martes, 1 de octubre de 2024

DIOS ES DUEÑO DE TODO

SELECCIÓN
Perlas del Alma
Francisco Aular
perlasdelalma@gmail.com 
MIÉRCOLES, 2 de octubre de 2024       
Lectura devocional: Salmos 24:1-10
La tierra es del SEÑOR y todo lo que hay en ella; el mundo y todos sus habitantes le pertenecen. Salmos 24:1 (NTV)


Antes del desarrollo del tema, por favor, haga este ejercicio. Por favor, dele una mirada a todo a sus bienes físicos que lo rodean, incluyendo a su cónyuge e hijos y a su propio cuerpo. Míralos bien. Porque si DIOS, se lo lleva en este momento, todos esos bienes se quedan, aquí. 

En realidad, DIOS le hizo un préstamo temporal de todas las cosas materiales que le rodean, incluyéndolo a usted mismo con la vida según el griego -“bíos y su vida humana- tarde o temprano, la muerte lo vendrá a buscar y lo que JESUCRISTO le pregunta a los que piensan que se quedarán aquí, es:  “Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”. Así es, el que almacena riquezas terrenales, pero no es rico en su relación con Dios es un necio”. (Lucas 12:20,21, NTV). En realidad, al final, DIOS es DUEÑO de todo.

Mayordomía es la doctrina bíblica que nos enseña que DIOS es Dueño absoluto de todo. En efecto,  la mayordomía es el uso de los recursos dados por DIOS al ser humano para realizar las metas dadas por Él, porque Él es el legítimo Dueño de todo. ¡No se trata de nosotros se trata de DIOS!

Esto lo ilustramos mejor con la siguiente historia: El gran maestro Arturo Toscanini (1867-1957), en una ocasión, se puso delante de la orquesta y dijo: “¡Nada soy yo, Toscanini; nada son ustedes; Beethoven es todo!”.

Comprendió el gran músico que la función de aquella orquesta, el coro y la de él como director, era transmitir a los oyentes a Beethoven. De esa misma forma la Biblia nos presenta esta verdad práctica de la mayordomía, no somos nosotros los dueños ni siquiera nosotros mismos.  Así que todos aquí en la creación divina, debemos comprender de manera práctica cómo ser un mayordomo fiel… y serlo. En verdad: DIOS es DUEÑO de todo.

El rey poeta David, refleja en los Salmos la mayoría escritos por él, que creía que su propósito en la vida era presentar la grandeza de DIOS como DUEÑO absoluto de todo: “La tierra es del SEÑOR y todo lo que hay en ella; el mundo y todos sus habitantes le pertenecen”. (Salmos 24:1 NTV).

 De hecho, la mayordomía es la doctrina que nos enseña que DIOS es dueño de nosotros como seres humanos y debemos hacer que el mundo nos vea como simples administradores o mayordomos que debemos dar cuenta al final del día sobre cómo hemos administrado Su propiedad: “La tierra es del SEÑOR y todo lo que hay en ella; el mundo y todos sus habitantes le pertenecen.” Salmos 24:1 (NTV). El hecho se repite una y otra vez: DIOS es DUEÑO de todo.

Que agradecido estoy al SEÑOR que me llevó a una iglesia con un pastor amoroso pero muy responsable como administrador o mayordomo de los recursos de DIOS, mi siempre amado pastor Carlos B. Clark. La primera lección de la mayordomía que recibí me dejó casi sin aliento, “DIOS es DUEÑO absoluto de todo”…yo pensaba que el dinero que yo tenía en mi cartera era mío, también mi vida, mi voluntad, mi cuerpo, me alegraba de mi propia autonomía, “soy dueño de mi propio destino”… y un largo etcétera: 

—“¡No, Fran todo es de DIOS y algún día te darás cuenta de tu mayordomía, sobre los bienes que Él entregó en tus manos!” ¡Qué gran verdad, decidí seguirla desde hace 61 años! Mary yo desde antes de casarnos, le damos al SEÑOR lo de Él y allí proseguimos! He comprobado en más de 50 años de ministerio pastoral, en cada funeral que he realizado; y he visto esta verdad: DIOS es DUEÑO de todo.

Ciertamente, DIOS ha puesto ya 61 años en que empecé a practicar la mayordomía cristiana, después de aquella primera Campaña de Mayordomía en nuestra Misión Bautista Emanuel en noviembre de 1963… y darle a DIOS, lo de DIOS es prioridad.

En este instante, mientras escribo, miro a mi alrededor nada más, y compruebo que todo lo que tengo, no me lo llevaré al salir. Por decirlo de alguna manera práctica, escucho el andar de mi preciosa esposa Mary en la cocina, ¿qué digo mía? No ella, es de DIOS. 

Pienso y oro todos los días por otros tesoros amados que son míos, nuestros cuatro hijos y diez nietos, ¿qué digo, nuestros? No, ¡ellos son de DIOS! De esta manera, el mayordomo tarde o temprano tendrá que concluir como un varón de DIOS, llamado Job: «Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo estaré cuando me vaya. El SEÑOR me dio lo que tenía y el SEÑOR me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del SEÑOR!». (Job 1:21,NTV).

Ciertamente, DIOS es DUEÑO de todo.

¡Adelante, siempre adelante!

Oración: 

DIOS PADRE Y DUEÑO DE TODO:

Aquí estoy SEÑOR inclinado ante tu grandeza y dándote las gracias por haberme enseñado desde joven que soy simplemente un administrador, un mayordomo de todo de todo cuando me has dado. Ayúdame a seguir adelante esforzándome en tu gracia, hasta que escuche tu voz decirme: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra al gozo de tu Señor.” En el nombre de JESÚS, amén.

Perla de hoy:

Nada soy, nada somos: ¡JESUCRISTO es todo!

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