Francisco Aular
Lectura
devocional: Romanos 9:1-16
Haré que
Jerusalén sea como una bebida embriagante que causa que las naciones vecinas se
tambaleen cuando envíen a sus ejércitos para sitiar a Jerusalén y a Judá. En
aquel día yo convertiré a Jerusalén en una roca inamovible. Todas las naciones
se reunirán en contra de ella para tratar de moverla, pero sólo se herirán a sí
mismas. Zacarías
12:2,3 (NTV)
¿Por qué amo
a Israel? Porque creo en el pacto que Dios hizo con Abraham: “Bendeciré a los que te
bendijeren, y maldeciré a los que te maldijeren” (Génesis 12:3). De hecho, JESÚS
se caracterizó por su amor a Israel y hasta sus enemigos lo sabían; en una
ocasión cuando el Señor JESÚS entró en Capernaúm se le acercaron los líderes
religiosos judíos, rogándole que sanase al siervo de un centurión. Ellos
vinieron a JESÚS y le dieron los motivos por los cuales debería hacer aquel
milagro: “Porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga” (Lucas 7:5).
Así que, vemos que el trato de Dios con las naciones gentiles está signado por
la promesa del Pacto Abrahámico: “Bendeciré a los que te bendijeren, y maldeciré
a los que te maldijeren” (Génesis 12:3).
Ciertamente, los juicios divinos y
la consumación de sus profecías se basan en el amor de Dios por Israel: “Después
de un período de gloria, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales me envió contra
las naciones que los saquearon a ustedes. Pues él dijo: Cualquiera que te dañe,
daña a mi más preciada posesión” (Zacarías 2:8 NTV). En lengua hebrea eso quiere decir: Cualquiera que te
toca, toca la niña de mi ojo. En
cierta ocasión escuché un mensaje sobre este tema al doctor Adrian Rogers, y él
decía, estas palabras de advertencia: “Serías muy tonto y te encontrarías en un
terreno muy peligroso si pronunciaras una maldición contra Israel. Debemos
bendecir lo que Dios ha bendecido, amar lo que Dios ha amado y orar por
Israel.” ¿Qué les ocurrirá a los enemigos de Israel?: “Haré que Jerusalén sea
como una bebida embriagante que causa que las naciones vecinas se tambaleen
cuando envíen a sus ejércitos para sitiar a Jerusalén y a Judá” (Zacarías 12:2
NTV).
¿Por qué amo
a Israel?
Porque Dios usó a este pueblo para ser
depositario de la revelación divina. En efecto, JESÚS dijo a la mujer
samaritana: “Ustedes, los samaritanos, saben muy poco acerca de aquel a
quien adoran, mientras que nosotros, los judíos, conocemos bien a quien
adoramos, porque la salvación viene por medio de los judíos” (Juan 4:22 NTV).
En el Pacto Abrahámico Dios prometió: “…Y serán benditas en ti todas las
familias de la tierra…”. De esta manera, ya no existe separación entre el judío
que viene al mesías JESÚS y el gentil (el no judío, como somos la mayoría de
los que estamos en la iglesia de Señor): “Y el plan de Dios consiste en lo
siguiente: tanto los judíos como los gentiles que creen la Buena Noticia gozan
por igual de las riquezas heredadas por los hijos de Dios. Ambos pueblos forman
parte del mismo cuerpo y ambos disfrutan de la promesa de las bendiciones porque
pertenecen a Cristo Jesús” (Efesios 4:12 NTV).
¿Por qué amo
a Israel?
Porque a través de esta nación vino el
Mesías prometido: ¡JESÚS, mi Señor y Salvador! He recibido por medio de
este pueblo, la Biblia la Palabra de Dios; he llegado a conocer a JESÚS, y si
amo a JESÚS, entonces, debo amar al grupo étnico del cual provino en
cumplimiento de más de trescientas profecías. JESÚS es el único Ser Humano que se le dio a escoger el lugar donde
debería nacer, vivir y morir, y Él eligió al pueblo judío; nació de madre
judía; todos sus apóstoles fueron judíos, en fin, digo como Pablo: “Ellos son
el pueblo de Israel, elegidos para ser los hijos adoptivos de Dios.
Él les reveló su gloria, hizo pactos con ellos y les entregó su ley. Les dio el
privilegio de adorarlo y de recibir sus promesas maravillosas. Abraham, Isaac y
Jacob son los antepasados de los israelitas, y Cristo mismo era israelita en
cuanto a su naturaleza humana. Y él es Dios, el que reina sobre todas las
cosas, ¡y es digno de eterna alabanza! Amén.” (Romanos 9:4,5;NTV).
Oración:
SEÑOR de los
ejércitos celestiales, gracias por venir a salvarnos desde el cielo, y
comprarnos un lugar cerca de ti, al costo de tu sangre preciosa como la de un
Cordero sacrificado por cada uno de nosotros sean judíos o gentiles. Ayúdame a
amar a Israel con tu amor, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla
de hoy:
Algunos líderes internacionales
actuales, desean “borrar del mapa” al pueblo judío, sacarlo de la tierra de sus
antepasados; pero tropiezan y tropezarán con el Pacto de Dios con Abraham hasta
el final de la historia.
Interacción:
¿Qué me
dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe
una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe
una lección por aprender?
¿Existe
una bendición para disfrutar?
¿Existe
un mandamiento por obedecer?
¿Existe
un pecado por evitar?
¿Existe
un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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