los profetas y apedrea
a los
mensajeros de Dios!
Cuántas
veces quise juntar a tus
hijos
como la gallina protege a sus
pollitos
debajo de sus alas, pero no
me
dejaste. Y ahora, mira, tu
casa
está abandonada y desolada.
Pues
te digo lo siguiente: no volverás
a
verme hasta que digas:
“¡Bendiciones
al que viene en el
nombre
del Señor!”.
(Mateo
23:37-39, NTV).
La
verdad sea dicha ante todo: en la Palabra de DIOS se habla muy claro que desde
la caída de Jerusalén 586 A. C, hasta la venida de JESÚS por segunda vez, el
llanto de SEÑOR es actual. Dios ha dejado a Israel pasar por muchas pruebas y castigos
por su desobediencia. El Israel moderno no es teocrático; es más, en estos días
de victoria en el campo de batalla ellos no correrán a dar gloria a DIOS por
esa victoria, sino a su ejército, su maquinaria de guerra y su innegable
desarrollo científico y tecnológico, sin embargo, como JESÚS nos dio el
ejemplo, sigo con mi clamor, y en obediencia a su Palabra, les pido en esta
hora: “Oren por la paz de Jerusalén; que todos los
que aman a esta ciudad prosperen” (Salmo 122:6, NTV).
¡Adelante,
siempre adelante!
Oración:
Amado PADRE ETERNO:
En este momento me postro delante de ti, y te ruego por las víctimas
de un conflicto el cual nunca tendrá arreglo humano, pues, la solución es
divina. Ilumina a los dirigentes de las naciones en conflictos, particularmente
a Israel, especialmente el remanente tuyo entre esos pueblos que hace vida
allí, en el nombre de JESÚS. Amén
Perla de hoy:
Cuando DIOS nos ordena como a
Jonás ha hacer algo grande a favor de un pueblo repudiado por nosotros. No
dudemos, obedezcamos.
Interacción:
¿Qué me
dice DIOS hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
alguna promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
alguna lección por aprender?
¿Existe
alguna bendición para disfrutar?
¿Existe
algún mandamiento por obedecer?
¿Existe
algún pecado por evitar?
¿Existe
algún pensamiento para llevarlo conmigo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tus comentarios