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Lectura devocional: Filipenses 3:1-10
Aún más,
a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo
Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero
basura a cambio de ganarlo a él.
Filipenses 3:8 (DHH)
Debo confesar que la persona que escribe esto es un
apasionado por el SEÑOR JESUCRISTO. De hecho, tendría menos de un año de
convertido y la pequeña librería de nuestra Misión Bautista Emanuel -que
dirigía la amada hermana Felipa de Lávinz- me contaba entre sus clientes
devoradores de libros y por lo tanto, la hermana Felipa sabía que todo libro sobre
la historia de misioneros y avivamientos esprituales eran mis favoritos. En ese
entonces mi corazón empezó arder al leer, hablar u oír de las grandes cosas y
maravillas que DIOS había hecho en la historia de los avivamientos
espirituales, y los hombres y mujeres que el SEÑOR de la mies, había llamado y
usados con poder y gracia. Según puedo recordar, mis héroes eran aquellos que
habían salido hacia el extranjero ya fueran en las zonas rurales o en las
grandes ciudades, esos valientes misioneros de la Palabra, que habían clavado
la bandera blanca de la cruz azul, y sus corazones encendidos por el fuego de
DIOS, no se les apagó nunca.
La galería que tengo en mi corazón dedicados a esos
héroes apasionados por JESÚS, es enorme, tantos de los siglos anteriores, como
a los que he conocido a lo largo de todos estos años en que he permanecido en
la obra de DIOS. Habiendo nacido físicamente en 1945, y convertido espiritualmente
al glorioso evangelio en 1963. He pertenecido a una generación de discípulos
apasionados que posiblemente, se escribirán libros sobre sus vidas
extraordinarias, para ellos el SEÑOR JESÚS, lo era todo. Caminé al lado de muchos
de ellos, y encarnaban el mismo lema del Apóstol: “Aún más,
a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo
Jesús, mi Señor”… Me estoy
reservando los nombre e historia de esos héroes de la fe contemporáneos porque
bebí de sus enseñanzas y vidas ejemplares. Es más sin ellos, no pudiéramos
tener el avance del evangelio que hemos contemplado en los últimos cien años.
¡Perdónenme pero no hablaré de mis contemporáneos en estos momentos! Pero sí
les oí y su clamor interno era la misma pasión paulina: “Por causa de Cristo lo
he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él.” ¡Gracias
al SEÑOR ellos cumplieron “y sus nombres están en el libro de la vida..”
(Filipenses 4: 3c).
En
aquellos años cuando llegué al SEÑOR aprendí muchos himnos que me alentaron en
mis momento de pruebas, aflicciones, desafíos, las subidas y bajadas de todo
ser humano; pero siempre la certeza de la compañía de nuestro SEÑOR JESÚS. Sí,
Él va con nosotros como lo ha prometido… ¡Salíamos del culto entonando esos
himnos y su buena letra y teología, nos marcaron como discípulos apasionados
por JESÚS…. Aquí uno de ellos:
Si Cristo conmigo va
(NHP, 1953, CBP)
I
Ya sea en el valle do
el peligro esté,
O que en la luz,
gloriosa de paz, habite yo;
A mi Jesús diré:
"Tu voluntad haré",
Si Cristo me guía,
doquiera yo iré.
CORO
Si Cristo conmigo va,
yo iré,
Yo no temeré, con gozo
iré, conmigo va.
Es grato servir a
Jesús, Llevar su cruz,
Si Cristo conmigo va,
yo iré.
II
Si al desierto, quiere
Jesús que vaya yo,
Llevando buenas nuevas
de santa salvación,
Si allí, en dura lid,
mi campo señaló,
A Cristo yo sigo, sin
más dilación.
III
Aunque mi parte sea mi
dura cruz llevar,
Diré a mis hermanos,
también su gran poder;
Contento quedaré mi luz
haré brillar,
¡Testigo de Cristo,
doquiera yo iré!
IV
La voluntad de Cristo
yo quiero obedecer,
Pues en la santa Biblia
encuentro mi saber;
Y con su gran poder, al
mundo venceré,
Si Él va conmigo,
doquiera yo iré.
PADRE Eterno:
Santo, Santo, Santo. ¡Oh Padre
Eterno Dios! Te loamos oh Dios. Salvador a ti me rindo. Cuán grande es ÉL. Yo
te sirvo porque te amo. Oh que amigo no es CRISTO. ¡Él Vive! Lluvias de gracia.
Más allá del sol. ¿Cómo podré estar triste? Haz lo que quieras de mí SEÑOR. Soy
Feliz en el Servicio del SEÑOR. Porque, Él vive, triunfaré mañana. ¡Cuán
gloriosa será la mañana! Usa mi vida. La vida se va como el viento. Yo solo
espero ese día. Castillo fuerte es nuestro Dios. Alcancé Salvación. A solas al
huerto yo voy. El dulce nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Nada,
ni nadie puede detener a un discípulo apasionado por JESÚS.
Interacción:
¿Qué me dice DIOS hoy
por medio de su Palabra?
¿Existe alguna promesa
a la cual pueda aferrarme?
¿Existe alguna lección
por aprender?
¿Existe alguna
bendición para disfrutar?
¿Existe algún
mandamiento a obedecer?
¿Existe algún pecado a
evitar?
¿Existe algún
pensamiento para llevarlo conmigo?
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