miércoles, 30 de abril de 2014

¡Hoy seré agradecido!

Francisco Aular 
Lectura devocional: Romanos 16:1-16

Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos. Colosenses 3:15 (NTV)

¡Hoy seré agradecido!
Soy el milagro de Dios y por eso existo. No soy un accidente en este mundo. Soy fruto del cuidado providencial y de la acción soberana del Padre eterno sobre el universo, y estuve en su mente: “antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4). En su gracia, El Padre me proveyó un nombre en la tierra y otro en la gloria.
¡Hoy seré agradecido!
Frente a mí están todas las posibilidades, porque soy un ser finito con posibilidades infinitas. Hoy me siento con energías suficientes y todo mi ser reclama el sendero que todavía debo andar; he escogido el camino de la gratitud.
¡Hoy seré agradecido!
Lo seré con aquellos que ya no están, y, que durante miles de años, muchísimos hombres y mujeres invirtieron sus esfuerzos y vidas para descubrir y desarrollar los adelantos y las ventajas que ellos no tuvieron, pero que gracias a ellos poseo. Mi gratitud me lleva a recorrer los nombres y recordar a algunos de ellos, verdaderos benefactores de la humanidad, investigadores, astrónomos, físicos, químicos, médicos y otros profesionales, esos, que con desinterés y altruismo a prueba, dedicaron sus vidas a escudriñar en sus laboratorios hasta encontrar la respuesta a la enfermedad, al sufrimiento, y mitigar el dolor que como seres humanos enfrentaremos siempre. Desde muy niño, les debo mi existencia, y nunca me alcanzará toda esta vida para agradecérselos.
¡Hoy seré agradecido!
Estoy en deuda con los autores humanos, pero, inspirados por Dios, auxiliados por el Espíritu Santo, los cuales escribieron la Santa Biblia, la Palabra de Dios. Esta Palabra viviente ha sido mi perfecto tesoro de sabiduría divina, y una fuente inagotable para la sabiduría humana; no pido perdón por hacer de la Biblia mi brújula perfecta para guiarme el resto de mi vida, la creo de pasta a pasta, inerrante y soberana, hasta llegar hasta donde esta Palabra nos promete, “un cielo nuevo y una tierra nueva”.
¡Hoy seré agradecido!
Sigo en deuda con aquellos que trabajaron para mí al escribir las páginas de las grandes obras literarias de cuyas fuentes he bebido desde que aprendí a leer. La lectura no es virtud, sin embargo, forma parte de las cualidades para adquirirla; leer es la fuerza de vivir la belleza que toca mi visión y las puertas de mi corazón para  ennoblecerlo; es el secreto que tiene mi alma para sonar como la lira, nada más que con el contacto del escrito; leer es dejarse iluminar y despertar los ojos del espíritu como despertaron sus autores al abrir el entendimiento, convencer la razón y conmover los sentimientos más recónditos del ávido lector. Razón tenía la sabiduría judía cuando enseñó: “convierte a tus libros en amigos”, y el proverbista cuando aconsejó: “Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán.” (Proverbio 22:6; NTV).
¡Hoy seré agradecido!
¿Cómo puedo agradecer a aquellos que sembraron árboles bajo cuyas sombras me deleito y cuyos frutos me sostienen? La mejor forma de pagar mi deuda con ellos será plantar hoy la semilla de un árbol cuyo fruto no alcanzaré a comer, pero con la esperanza de que un día -cuando ya nadie se acuerde de mí, las aves hagan nidos en sus ramas y los seres humanos se deleiten con sus frutos como yo lo hice con aquellos que no sembré, pero cuyos frutos he gustado desde mi juventud.
¡Hoy seré agradecido!
Lo seré con los ancianos y con los jóvenes, porque: “La gloria de los jóvenes es su fuerza, y la hermosura de los ancianos es su vejez” (Proverbios 20:29; RV60). Los ancianos se tornaron en mis guías con sus ejemplos y consejos cuando yo era un joven con la pasión de renovarme y por el anhelo de emprender obras dignas, por los sueños de ser útil y no venir a este mundo solamente para ocupar un lugar; tuve que tomar la decisión de no quedarme plantado en donde me sembraron, sino salir, como Abraham, a buscar mi propia tierra prometida; mis pies reclamaron el éxodo, el cruce del Mar Rojo y el desierto; debo decir que por gratitud a todas las vidas que en mi andar me han tocado y he tocado, soy un optimista a tiempo completo. No necesité haber nacido en una cuna de oro, ni rodeado de privilegios. Mi triunfo ha dependido de mi actitud frente a la vida, el haber nacido en una choza, no ha impedido que haya tenido el privilegio y la sed inagotables de aprender y compartir lo aprendido; en mi andar, resolví elevarme sobre mis imposibilidades con empeño y nobleza, y sacar lo mejor de mí, sin competir con nadie. Por ello, como Job, si hoy perdiera las pocas cosas que poseo, diría como él:Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo estaré cuando me vaya. El Señor me dio lo que tenía y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!” (Job 1:21; NTV).
¡Hoy seré agradecido!
Ahora bien, ¿cómo puedo mostrar mi aprecio por aquellos que han estado a mi lado y ya no están? El Apóstol, en su brillante carta a los Romanos nos da una gran lección. Pablo se tomó el tiempo y puso los nombres de por los menos 25 personas que lo habían ayudado en su apostolado en aquella ciudad. En mi niñez espiritual, yo decía al ver tantos nombres que aparecen en la Biblia, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento: “¿Qué querrá decirnos Dios con esto?” Hoy valoro esas listas de nombres porque para Dios todo somos importantes, y su mente, están su nombre y el mío: ¡Nadie sustituye a otro! Por todo esto, lo repito:
¡Hoy seré agradecido!
Oración:
Padre eterno:
¡Te creo Señor cuando dices que me amas y tienes un plan maravilloso para mi vida! ¿Cómo no he de creerte cuando me has dado fe, esperanza y amor? Por todo esto estoy agradecido y seré esternamente agradecido. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Ser agradecido es simplemente descubrir la belleza de vivir en paz.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?

¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

martes, 29 de abril de 2014

Mucho más que un nombre

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Hechos 26:24-32

Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. Hechos 26:28 (RV60)

Parece increíble, pero, el nombre “cristiano” aparece sólo, ¡tres veces en todo el Nuevo Testamento! (Hechos 11:26; 26:28; 1 Pedro 4:16). Esta palabra proviene del griego christianós que significa ser seguidor de Cristo, y también  se usaba en forma despectiva, cristitos o pequeños Cristos. Para la fecha, se usaba el término kaisarianós  para los seguidores de César, el emperador romano.
¿Cuál es el origen de la palabra cristiano? No vino de parte de su fundador JESÚS, tampoco de sus seguidores, porque ellos preferían palabras como “discípulos”, “santos” y “hermanos”. Si por ejemplo comparamos el número de las veces en que se usa una de estas denominaciones con respecto a las otras, sorprende que “discípulos” se utilice 271 veces y christianós, sólo en tres oportunidades. Tampoco el vocablo vino de parte de los judíos, porque ellos no reconocían a JESÚS como el Mesías, así que lo más probable es que los gentiles lo empezaron a usar para identificar a los seguidores del Señor al escuchar por primera vez predicar a Cristo a Pablo y a Bernabé –los primeros misioneros a los paganos-. Así lo revela Lucas en su relato (aproximadamente 63 d.C.): “Y se congregaron (Pablo y Bernabé) allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía” (Hechos 11:26; paréntesis mío).
La segunda vez que se usa esta palabra en el Nuevo Testamento es en Hechos 26:28, en esa ocasión el apóstol Pablo se presenta delante del rey Agripa. El Apóstol simplemente brilló en su exposición de motivos de su prisión, relató su testimonio de conversión y llamamiento de Dios al ministerio como predicador y misionero; consciente, como estaba este hombre de Dios, de su misión histórica, aprovechó la ocasión para invitar al rey a que creyera en el Señor también, entonces Agripa, responde sarcásticamente: “Por poco me persuades a ser cristiano”. ¡Cuán cerca estuvo este rey de la salvación, pero la rechazó! El rey prefirió seguir siendo kaisarianós, seguidor del César, antes que un christianós, seguidor de JESÚS.
La verdad es que JESÚS, dijo de Sí mismo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6; RV60). Todos los seres humanos, en un momento de nuestra existencia, tenemos que escoger la salvación o la perdición. Pablo cumplió como mensajero, pero, Agripa rechazó la invitación, sin embargo, en relación con el nombre de cristiano, vemos que el rey usó el nombre de cristiano y Pablo aceptó la designación como tal.
Más o menos por los años 64-65 D.C., Nerón el sanguinario emperador romano, empieza una gran persecución contra los cristianos, son los últimos años de su gobierno y manda a ejecutar a Pablo A y a Pedro, y muchos otros de los grandes hombres y mujeres de Dios en aquellos años. Admirablemente, poco antes de morir sacrificado, Pedro escribe sus epístolas a las iglesias cristianas esparcidas por todo aquel vasto imperio, y les dice:Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello” (1 Pedro 4:16; RV60). ¡Había surgido el cristianismo, y sus armas no era “responder mal por mal”, sino hacer el bien! Así, sin armas y sin ejércitos aquellos hombres y mujeres, rehusaron decir en sus lugares de martirio “César es el Señor”, y decían: “¡JESÚS es el Señor!”.
De esta manera, los discípulos de JESÚS o el CRISTO, por su nombre en griego, pagaron con sus vidas, el ser llamados christianós, o seguidores de CRISTO en vez de kaisarianos, seguidores del César. Sin embargo, la sangre derramada por los cristianos de ayer y de hoy, hace posible que aquel nombre despectivo de cristiano, sea un título de honra y gloria, y, por encima de todo, mucho más que un nombre.
Te pregunto, ¿quieres ser un cristiano nacido de nuevo? Responderás con burla como el rey Agripa, o humildemente reconocerás a JESÚS como tu Salvador y Señor. ¿Es tu turno?
Oración:
Padre eterno:
Ahora entiendo que Tú me amas y que desde antes de la creación del mundo Tú quisiste que yo fuera parte de tu familia. Señor, con humildad te pido que perdones mis pecados, me arrepiento, y te ruego que vengas a mi vida. Gracias JESÚS por salvarme y de ahora en adelante, Tú eres mi Señor y Salvador. Amén. (Si hizo esta oración con sinceridad, escríbame para enviarle un material de crecimiento espiritual).
Perla de hoy:
Ser cristiano es mucho más que un nombre, es devolver bien por mal sin opacar el brillante mañana que nos espera.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


lunes, 28 de abril de 2014

Biblia y oración

Francisco Aular
Lectura devocional: Juan 15:1-10       
Biblia y oración
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido! Juan 15:7(Dios habla hoy)
La hermana Lola de Dámaso, mi difunta suegra, no la agarraba un amanecer sin estar con su Biblia y en oración, ambas, como compañeras de viaje para el día. Tengo su vieja Biblia delante de mí, y está subrayada desde el Génesis hasta el Apocalipsis. La leyó completa varias veces en su vida; tenía la costumbre de marcarla por la sencilla razón de que para ella, la Biblia era su libro de oración. Conocí a mi suegra por más de cuarenta años, y su servicio favorito era el culto de oración. ¡Imposible decir lo que Dios hizo en muchos de nosotros por sus oraciones!
Igualmente, otro hombre de oración que conocí fue el hermano Jesús Bolívar; se convirtió al Señor en mi último año de pastorado en la Iglesia Bautista El Buen Pastor de Maracay en Venezuela. Era un hombre sencillo y estaba al comienzo de su sexta década de vida,  y como yo salía a la evangelización de la patria, se me acercó, y me dijo: “Pastor, quiero acompañarlo en su ministerio con mi Biblia y con mis oraciones”, y así fue. Juntos viajamos y oramos por aquellos lugares en donde no había obra cristiana; hoy cuando escucho que en esos lugares existen iglesias, sé que el Padre respondió a su clamor. El hermano Bolívar se levantaba muy temprano, leía un pasaje de la Escritura a viva voz, y luego se arrodillaba hasta el amanecer. Nunca nos acostábamos sin que él me dijera: “Hermano, busquemos la sabiduría espiritual para mañana”, y yo sabía lo que eso significaba, leer la Biblia y orar. Como resultado de su vida de oración, palpé muy de cerca lo que Dios es capaz de hacer con un hombre sin preparación académica de ningún tipo, y que nunca pisó la puerta de un Seminario Teológico, a no ser que fuera para acompañarme cuando yo impartía clases.
La oración es un acto de la voluntad que no requiere de ningún título, pero el hermano Bolívar pisaba el terreno del Lugar Santísimo por la Palabra y la oración, como lo dice la Biblia: Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús. Por su muerte, Jesús abrió un nuevo camino -un camino que da vida- a través de la cortina al Lugar Santísimo. Ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que gobierna la casa de Dios, entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura” (Hebreos 10:19-22. Nueva traducción viviente). ¡Solamente en el cielo sabremos todo lo que Dios hizo por las oraciones del recordado hermano Jesús Bolívar, él hombre de la Biblia y la oración!
Biblia y oración van juntas, como el cerebro y el corazón, como el espíritu, el alma y el cuerpo. Es imposible separarlos. En efecto, la Palabra de Dios es la plataforma de lanzamiento, y la oración su compañera inseparable para una adoración eficaz:Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón” (Colosenses 3:16 NVI).
Oración:
¡Gracias Padre Celestial por dejarnos la revelación de tu Persona en tu bendita Palabra! Como dijo tu siervo David, tu Palabra es como la miel para mi boca. Me gozo más en ella que en las muchas riquezas, y bienaventurados los que guardan sus testimonios y con el corazón te buscan. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
Dios nos dejó su Libro y la oración, pero depende de nosotros, que Él haga su obra por medio nuestro.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?



viernes, 25 de abril de 2014

A pesar de todo


Francisco Aular
Lectura devocional: Habacuc 3:12-19

Con todo yo me alegraré en el SEÑOR, me regocijaré en el Dios de mi salvación. Habacuc 3:18 (La Biblia de las Américas)

Vivimos tiempos difíciles y no podemos ser indiferentes, tarde o temprano nos tocará a nosotros sufrir también.
¿Qué vamos hacer cuando por todas partes vemos sólo pleitos, peleas, violencia y destrucción?
¿Qué vamos a hacer cuando vemos que los malvados maltratan a los buenos y por todas partes hacen injusticias? ¿Qué vamos a hacer cuando nuestros valores familiares son pisoteados y se da mal ejemplos a nuestros niños, precisamente por aquellos que debieran ser modelos para ellos?
¿Qué vamos a hacer cuando los poderosos se lanzan sobres sus enemigos como el águila sobre su presa?
¿Qué vamos a hacer cuando no existe respeto por las autoridades establecidas por Dios debido a que esas autoridades no respetan a los otros y se burlan de los demás, de los que están en eminencia en los distintos sectores de la sociedad?
¿Qué vamos a hacer cuando sentimos que los malos vienen contra nosotros como un huracán que llega, golpea y se va, pero son culpables de un gran pecado, no tienen más dios que su fuerza?
¿Cómo vamos a poder enfrentar la vanidad de los orgullosos que son como la muerte que siempre quiere más; son como la tumba que nunca está satisfecha?
¿Qué vamos a hacer cuando le pedimos con gritos a nuestro Dios que nos salve pero Él pareciera que no nos escucha y nuestras oraciones no pasan del techo?
Todas estas interrogantes estaban en el corazón del profeta Habacuc (alrededor del año 600 a.C.), cuando escribió el libro que lleva su nombre. Este libro nos presenta la agonía del profeta ante el sufrimiento del ser humano y la paciencia de Dios, quien no actúa tan rápido como el profeta quisiera. Dios le responde al profeta diciéndole que todos esos que los gobiernan y los mantienen esclavos, algún día les rendirán cuenta; y por fin, el profeta, encuentra la paz y hace su oración inmortal: Cuando yo escucho todo esto, me tiemblan los labios y todo el cuerpo; siento que mis huesos se desmoronan, y el que suelo se hunde bajo mis pies. Pero yo espero con paciencia el día en que castigarás a los que ahora nos atacan. Aunque no den higos las higueras, ni den uvas las viñas ni aceitunas los olivos; aunque no haya en nuestros campos nada que cosechar; aunque no tengamos vacas ni ovejas, siempre te alabaré con alegría porque tú eres mi salvador. Dios mío tú me das fuerzas; me das la rapidez de un venado y me pones en lugares altos. (Habacuc 3:16-19; la Biblia traducción actual).
Por encima de las circunstancias que nos dominan -y no podemos esconder la cabeza en un hoyo-, el cristiano nacido de nuevo es realista, sabe que la solución es divina y no humana, por ello, descansa completamente en Dios, mientras lleno de ánimo asume su misión histórica a la luz de su destino eterno: Dios es paciente y no quiere que ninguno se pierda, así que se lanza a la conquista de los hombres y mujeres para su Señor y Salvador JESÚS, a pesar de todo.
Oración:
¡Dios mío! A pesar de todo nuestros pecados y errores, yo sé bien que los seres humanos somos parte de tu plan eterno de unirnos como una familia bajo el dominio y poder de tu amado Hijo, eso me llena de gozo y por eso tiemblo en tu presencia; si te enojas contra mi, no dejes de tenerme compasión, tu grandeza ilumina los cielos; y la tierra entera algún día te alabará en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Saca provecho a la situación de hoy proclamando el futuro glorioso que nos espera mañana.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?


jueves, 24 de abril de 2014

¿Es importante lo que creemos?

Francisco Aular
faular@hotmail.com
Lectura devocional: Judas:1-25
Queridos hermanos, he deseado intensamente escribirles acerca de la salvación que tenemos en común, y ahora siento la necesidad de hacerlo para rogarles que sigan luchando vigorosamente por la fe encomendada una vez por todas a los santos. Judas 3 (NVI)

Se cuenta que hace muchos años en Madrid, cuando el carbón era la fuente principal de energía para calentar las casas en el invierno, llegó un carbonero evangélico para llevar su reparto a una familia. En la hora de almuerzo y descanso, aquel hombre piadoso, sacó su Biblia y se puso a leerla. En eso, la señora del lugar le preguntó: “Buen hombre, ¿cuál es su creencia? -el hombre respondió-, bueno, yo creo en lo que cree mi iglesia. Y bien -continúo la mujer-, ¿qué es lo que cree su iglesia? El buen creyente respondió, mi iglesia cree en lo que yo creo. ¡Muy bien, muy bien!, exclamó la mujer un poco impaciente, y, ¿en qué creen usted y su iglesia?, en tono de una profunda convicción, el hombre respondió, ¡mi iglesia y yo, creemos exactamente lo mismo!”.
Es muy importante conocer lo que nos dice la Biblia y luego saber transmitirlo a los demás. Porque como dice un antiguo himno evangélico: /Santa Biblia, para mí, eres un tesoro aquí/ Tú contienes con verdad la divina voluntad: /Tú me dice lo que soy, de quien vine y a quien voy/. Si Dios es Dios no podía dejar en manos de cualquier pensador humano, por brillante que fuera, un asunto tan vital para el ser humano como lo es la salvación del alma. Tendría que habernos dejado algo objetivo sobre una propuesta tan subjetiva como la salvación, y en efecto, lo hizo, nos dejó la Biblia. La Sagrada Escritura es el mapa para llevarnos a Dios. Es necesario ir al sagrado Libro, leerlo, oírlo, estudiarlo, memorizarlo, meditarlo, y por sobre todo, aplicarlo a nuestras vidas.
Hoy en día, lamentablemente, muchas personas sufren de analfabetismo bíblico. Hay una gran confusión, hasta entre los mismos cristianos, sobre las fuentes de nuestras creencias.
Pues bien, debemos saber que algunos seres humanos buscan dentro de sí mismos, a través del intelecto, el razonamiento y las emociones su razón de ser en este mundo. Su lema es: “Si lo razono lógicamente, lo creo…”, en esta tipo de creencia el ser humano determina, por su capacidad de decidir, lo que es correcto o equivocado, lo que es bueno o malo y así sucesivamente. Dios, después de crear al ser humano, le aconsejó que se dejara dirigir por Él. Puso lejos del hombre el “árbol del conocimiento del bien y del mal”. El ser humano dirigido por Dios, no tiene que decidir lo que es bueno o malo, sino que Dios en su corazón lo dirige todo. Pero el ser humano desobedeció en el Edén, y quiso el ser creado convertirse en el Creador. ¡Esa es nuestra lucha como seres humanos hasta hoy! La caída del ser humano de aquel estado de gracia es la que todavía habita en el corazón de los hombres y mujeres de nuestros días: “¡Dios déjame que yo dirija mi propia vida!” El resultado de esta autonomía y autosuficiencia del ser humano está a la vista.
Judas, es escritor de una corta pero brillante carta apologética del primer siglo tuvo en mente: “defender la fe apostólica contra las falsas enseñanzas que estaban surgiendo en las iglesias”. Se nos exhorta a los cristianos nacidos de nuevo a, Biblia en mano y de persona a persona, luchar “vigorosamente por la fe encomendada una vez por todas a los santos” es decir, las verdades básicas de la fe que se nos dio de, “una vez por todas a los santos”, así que, huya de toda creencia en la cual se presente como fundamento un libro escrito por un “profeta”, “apóstol” o “maestro”, un “nuevo descubrimiento” teológico por la Biblia. ¡No! La Biblia es la única fuente verdadera de nuestra fe y práctica y se nos dio de “una vez por todas”. ¡Agárrese duro de ella, aprenda a compartir sus enseñanzas, sus valores, y vívalos! Eso es suficiente. Sí, es muy importante lo que creemos porque determina nuestro destino eterno y nuestra misión histórica  temporal en esta tierra.
Oración:
Amado Padre Celestial:
¡Alabado seas por tu Plan en el cual los seres humanos estaremos a tu lado por la eternidad en la Nueva Jerusalén!, la bella ciudad que estás diseñando para nosotros. El ser humano no es una mosca girando en este basto universo, sino un ser creado a tu imagen y semejanza, para lo santo, lo grande y lo eterno. Ayúdame a vivir para tu honra y gloria guiándome por tu Palabra, en el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
Teniendo la Biblia como brújula y al Espíritu Santo como Capitán, la llegada al puerto está asegurada.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?

¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?

miércoles, 23 de abril de 2014

Misioneros de la Palabra

Francisco Aular 
faular@hotmail.com
Lectura devocional: 2 Timoteo 3:10-17

Recuerda que desde niño has leído la Biblia, y sus enseñanzas pueden hacerte sabio, para que aprendas a confiar más en Jesucristo y así seas salvo. Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir. De ese modo, los servidores de Dios estarán completamente entrenados y preparados para hacer el bien. 2 Timoteo 3:15-17 (La Biblia traducción actual).

Así de entrada, les digo que leer libros es una de las pasiones de mi alma y espíritu; siento un gozo indescriptible con nada más hojearlos, y, después de estos años de intentar y hacer el hábito, puedo decirles que estoy preparado para las nuevas sensaciones al leerlos en sistemas diferentes al impreso en papel. Cualquier mente que también se nutra y se deleite en la lectura de los libros, y que se mantenga abierta y sin prejuicios al juzgar el impacto y aporte de un libro a la humanidad, no tendrá dudas en afirmar como yo, que el libro más importante que se ha escrito es la Biblia.

La Biblia es tan actual hoy como cuando se cerró como la última revelación de Dios al mundo, hace dos mil años. Su circulación excede a la de cualquier otro libro, tanto, que cada año, ninguna otra publicación supera su venta y distribución. Desde hace muchos años sus vendedores la han puesto en la lista de “best-sellers”. Ha sido traducida a más de dos mil lenguas diferentes.

Ahora bien, la Biblia no es un solo libro, sino que es una pequeña biblioteca de 66 libros, escritos por 40 autores diferentes durante 1500 años, quienes representan todos los niveles de la vida social, desde un humilde pastor de ovejas, pasando por un pescador, hasta un rey en su trono. Encontramos en la Biblia, historia, geografía, poesía y las leyes que han sido fundamentos sobre las cuales muchas naciones inspiraron sus constituciones.
La Biblia comienza con la participación de la “serpiente antigua”, Satanás -haciendo caer a Adán y Eva para él constituirse en el príncipe de este mundo-, pero culmina la Biblia con la Serpiente echada al lago de fuego para siempre. Inicia, también, con la entrada de la muerte y termina con la muerte de la muerte para siempre. Vemos, en su principio, la caída del primer Adán, pero termina con el triunfo definitivo de JESÚS como el segundo Adán. De esta manera, Génesis señala el Paraíso perdido y el Apocalipsis nos revela el Paraíso recobrado.

He andado por cinco décadas estudiando la Palabra de Dios,  he usado todas las formas de comprensión literaria posible, encuentro que la Biblia simplemente es un tesoro divino: con ella me elevo hasta las cumbres para encontrarme con Dios, y desciende hasta las profundidades de mi propio ser para guiarme, enseñarme, corregirme y mostrarme cómo debo vivir y morir; cómo amar, perdonar y pedir perdón; la Biblia está conmigo en todos los estados por lo que como ser humano atravieso y enfrento con éxito, los problemas de la vida, el sufrimiento y los desencantos; la Biblia toca por igual el dolor más íntimo y el gozo supremo que en el devenir de mi vida encuentro; las fibras más sensibles de mi alma vibran como una lira tocadas por la Palabra de Dios; la Biblia produjo, conjuntamente con el Espíritu Santo, mi nuevo nacimiento y mi biografía espiritual comienza y termina con su ayuda eficaz; he vivido para ver el deleite que la Biblia produce en los lectores de cualquier nivel social en que se ha dividido la sociedad, y puede tocar los corazones, con el mismo interés y provecho, del gobernante y su gobernados, del rico y del mendigo, del filósofo y del ignorante, del niño y del viejo, del letrado y del que simplemente la escucha. Desde que la Biblia surgió inspirada por el Espíritu Santo es tan universal como el ser humano, y su Mensaje va más allá del tiempo, porque como JESÚS dijo, “el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35; RV60).

Estas son algunas de las razones por las cuales me considero, al igual que millones de personas que hemos experimentado el poder de la Biblia en el mundo: Un misionero de la Palabra.

Oración:
Padre eterno:
Te alabo SEÑOR por tu sabiduría, gracia y poder infinitos al dejarnos un Manual, como lo es la Biblia, para llegar a ti. Ayúdame a pasar su Mensaje de salvación a todo aquel que la oye y pone en práctica. En el nombre de JESÚS, amén.
Perla de hoy:
La Biblia, como la revelación inspirada de la voluntad de Dios para el ser humano es nuestra regla de fe y práctica. Ella es el Libro de los libros, el ancla segura y eterna de nuestra fe.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento a obedecer?
¿Existe un pecado a evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?