martes, 4 de junio de 2024

¡FUERA CON EL MIEDO! (2-2)

Francisco Aular
Lectura devocional: Isaías 41:1-10
Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa.
—Isaías 41:10 (NVI)
 —Definición: Angustia por un riesgo o daño real o imaginario. (DRAE)


EN ESTA SEGUNDA ENTREGA de Perlas del Alma con este tema, comienzo señalando que uso la palabra miedo, en vez de temor como sinónimos; pero sí creo prudente que tengamos en cuenta lo que nos dice el diccionario. En efecto, el DRAE, nos dice: “Pasión del ánimo, que hace huir o rehusar aquello que se considera dañoso, arriesgado o peligroso ̈. 


De todas maneras en la Biblia, podemos reconocer dos tipos de temores: uno positivo y otro negativo.  Esto lo apreciamos mejor en un versículo como éste que me viene a la mente ahora: “El temor del Señor es la base del verdadero conocimiento, pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina”. (Proverbios 1:7, NTV). Desde este punto de vista tan positivo, la Biblia dice que el temor reverente al SEÑOR, nos trae muchas bendiciones en esta vida y en la próxima… ¡Esta son buenas noticias para todos los seres humanos! ¡Debemos compartir este “temor reverente” que poseemos y compartirlo con  los que conocen al SEÑOR!


De todos modos como ya lo hemos dicho, el discípulo del SEÑOR, debe saber que el otro tipo de temor, no debe paralizarnos por amor perfecto de DIOS que ya tenemos en nosotros, desde que nos convertimos:“En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios. (1 Juan 4:18, NTV). 

Les confieso que haré una cita larga y añadirá muchas palabras en el poco espacio que deber tener el devocional de hoy, me refiero a la cita paulina que me llena de la seguridad de la salvación: Romanos 8: 38-39 que dice: “Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor”. Perdónenme aquí cabe decir, un ¡gloria a DIOS! A todo pulmón.

¡Fuera con el temor! Porque JESÚS dice: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”. (Juan 14:1) ¿Cómo podemos vencer el temor? Es la pregunta que se hace el ser humano. Respondo con mucha sinceridad, ya que conozco la Palabra de DIOS por más de 60 años. Esta Palabra me ha servido, primero, para llevarme a la conquista de mi propio temor, con ella he podido predicar el mensaje liberador de temores de miles de hombres y mujeres. He predicado esta verdad por más de cuarenta países, en 53  años de ministerio a tiempo completo en la obra de Dios. Esta verdad la he enseñado y anunciado, en hospitales, cárceles, en universidades, por radio, televisión, prensa, teléfono, y por las redes sociales. He predicado en las calles, de puerta en puerta, en las plazas, en coliseos grandes y pequeños. 


Finalmente, he contado la verdad de DIOS a personas individuales, grupos pequeños y grandes concentraciones. He anunciado el evangelio a tiempo y fuera de tiempo. No me he quedado callado. No he rebajado las demandas de lo que exige el evangelio. No me he vendido ante nadie. La verdad es que no tengo bienes materiales, no los deseo ni los envidio. Mi esposa y yo hemos aprendido a contentarnos con lo que DIOS nos ha dado. ¡Aquí seguimos triunfantes!


 ¡Fuera con el temor! Porque he vivido cincuenta años como cristiano nacido de nuevo, y he visto que el Evangelio funciona. Ciertamente, he vivido lo suficiente para celebrar bodas, presentar niños delante de Dios, evangelizar y hacer discípulos, y también me ha correspondido despedir a personas en los cementerios. Hasta ahora, no he visto a un solo cadáver que se lleve algo de lo que acumuló en vida. Esta “Feria de la Vanidad” en la que he vivido, no me fascina, no me atrae; no soy teólogo de fantasías, ni de supersticiones, ni de la prosperidad, soy cristiano de la cruz. No creo que JESÚS, que vino del cielo, se humilló al hacerse humano muriendo en una cruz para darme cosas temporales, solamente. La Biblia dice: “Si nuestra esperanza es que Cristo nos ayude solamente en esta vida, no hay nadie más digno de lástima que nosotros” (1 Corintios 15:19; LBLS) ¡Eso es suficiente! 


¡No se turbe vuestro corazón! Y ¡Fuera con el temor! Porque Aquél que venció la muerte nos dice: "No tengas miedo". Hay buenas noticias: JESÚS vino, precisamente, con la misión y el mensaje para librar al ser humano del poder enervante y depresivo del temor a la muerte. El mismo día en que nació JESÚS, un ángel de DIOS se le apareció a los pastores que estaban cuidando sus ovejas cerca de Belén. Los pastores, nos dice la Biblia, se asustaron y sintieron miedo, pero el ángel les dijo: "No tengan miedo". JESÚS mismo, la noche en que fue entregado por Judas para ser crucificado, les dijo a sus discípulos: "No se turbe vuestro corazón", y, luego, como el Salvador y Señor resucitado y viviente, le dice a Juan, su discípulo amado en el primer capítulo del último libro de la Biblia: "No temas".


El Señor Jesucristo nos exhorta a no tener miedo; a no temer a la vida ni a la muerte; a no temer al futuro, a lo desconocido, ni a la eternidad; Él nos recuerda que es “el primero y el último,” el alfa y omega: Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre, y tengo poder sobre la muerte. ¡JESÚS es nuestro éxito y la felicidad! ¡Nuestra pasión y triunfo! ¡No podemos perderlo teniéndolo a Él! Por lo tanto: ¡No se turbe vuestro corazón! ¡Fuera con el miedo!  


¡Adelante, siempre adelante!


Oración:

PADRE ETERNO:

Aquí me tienes, doblada las rodillas y el corazón frente a tu grandeza, para agradecerte por la voz de mi fe, el amor y la esperanza. ¡Vengo para agradecerte todos los momentos de mi larga vida en que Tu Presencia ausentó tanto el miedo de vivir como el de morir! Ayúdame para contarle al mundo entero de Tu salvación total. En el nombre de JESÚS. Amén.

Perla de hoy:

El ser humano pequeño se apoya en los hombres; el grande se apoya en DIOS.

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