Año IV
Número 59
Francisco Aular
El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Juan 6:63 (RV60)
El filósofo francés Voltaire (1664-1778), un incrédulo, escribió en su diario: “Acabo de leer algunas páginas de la Biblia. Por cierto ya no es un libro para nuestro tiempo. Pienso que dentro de un siglo la Biblia no tendrá más valor que el almanaque del año pasado”. El apóstol Pablo, unos 1600 años antes de Voltaire escribió: Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. 1 Corintios 1:18,19 (RV60). Ahora bien, hoy en día, ¿quién lee los sarcásticos comentarios del Filósofo que pretendía apagar la verdad de Dios y su Palabra viva? Por el contrario, en los días de Voltaire, la Biblia sólo había sido traducida a unas treinta lenguas, ahora se ha difundido por toda la tierra en unas dos mil lenguas y dialectos.
La historia nos dice que mientras el Filósofo levantaba su lengua y su pluma contra Dios y su Palabra en Francia, en Inglaterra, con la Biblia como base, Juan Wesley (1703-1791) creaba una auténtica revolución espiritual, de tal magnitud, que los historiadores dicen que evitó en Inglaterra el derramamiento de sangre, en cambio, en Francia sí ocurrió con la Revolución Francesa.
¿Cómo influyó la Biblia en la reforma de las condiciones sociales? De muchas maneras, entre ellas, se mejoraron las condiciones de los presos en las cárceles –eran espantosas-, por la intervención de un cristiano evangélico de nombre Juan Howard (1726-1790); en cuanto a los niños eran forzados a trabajar y no podían ir las escuelas, así que un laico evangélico, Roberto Raikes (1735-1811) fundó en 1780 las famosas escuelas dominicales para los niños de las calles y de los hogares más pobres, teniendo como libro de texto la Biblia; la abolición de la esclavitud de los negros en los dominios británicos, encontró en la Biblia el gran apoyo, entre los muchos que lucharon en contra de la esclavitud brilla Guillermo Wilberforce, quien dirigió en el Parlamento la campaña que en 1807 puso en los libros de leyes un acta que abolía la trata de negros en todo el Imperio Británico. Pues bien, Guillermo Wilberforce vivió lo suficiente para ver la abolición de la esclavitud en 1833.
Muchos otros movimientos sociales tuvieron su origen en las inspiradas palabras de la Biblia, entre ellos, el Ejército de Salvación, las escuelas de enfermeras, Alcohólicos Anónimos, y, no tengo más espacio para mencionar a muchas otras organizaciones. ¡Perdónenme que me emocione y eleve con todo mi corazón un aleluya!
Ah, pero no quiero terminar este relato histórico sin dejar de referirme a la creación en 1804 de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, ésta fue fundada con el propósito de imprimir y repartir la Biblia dentro de Gran Bretaña y en el extranjero. Los padres libertadores de América Latina, entre ellos: Francisco de Miranda, José de San Martín y Simón Bolívar, les abrieron las puertas a los ingleses José Lancaster y Diego Thomson para la distribución de la Biblia y alfabetización de aquellos pueblos, siendo la Biblia el texto fundamental.
¡Quizás no habido un libro tan perseguido como la Biblia! ¡El mismo infierno ha intentado evitar que su luz no llegue al ser humano!, pero la Biblia es un libro que está vivo y es vencedor en todo tipo de terreno, y como todo ser viviente, genera vida, da luz a los ciegos, rompe las cadenas del pecador, da vida a los muertos, crea fe, produce cambios definitivos por el nuevo nacimiento, que conjuntamente con el poder del Espíritu Santo logra en el ser humano; realiza milagros, sana corazones, limpia nuestras mentes, edifica al hombre nuevo hasta hacerlo como JESÚS, transforma las circunstancias, asusta al diablo y a sus demonios; en fin, toda la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis es la presentación de la Persona de JESÚS, Él mismo es el centro de toda la revelación divina.
En efecto, JESÚS es la Palabra que se hizo carne y habitó entre nosotros, y por ello pudo darnos sus credenciales: El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. ¡Sí, la Biblia es la Palabra viva!
Oración:
Padre Eterno:
Bendito eres mi Dios por darnos tu Palabra, ella es como un martillo que quebranta nuestro orgullo; un fuego que puede encender la llama del amor divino; un pan vivo que nos da la vida eterna y la nutre y sustenta; una espada que penetra hasta lo más profundo del ser humano; una lámpara que nos guía en medio de la oscuridad. Te pido que me ayudes a oírla, leerla, estudiarla, memorizarla y meditarla y sobre todo, vivirla. En el nombre de JESÚS. Amén.
Perla de hoy:
La Biblia es el tesoro de la verdad y vida de Dios para ti; descúbrela.
Interacción:
¿Qué me dice Dios hoy por medio de su Palabra?
¿Existe una promesa a la cual pueda aferrarme?
¿Existe una lección por aprender?
¿Existe una bendición para disfrutar?
¿Existe un mandamiento por obedecer?
¿Existe un pecado por evitar?
¿Existe un nuevo pensamiento para llevarlo conmigo?
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